francisco alaminosDibujante

"Dibujar el miedo de la gente es bastante complicado"

"Dibujar el miedo de la gente es bastante complicado"

"Dibujar el miedo de la gente es bastante complicado"

Es uno de los dibujantes que ha participado en la película Buñuel en el laberinto de las tortugas, premiada con un Goya. Se presentó a un concurso de jóvenes dibujantes convocado por Bruguera y fue merecedor del Mortadelo de Plata en 1984. A partir de 1988 se dedicó a la animación. Ha sido director artístico y animador en varias series de Disney y ha participado en películas de Astérix o Todos los perros van al cielo, entre muchas otras. Ha trabajado para Warner en la serie de Batman y para Don Quijote de La Mancha de TVE.

-¿Qué dibujó durante el confinamiento?

-He dibujado poco. Lo que sí he hecho es abocetar en la libreta, a modo de ejercicio, cabezas y fotos.

-¿Se puede dibujar el miedo de la gente?

-Se puede dibujar, con más o menos acierto, todo lo que en cada momento se quiera. Mostrar en una imagen el miedo de una persona es bastante complicado, pero hay veces que estás más receptivo y te aparece la imagen en el papel.

-Ahora con mascarilla puesta nadie sabe si está sonriendo o no cuando lee un cómic.

-Si una historieta o un chiste te hacen reír o te emocionan, los ojos son lo suficientemente expresivos como para saberlo. A no ser que seas un cara de palo.

-Lo último de éxito de usted ha sido Buñuel en el laberinto de las tortugas, que tuvo un Goya. ¿Es de lo que más satisfecho se siente?

-Por supuesto que es una gran satisfacción participar en una película y que sea premiada con un Goya. Pero lo más importante para mí en esta producción fueron las relaciones con el equipo. Era un grupo de gente joven y nueva en la animación que estaba muy unida y entregada en el trabajo. Los llevo a todos en el corazón.

-¿Se tuvo usted que ir a las Hurdes para hacer los dibujos?

-Recién llegados a Almendralejo nos fuimos a realizar el mismo recorrido que hicieron en la película. Nos desplazamos a La Alberca, donde pasamos la noche y realizamos vídeos y cantidad de fotos para las localizaciones. A la mañana siguiente bajamos al monasterio de Las Batuecas, donde Buñuel y su equipo residieron mientras rodaban. Después fuimos a Aceitunilla y a Martilandrán, donde seguimos con la rutina de dibujar lo que quedaba de la época y continuar fotografiando el entorno. Fue un viaje muy interesante y divertido.

-¿Conocía usted la historia de amistad entre Buñuel y Ramón Acín?

-No, no la conocía. Tampoco sabía mucho sobre Buñuel, aunque algunas de sus películas me gustaban mucho. Fue leyendo el guión para realizar los storyboards cuando empecé a ver y a interesarme por la vida del director aragonés y empecé a leer sobre su vida.

-¿Qué queda de aquel dibujante que en 1984 ganó el Mortadelo de Plata de la editorial Bruguera?

-Queda la afición al cómic y un amor increíble hacia el mundo de la historieta. Y queda un ávido coleccionista, pero sólo de los tebeos que me gustan, que no son pocos.

-Usted también es conocido en el mundo del dibujo por su participación en la serie animada Don Quijote de La Mancha para TVE. ¿Ahí empezó todo?

-En la serie del Quijote sólo hice unos pequeños trabajos de intercalación, muy pocos y como freelance. Ese fue mi primer contacto con el cine de animación, aunque en aquel entonces no me gustó mucho. Pero ese viaje a Madrid me permitió conocer a los que todavía son grandes amigos y me introdujeron en el mundo de la animación.

-Si no me equivoco estuvo usted un tiempo retirado del dibujo y luego volvió. ¿Y eso?

-Cansado de estar siempre fuera de casa y apenas poder disfrutar con mis hijos, decidí quedarme en Motril y trabajar en otras cosas que me permitieran estar más tiempo con ellos.

-¿Cómo ve de animado a este país?

-Este país siempre ha sido muy de dibujos animados, ja, ja, ja. Si se refiere específicamente al mundo de la animación, siempre se han hecho cosas, pero desde hace algunos años se realizan historias muy interesantes y competitivas.

-¿Qué personaje se merece en España el mejor dibujo y cuál el peor?

-Personajes de la vida real, no sabría decir. No me interesa ningún personaje público, ni para bueno ni para malo. Pero sí le haría un buen dibujo a ese personaje del cómic español al que siempre he querido un montón, el Capitán Trueno.

-¿Hasta qué punto es necesario el humor para la salud mental?

-Creo que es muy importante reírte de todo un poco. Estamos viviendo unos tiempos un poco estresados y necesitamos echarle humor a la cosa.

-Por cierto… ¿Se ha jubilado ya Tato Cantidubi, su primer personaje en el cómic en los años ochenta?

-Tato se jubiló hace mucho tiempo. Él me dio la oportunidad de empezar en este mundo con gran ilusión. A veces me han entrado ganas de traerlo de nuevo al tablero, pero reconozco que es un personaje que en estos tiempos no tiene lugar.

-¿Un dibujo con el que haya soñado a la hora de dormir?

-No sueño con dibujos, pero sí con historietas que siempre tengo conmigo, podrían ser de Blueberry o de Spirou, esas historias de dibujantes a los que he admirado siempre.

-Hay una revista de cómic motrileña que se llama El Batracio Amarillo que lleva 25 años publicándose en papel… ¿Eso es un milagro?

-No sé si es un milagro, lo que sí es cierto es que detrás hay un grupo de profesionales que la mantienen donde está. Espero que continúe mucho tiempo.

-¿Algún proyecto en mente?

-Siempre tengo proyectos de cómic en mente, pero nunca los llevo a la práctica. Sólo sigo con los trabajos que van surgiendo en animación. El cómic lo dejo para que lo realice la gente que admiro.

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