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Diplomacia rociera a pie de marisma

  • La Matriz de Almonte recibió este año a 108 hermandades filiales · Más de diez horas de presentación en las que se vivieron momentos de gran emoción como la llegada de Triana

Llegaron las hermandades al Rocío a la par que se presentó el calor en la aldea. Almonte recibe a su filiales con la misma cortesía con la que el sol da la bienvenida a los peregrinos sabedores de que todos los caminos conducen a esta Roma a pie de marisma. Los primeros días acompañó el frescor, pero ayer el mercurio pidió la venia para ascender. Permiso que le fue concedido. Más de 30 grados por las arenas. Ya se echaba en falta el sofoco.

El primer día de actos oficiales en la aldea es metáfora de la diplomacia rociera. La Matriz recibe a 108 filiales, lo que se traduce en 108 salves y 108 interpretaciones de la Marcha Real. En total, más de 10 horas bajo la concha que sirve de entrada principal al santuario, donde los almonteños -impecables en el vestir a primera hora- se van alternado para dar descanso al cuerpo. A la hora en la que se reza el Ángelus se solventa la rotura de una tubería que anegó varias calles de la aldea y dejó sin agua durante más de cuatro horas a los rocieros que ya habían pernoctado en ella. Solucionado el incidente comienza el desfile romero. Las primeras hermandades son las que congregan más público. Lógico. Son las más numerosas y las que recuerdan a ese Rocío antiguo, de caminos sin alambradas, con las mínimas comodidades, pero, eso sí, con la naturalidad que ahora tanto se echa en falta en esta celebración. Abre el ritual de las presentaciones la Primera e Imperial. Villamanrique llega impoluta hasta las plantas de la patrona de Almonte, la que descubrió Goro Medina, antiguo manriqueño, en un acebuche. Antes de cantar la salve hay un cruce de palabras y gestos entre manriqueños y almonteños. Rivalidad que excede a cualquier tópico. La discusión, por unos momentos bastante tensa, queda interrumpida con los vivas a la Virgen. El nombre de Rocío es el mejor brindis por la cordialidad en estas tierras.

Luego vienen Pilas y La Palma del Condado, que este año hace la presentación con su vecina y ahijada en cuestiones rocieras, Bollullos Par del Condado.Tras ella dos hermandades con mucha literatura: Moguer, patria chica de Juan Ramón Jiménez, y Sanlúcar de Barrameda, a la que acompaña este año el premio Nobel Mario Vargas Llosa. Y sigue la lista. Aunque con punto y aparte. Por la calles aledañas ya resuenan los cantes. Se acelera el pulso. Se escucha esa melodía con la que se constata que es Sábado de Pentecostés: "Aquí estamos otra vez..." Matas de romero alzadas. Una tribu nómada invade la explanada del santuario. Por la megafonía se pide que dejen paso a la carreta del simpecado, donde el polvo matiza cualquier atisbo de brillo argénteo. Se para la comitiva. Nudos en la garganta. Triana otra vez ante la Blanca Paloma.

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