El Rocío

Madrid llegó con Huelva hasta El Rocío

  • Aniversario rociero. La hermandad madrileña celebra el cincuentenario de su primera presentación ante la Blanca Paloma, que hizo con la Hermandad de Huelva

LA Hermandad de Madrid cumplió su sueño de presentarse ante la Blanca Paloma en la romería de 1961. El camino lo hicieron con los rocieros de Huelva, hermandad que les amadrino.

Constituyó todo un acontecimiento en el mundo rociero, además en aquella época también fue muy importante que El Rocío trascendiera de manera oficial con su propia hermandad las fronteras de Andalucía y se instalara durante todo el año en la capital de España, gracias al trabajo y la generosidad de buenos rocieros. Todo aquello culminó en el júbilo compartido con la Hermandad de Huelva, que hizo su salida hacia la aldea el jueves 18 de mayo de 1961. Se recuerda como una "triunfal salida", resultando brillantísimo el recorrido con la capital y es que el pueblo onubense les dispensó a ambas hermandades una cariñosísima despedida.

Aquella partida, según recogen las crónicas de la época, superó en animación y entusiasmo a la de años anteriores al ser acompañada la Hermandad del Rocío de Huelva por la de Madrid. Desde primeras horas de la mañana mucha gente se echó a la calle con el deseo de presenciar el desfile de caballistas y carretas. Un gran número de persona fue llenado las calles de San José Paseo de la Independencia, Plaza de la Merced y sus alrededores. A las ocho de la mañana la misa de romeros se celebró en la Santa Iglesia Catedral oficiada por Antonio Barba Campos.

Terminada la misa, fue trasladado el Simpecado de la Hermandad de Huelva a su hermosa carroza de plata que aparecía cuajada de flores distribuidas en ricas jarras de plata, así como multitud de ramos.

El simpecado de la Hermandad de Madrid era portado a caballo por su hermano mayor el infante don Carlos Samoyski de Borbón, que llevaba a la grupa a su esposa. La Hermandad de Huelva la presidía su hermano mayor, Manuel L. Damas López y tras la carreta del Simpecado , marchaban hasta veinticinco carros, artísticamente engalanados. Hubo recibimiento a las puertas del Ayuntamiento y luego la comitiva siguió por la calle Berdigón hasta la carretera de Sevilla y al llegar a la Isla Chica miles de personas le esperaban en este barrio.

Después una breve parada dando frente a la nueva parroquia del Rocío. La hermandad reanudó la marcha haciendo un nuevo alto en el Cuartel de la Agrupación de Infantería Granada número 34.

En el camino, otro punto siempre importante como era la llegada a San Juan del Puerto, que según la crónica de la época le dispensó un gran recibimiento, así como en Niebla y Rocío. Mientras que poco antes de las diez de la noche llegaban a Almonte, donde le esperaban miles de personas, constituyendo todo un acontecimiento. Las hermandades onubenses y madrileña hicieron su desfile por varias calles de la población, entre el sonido de cohetes y los vivas a la Blanca Paloma. En muchas calles se improvisó el ambiente festivo rociero y a la mañana siguiente iniciaban camino hacia la aldea.

Quedaba por culminar este camino con la presentación ante la Blanca Paloma, lo que se produjo el sábado día 20. Constituyó, sin duda, un momento de especial alegría. La Hermandad de Madrid hacía su presentación de la mano de su madrina, la de Huelva. Flery, en su crónica para la prensa señala que en este encuentro se vivió "la emoción más intensa que puso vítores en las gargantas y lágrimas en los ojos onubenses y madrileños y del gentío rociero cuando los dos simpecados de Madrid y de Huelva, a través los hermanos mayores se conjuntaron ante el Simpecado y junta de gobierno de la hermandad Matriz a las puertas del santuario".

A este encuentro se sumaron también los miembros de la Federación de la Asociación de la Prensa que venía celebrando en Huelva su asamblea nacional. El anfitrión fue el rociero y presidente de honor de la Asociación de la Prensa de Huelva, Arturo López Damas.

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