Elecciones

La hora del Gobierno amigo

  • El PP lleva ocho años reivindicando el AVE, la presa de Alcolea y el desdoble de la N-435, acusando del retraso al PSOE · Ahora llega la prueba; ejecutar lo prometido en plena crisis económica

En el año 2004, poco después de la victoria del PSOE en las elecciones generales, los socialistas valverdeños retiraban del balcón de su Ayuntamiento un cartel reivindicando el desdoble de la N-435, el símbolo de una guerra de años. Aseguraban que con la llegada de Rodríguez Zapatero a La Moncloa el proyecto se convertiría en una realidad. El PP no tardaría en recoger el testigo reivindicativo y en los últimos ocho años ha venido criticando la falta de ejecución de una infraestructura que considera vital para la comarca.

Ahora, la pelota está de nuevo en el tejado de los populares. Cosas del juego democrático, les toca a ellos cumplir con la ejecución de una autovía de 1.100 millones de euros de coste en plena crisis económica. No es la única promesa pendiente; el PP ha mantenido en los últimos años una estrategia de confrontación (típica de un partido en la oposición) basada en el abandono de la provincia de Huelva por parte del Gobierno central, que pasa por infraestructuras como el AVE y la presa de Alcolea, la falta de planes para impulsar el empleo en una zona deprimida como la Cuenca Minera o la actuación del Gobierno en las políticas pesquera y agraria común. Con el PP en Madrid, destacaba el alcalde de Huelva, Pedro Rodríguez, en el cierre de campaña "vamos a tener un Gobierno amigo. Hasta ahora no nos dan el agua ni la sal, solo la descalificación".

"Nosotros lo que prometemos lo terminamos haciendo". La diputada nacional del PP Fátima Báñez se expresaba así de rotunda sobre las promesas populares. Y para pasar página rápidamente después de unos últimos meses en los que han tenido que bailar con la más fea -léase crisis-, el PSOE ha pasado de inmediato al papel de oposición, desde el que su secretario provincial, Mario Jiménez, aseguraba el lunes que estarán vigilantes y batallarán "por el empleo, la protección de las familias y las infraestructuras en marcha".

La batalla será dura. La última Encuesta de Población Activa marcaba una cifra de 79.900 parados, con casi un tercio de la población activa (aquella que trabaja o en disposición de trabajar) desempleada. La cifra de paro se ha convertido en arma arrojadiza entre administraciones socialistas y populares (los primeros miran al Ayuntamiento de Huelva y los segundos a la Junta y el Gobierno central) y sobre ella se volvía a pronunciar ayer el presidente del PP de Huelva, Manuel Andrés González: "El empleo es nuestra obsesión y desde hoy trabajaremos sin descanso para que en Huelva se cree empleo cuanto antes". Sobre la mesa, las medidas propuestas a nivel nacional para favorecer la creación de empresas, una reforma laboral y una reforma de las administraciones, liberando presupuesto para invertir: los populares aseguran que el inicio de las grandes infraestructuras y puesta en marcha de proyectos industriales como la mina de Riotinto supondría la creación de 20.000 empleos.

El montante tendrá que ser alto para cumplir con todo lo prometido. El AVE es piedra angular de la propuesta y ha sido pieza de confrontación en los últimos años: mientras los socialistas vendían el inicio de las obras de la infraestructura ferroviaria de la estación (y su posterior parón por la falta de los terrenos que tenía que aportar el Ayuntamiento), los populares criticaban el retraso en los proyectos de la línea Sevilla-Huelva. Pedro Rodríguez anunciaba su llegada si Rajoy alcanzaba La Moncloa: la licitación de las obras queda ahora de la mano del futuro ministro de Fomento.

Parecida situación guarda la A-83, el conocido como desdoble de la N-435 (que en realidad es una nueva autovía); el primer tramo, las variantes de Beas y Trigueros, está licitado y debería adjudicarse en las próximas semanas. El resto del proyecto está todavía en fase de redacción y tramitación administrativa, con inconvenientes ambientales en lontananza (la autovía podría tener que convertirse en carretera a su paso por la Sierra) y uno principal: los 1.100 millones de euros de coste de la ejecución de la prometida conexión con Extremadura. El PP ha promovido concentraciones, realizado preguntas en Pleno y hecho bandera de ella como infraestructura imprescindible para el desarrollo de la Cuenca Minera. Precisamente la comarca en la que ha volcado gran parte de sus esfuerzos el equipo popular en las dos últimas campañas electorales con la reapertura de la mina como eje; es la Junta de Andalucía la que tiene que dar permiso, por lo que esa promesa electoral queda en stand by hasta las elecciones del próximo mes de marzo (que no olvidado en las promesas electorales, que volverá a protagonizar).

El desarrollo de la obra de la presa de Alcolea será otro de los hitos. Pendiente de una decisión del Ministerio de Medio Ambiente, los populares han comprometido su ejecución y la del canal de Trigueros, primer paso para recuperar el Plan Hidrológico Nacional que derogó el PSOE al llegar al Gobierno. La parálisis del tercer carril de la A-49 o el trasvase del Condado han sido otras denuncias habituales de los populares, que incluso pusieron en marcha de recordatorio de los incumplimientos del PSOE bajo el lema Huelva, una provincia engañada.

Los cambios en la política agraria y pesquera común han sido también centro de las críticas populares. Las promesas en ese sentido también son importantes: rechazar los borradores propuestos, que en el caso de la pesca pueden suponer la desaparición de 300 embarcaciones onubenses y en el sector agrícola la pérdida de 13 millones de euros de ayudas, la mitad de las que se reciben ahora.

El impulso a la agricultura pasa también por la ejecución de las infraestructuras hidráulicas pendientes y la ampliación de los regadíos, con una traducción también en materia de empleo: uno de cada cuatro puestos que se creen en la provincia vendrá de este sector.

Y en materia social, propuestas generales: subida de las pensiones, facilidades para crear empresas y ayudas a la vivienda para jóvenes. Un capítulo amplio de compromisos que habrá que cuadrar en unos presupuestos mermados (y por hacer), pero con el añadido de las elecciones andaluzas en un horizonte próximo, que pueden atraer a la comunidad un montante más alto de inversión en estos meses. Dentro de cuatro años podrá hacerse el balance.

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