Emilio Ontiveros | Presidente de Analistas Financieros Internacionales

“En Davos se dijeron cosas que ya no se atrevería a decir algún socialdemócrata”

Emilio Ontiveros, durante la entrevista.

Emilio Ontiveros, durante la entrevista. / Juan Carlos Muñoz

Catedrático emérito de Economía de la Empresa de la Universidad Autónoma deMadrid, de la que fue vicerrector, Emilio Ontiveros Baeza (Ciudad Real, 1948), ha sabido conjugar con acierto su trayectoria docente con la de empresario de éxito. En 1987 fue uno de los fundadores de Analistas Financieros Internacionales (AFI), compañía que aún preside. Su último libro, Excesos (Planeta, 2019), definido por su partenaire en el Foro Joly Juan José Toribio como un testamento, es un una obra imprescindible para entender la economía global de hoy.

–No sé si lo pretendía, pero Excesos es un gran ensayo sobre la globalización. Avanza uno con pesimismo al recordar los desmanes, pero acaba con optimismo al leer sus conclusiones. ¿Hay esperanza?

–Claramente, sí. Está muy bien leído. Porque efectivamente el objetivo del ensayo parte de la constatación de cómo el sistema ha ido generando disfunciones, pasándose de rosca en distintos ámbitos, hasta converger, no determinar, en la crisis. Y lo que hemos visto después es un intento de revisión, dentro del propio sistema, de resetear su funcionamiento. El último ejemplo se dio en Davos, que este año se centró en legitimar el sistema económico. Y algunas de las cosas que se han dicho en Davos ya no se atreverían a decirlas algunos socialdemócratas, como que el beneficio no debería ser el objetivo único de las empresas, y que hay otros, como la necesidad de priorizar los sociales o medioambientales.

–¿Por qué la hay?

–Porque aun cuando no seamos capaces de revisar decisiones correctivas al ritmo que nos gustaría, creo que no hay vuelta atrás en la necesidad de paliar los destrozos del planeta. El ritmo puede variar con frenos tipo Trump, pero está asumido.

–¿La principal conclusión del libro es que, aunque la autorregulación sea positiva, la economía necesita supervisión?

–Totalmente. A los mercados no se les puede dejar solos. Es la principal lección de la crisis del 2008, aunque ya lo habíamos deducido antes. La gran lección de la crisis pasada es que el gobierno de la globalización es necesario y, en particular, en su dimensión financiera.

–¿Lo principal que falló fueron los supervisores?

–Quedaron en entredicho, porque se verificó que los operadores tenían una capacidad técnica superior a la de los supervisores. No fueron siempre capaces de rastrear los riesgos de aquellas dichosas hipotecas. La regulación no tiene que ser numerosa, sino nítida y homogénea globalmente.

–Marcar muy bien los límites, ¿no?

–Absolutamente. El propio _Alan Greenspan reconoció la equivocación ante el comité bancario del Senado [de EEUU], ya que atribuyeron a la autorregulación una capacidad de control que en momentos de borrachera límite no supo ejercerse.

–¿Pero si ocurrrió también es por lo que en el libro llama financiarización, que las finanzas estén despegadas de la economía real?

–Sí señor. Demasiado divorciadas. La misión de las finanzas debería ser cubrir lo que hace la economía real.

"A los mercados no se les puede dejar solos y las finanzas no pueden subordinar a la economía real"

–¿Posibilitarlo?

–Sí, vestir, posibilitar, facilitar la eocnomía real, que  ahora, en muchos ámbitos,  está subordinada a la actividad financiera, a los grandes mercados de capitales, incluido el mundo de la empresa. Pasa en las cotizadas, que subordinan parte de sus actuaciones a lo que digan los mercados de acciones o de bonos. Y gobiernos que tienen como elemento de intimidación lo que piensan de ellos los dichosos mercados. La obtención de beneficios financieros es cortoplacista, mientras la economía real mira al largo plazo. Un directivo no puede estar pendiente del valor de la acción, ni ser remunerado en fución a eso, porque sacrifica otras prioridades. Las finanzas no pueden subordinar la economía real.

–El libro analiza muy bien el nuevo orden, con dos grandes actores, China y EEUU, pero apuesta por mantener la multilateralidad cuando está siendo atacada brutalmente por Trump.

–Es curioso que   esté ninguneando una arquitectura que creó la propia Administración estadounidense al término de la Segunda Guerra Mundial. Porque entendía que la mejor forma de preservar la economía de mercado era ir cediendo soberanía a organismos multilaterales. Trump ha anulado a la_OMC cuando es más necesaria que nunca para luchar contra abusos, de China o de cualquier otro. Es una inflexión importante que ha traído como consecuencia la desaceleración que vivimos, por generar una inquietud notable.

–Resulta paradójico que el mundo anglosajón protagonizó la mayoría de excesos y ahora sea el que crea más problemas, no sólo Trump, también el Brexit ¿Es posible dar lo que ha pedido Boris Johnson tras el Brexit?

–No va a ser posible. Es un canto al sol en el arranque de la nueva negociación.

–¿Es pura estrategia?

–És consciente de que la economía británica necesita más a la UE como socio comercial que al contrario._Confío en que el empresariado británico le vaya suavizando. Reino Unido ha tomado una decición irracional desde el punto de vista económico. Le habría ido mucho mejor quedándose para seguir influyendo dentro, que lo ha hecho y mucho. Erró al culpar al otro, al emigrante, de sus males económicos. Igual que Donald Trump, que no miró a los problemas internos para explicar el déficit comercial.

–¿Se están cometiendo algunos errores posteriores a la Gran Depresión ahora tras la Gran Recesión?

–Sí señor. La memoria de la Gran Depresión es pertinente, porque hasta que concluyó en la Segunda Guerra Mundial estuvo trufada de decisiones de perjuicio al vecino: guerras comerciales y de divisas. Al final se llegó a las manos.

–¿Ahora es más dificil?

–Puff. Creo que sí, porque está la experiencia y  porque dos no se pelean si uno quiere, y China ha reaccionado con inteligencia, no a la Coreana: hubiese sido un lío.

–¿Trump es más ladrador que mordedor?

–Trump es ladrador y en función de coyunturas electorales. En año electoral no tiene sentido frenar más la economía.

Excesos me pareció un libro más ideológico que económico. ¿Me corrige?

–Es analítico, pero sí tiene un componente opinático.

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