José Donoso | Director general de la unión española de fotovoltaica (UNEF)

“La instalación de plantas fotovoltaicas no es el ‘far west’; hay una planificación”

  • Donoso uno de los máximos responsables de la asociación que representa a las principales fotovoltaicas del país

  • “La energía solar es una oportunidad contra el cambio climático”, afirma

  • "La solar fotovoltaica es la manera más barata de producir energía eléctrica”

José Donoso, director general de UNEF, en una imagen cedida por la entidad.

José Donoso, director general de UNEF, en una imagen cedida por la entidad.

La Unión Española Fotovoltaica (UNEF) es una asociación que engloba a la práctica totalidad de las empresas vinculadas a la generación de la energía fotovoltaica. En esta entrevista, su director general, José Donoso, defiende la proliferación de plantas solares por todo el país señalando que es una “necesidad” para avanzar en la descarbonización y en la lucha contra el cambio climático. Afirma, además, que hay una planificación en el crecimiento exponencial que está teniendo este tipo de instalaciones en los dos últimos años. En Jerez, ya hay 11 plantas autorizadas y otras tres pendientes del visto bueno autonómico.

¿Por qué estamos viviendo un momento de eclosión de plantas fotovoltaicas en España?

Estamos viviendo una coyuntura con una mezcla de factores que se han alineado para que se dé este ‘boom’. Por un lado, hay una necesidad de lucha contra la emergencia climática, que se ha trasladado a unos objetivos políticos por parte de la Unión Europea y del Gobierno español a través del PNIEC (Plan Nacional Integrado de Energía y Clima) para el desarrollo de la energía solar. Por otro lado, es una oportunidad. A día de hoy, la energía solar fotovoltaica es la manera más barata de producir energía eléctrica, sobre todo en países con este recurso como España. Además, esto es una oportunidad económica muy importante porque estamos viendo en estos días unos precios elevados en los mercados eléctricos europeos. Ahora estamos viendo precios de 90 euros mientras que, cuando se hizo la subasta de la energía fotovoltaica en enero, se ofertó una media de 24,4 euros. Por primera vez, vamos a poder tener energía eléctrica más barata que en los países del entorno. Y también hay que tener en cuenta que hay actualmente una gran liquidez en el mercado financiero internacional y pocas oportunidades de inversión, pero han encontrado en la energía fotovoltaica una energía por la que merece apostar. La mezcla de estos factores ha dado el ‘boom’ actual que estamos viviendo.

Usted habla de ‘boom’, pero hay quien habla de burbuja fotovoltaica, un término más peyorativo por su connotación oportunista...

Yo soy economista. Aquí nos basamos en un tema que es la competitividad. Lo que hacen defendible estas inversiones es que son económicamente rentables. ¿Qué sería una burbuja en términos económicos? Pues el supuesto de que ahora se hicieran unas inversiones desmesuradas y después el precio de la energía eléctrica fuera muy inferior a los precios de coste. En este momento, estamos viendo unos precios desmesuradamente altos, pero en circunstancias normales el precio medio del mercado español ronda los 40-45 euros, con lo cual la competitividad de la fotovoltaica es la mitad. Pero no es descartable llegar a un momento en el que los precios, con mucha energía renovable, puedan bajar. Por eso es necesario ordenar el mercado eléctrico para que estas circunstancias no pasen.

En el caso de Jerez y en el resto de Andalucía hay un elevado número de solicitudes de autorización para implantar plantas fotovoltaicas. ¿No es necesaria una planificación o una regulación en la concesión de estos permisos?

Es que todo esto ya está regulado. Esto no es el ‘far west’. Quien pide una planificación está olvidando que España es un país de derecho que tiene unas tramitaciones administrativas muy proteccionistas con el medio ambiente, algo que está muy bien. Y conseguir las autorizaciones es muy difícil. Por eso, se está confundiendo al decir que todos los proyectos que han pedido autorización se van a llevar a cabo. La realidad no va a ser así porque habrá proyectos que no obtendrán esos permisos, porque somos un estado de derecho y hay un instrumento fundamental que es la declaración de impacto ambiental que tiene dos elementos. Uno es la declaración de impacto ambiental de cada planta y el otro es el estudio acumulativo en el entorno. Y ese estudio ambiental acumulativo tiene el efecto de esa planificación que se está pidiendo porque en él se analiza caso por caso, con información real y no teórica sobre el impacto que tiene en una determinada zona. Esta es la planificación real que tiene sentido. Lo otro que se está pidiendo es realmente una moratoria que es un disparate porque se nos olvida que estamos en una emergencia climática. Si ahora nos dedicamos a hacer moratorias, el riesgo que tenemos es que ya hemos perdido una década en esa lucha y vamos a perder otra, porque al final volveremos al punto de partida. Ya hay un mapa del Ministerio con la implantación de plantas fotovoltaicas; había un visor de la Junta de Andalucía que retiró y que volverá a poner; pero lo importante es el estudio caso por caso. Si aplicamos moratorias, vamos a perder una oportunidad de generar energía limpia y barata, además del empleo que se genera durante la construcción de estas plantas en un momento tan complicado para la economía como este para salir de la crisis del covid.

Uno de los parques fotovoltaicos que se está construyendo en Jerez. Uno de los parques fotovoltaicos que se está construyendo en Jerez.

Uno de los parques fotovoltaicos que se está construyendo en Jerez. / Miguel Ángel González

Le hago mención del caso de Jerez, donde se están tramitando o en construcción 15 plantas fotovoltaicas. ¿No son demasiadas, aunque el término municipal jerezano sea uno de los más extensos de Andalucía?

Insisto en lo que decía antes. En la situación concreta de Jerez hay que analizar tanto el estudio de impacto ambiental como el acumulativo que le indicaba antes. Cada uno de los 15 proyectos tiene que ser analizado, hay que ver el impacto que tienen y luego verlos en su conjunto, analizar su impacto. Y son las autoridades ambientales quienes deben decidir si estos 15 proyectos tienen sentido o no. Esto no se puede determinar desde el punto de vista teórico sino con el estudio real sobre el impacto sobre el territorio.

Hay colectivos que alertan de que la campiña jerezana se va a convertir en un mar de espejos...

Hay algunas plataformas andaluzas que hablan de que las plantas están generando desiertos. No sé si es demagogia o desconocimiento sobre lo que es una planta fotovoltaica, pero es todo lo contrario. Para empezar, las plantas fotovoltaicas no necesitan de agua por lo que no se fomenta la desertización. En septiembre presentaremos dos estudios elaborados por consultores independientes que corroboran que estas instalaciones generan una oportunidad para la naturaleza ya que se enclavan en terrenos donde habrá poca actividad humana y, por ende, la naturaleza vuelve. No habrá uso de productos sanitarios, no habrá cazadores y no habrá alteraciones humanas por lo que se convierten en santuarios para las aves. Sin duda, se convierten en reservas integrales para la naturaleza, salvo que apostemos por la otra vía, que es la que se llama la ‘agrofovoltaica’, porque en estos terrenos se pueden implantar cultivos o zonas de pasto para el ganado.

Otro de los aspectos que se le reprocha a este tipo de instalaciones es que generan mucho trabajo durante su instalación, pero apenas necesita de mano de obra durante su vida útil...

Estas plantas generan empleo de manera directa e indirecta. De forma directa, son muy intensivas en la generación de empleo durante su construcción. Una planta de unos 50 megavatios, un tamaño medio, necesita de cientos de puestos de trabajo durante su construcción. Es verdad que durante la fase de operación y mantenimiento es al revés; pero son unos empleos muy bien remunerados, por encima de la media. Ahora bien, nosotros estamos pidiendo a nuestras empresas que contraten toda la mayor mano de obra posible a la población local. Y de forma indirecta, la energía fotovoltaica va a dar competitividad a la industria española al ofrecerle una energía barata. Ya estamos viendo el caso de una empresa norteamericana que buscaba un emplazamiento para instalar su fábrica de diamantes artificiales que ha optado por instalarse en Trujillo, en Cáceres, y generar 400 puestos de trabajo porque ha conseguido un contrato con una planta solar que le garantiza un precio de la electricidad competitivo a medio plazo. Lo interesante no es solo que haya este tipo de acuerdos bilaterales entre empresa oferente y consumidora, sino que se institucionalice en comunidades, provincias o zonas donde haya una mayor producción de energía se aplique una bonificación para su industria y, de este modo, sirva para atraer industrias.

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