Elecciones Andalucía

Otro 'mesías' en Podemos

  • Diego Cañamero, cabeza de lista de Podemos en Jaén en sustitución del condenado Andrés Bódalo, encarna el ala más radical de la izquierda andaluza

Idealista, comprometido, leal y tenaz según sus seguidores. Intransigente, sectario, y conflictivo para sus detractores. Diego Cañamero (Campillos, Málaga, 1956), histórico líder del movimiento jornalero y uno de los fundadores del Sindicato de Obreros del Campo, es el cabeza de lista de la candidatura de Unidos Podemos al Congreso de los Diputados por Jaén. Sustituye a Andrés Bódalo, quien fue el número uno de Podemos en los comicios del 20-D y hoy está en prisión por agresiones a un concejal socialista del municipio jiennense de Jódar.

Su trayectoria vital y activista no deja lugar a dudas. Cañamero se sitúa en el ala de la izquierda más radical, partidaria del reparto de la propiedad de la tierra y defensora de expropiaciones y asaltos a supermercados. También ha expresado en público su simpatía por la izquierda abertzale. "Insumiso judicial", como él mismo se declara, y varias veces condenado y muchas más denunciado, su inclusión en las listas de la formación de Pablo Iglesias ha sido un empeño de la líder de Podemos en Andalucía, Teresa Rodríguez. Su presencia dinamita la tesis de convertir a Podemos en un partido de masas mediante la transversalidad ideológica, tal y como han venido defendiendo los partidarios del pragmatismo de Íñigo Errejón.

Transversalidad en política es un sinónimo de tibieza, un concepto que no entra en el vocabulario de Diego Cañamero, alcalde de El Coronil entre 1987 y 1991 y 1995 y 2001. Ese año abandonó el cargo para dedicarse en "cuerpo y alma" al Sindicato de Obreros del Campo (SOC), que poco tiempo después se transformó en el Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT), del que ha sido portavoz hasta el pasado otoño. La retirada a un segundo plano de Juan Manuel Sánchez Gordillo ha facilitado que se erija en el principal icono mediático del movimiento jornalero. Aunque para aspirar a un escaño, ha tenido que convertirse en un paracaidista en las listas de Jaén, provincia con la que no tenía ninguna relación hasta la fecha.

"Su actitud es o estás conmigo o contra mí. Es imposible negociar con él", señala Jerónimo Guerrero, ex alcalde socialista de El Coronil entre 2007 y 2015. El PSOE logró arrebatar la Alcaldía a IU, formación a la que se adscribió la CUT, brazo político del SAT. Los socialistas consiguieron el Consistorio gracias a una escisión crítica con Cañamero, y en 2011 lograron la mayoría absoluta.

Dos años después, el municipio sufrió la huelga de basuras más larga de la historia en España, convocada por el SAT. 72 días sin recogida de basuras, provocando que la Junta de Andalucía decretara la alerta sanitaria y la Guardia Civil tuviera que tomar el pueblo para que se pudieran retirar los desperdicios. "Fue una huelga política. Cañamero es el único político imputado por un delito grave de salud pública", afirma Guerrero, que cree que "tiene una gran frustración con el PSOE". "Lleva 30 años haciéndole el trabajo a la derecha basando su política en hacer daño al PSOE", considera.

Manuel Lara es el edil del MAIN que permitió en 2007 la investidura de Jerónimo Guerrero. "En ese Pleno, Cañamero se asomó al balcón para gritar Nos han robado el Ayuntamiento. Eso define su personalidad", relata Lara, que explica que él participó en la fundación del SOC y decidió abandonar el sindicato por la deriva que iba adoptando. "El sindicato actual no tiene nada que ver con el SOC. Veo más espectáculo que sindicalismo. Veo más protagonismo y personalismo que soluciones a los problemas de los trabajadores", asegura.

Francisco Casero también fue uno de los fundadores del SOC en 1976 junto a figuras como Diamantino García, Esteban Tabares, Juan Manuel Sánchez Gordillo o el propio Cañamero. Eran años duros. El movimiento sindical se movía en la alegalidad. Era una Andalucía con una estructura social muy diferente a la actual, con el 30% de su población concentrada en el sector agrario, frente al 10% de la actualidad.

"Diego era muy niño entonces, el más joven de todos nosotros. Siempre fue muy inquieto", recuerda Casero. "En los años 70 defendíamos la independencia de la actividad sindical y ninguno jugamos la baza política", señala Casero, que abandonó posteriormente el movimiento jornalero para reconvertirse en activista de la agricultura ecológica. "Permanecer tantos años supone confundir sindicalismo con personalismo. Diego no ha sabido evolucionar. Dio el paso al SAT, y en la última etapa, tanto él como Sánchez Gordillo han dejado que se convierta en una correa de transmisión política", lamenta Francisco Casero, que critica "esa confusión total entre lo político y lo sindical, porque al final se supeditan los intereses políticos a los de los trabajadores". Casero tuerce el gesto cuando se le pregunta su opinión sobre los asaltos a los supermercados o la defensa a ultranza de Bódalo. "El SOC representa la gran apuesta histórica por la lucha no violenta del movimiento obrero. Y creo que este planteamiento no ha estado tan nítido en los últimos años", sostiene. "Otra cuestión es el estado de la justicia. Penas como las de Bódalo o Pedro Pacheco me parecen excesivas", concluye.

"Él es leal a sus ideales. Pero se han quedado desacompasados con la época que le tocó vivir", sostiene Felipe Gayoso, asesor laboral de Asaja-Sevilla, interlocutor de la patronal con Cañamero en las numerosas movilizaciones y huelgas convocadas en los últimos 36 años. "Creo que con lo mejor de su voluntad, no ha traído mejoras para nadie, ni para los trabajadores ni para las empresas", señala Gayoso.

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