No creía que los buenos datos sobre empleo de este año iban a enfadar tanto a la oposición.

Ante este derroche de falsedades, exageraciones y bulos es imposible establecer un debate serio.

Sería un error considerar a Isabel García Ayuso un verso suelto, un elemento extraño y pintoresco.

El proyecto común que identificamos con España es bastante más complejo que su representación militar.

Son los miedos que continuamente tratan de sembrar y no los hechos el principal elemento de análisis.

Es llamativo que a estas alturas sigamos elucubrando sobre cuál fue la posición exacta.

Es fácil, aunque no se sepan las dificultades para detectar invasiones telefónicas, atribuir negligencia y falta de eficacia.

El rastro que está dejando la falta de rastreadores es el mejor exponente de la política de campanario.

Extraña la inclinación que determinadas fuerzas políticas tienen para complicar lo fácil.