Jean Canavaggio, catedrático de Literatura Española en la Universidad de París

"Si Cervantes se va a América, nos habríamos quedado sin el Quijote"

Jean Canavaggio, catedrático de Literaruta Española de la Universidad de París.

Jean Canavaggio, catedrático de Literaruta Española de la Universidad de París. / Juan Carlos Muñoz

Su biografía de Cervantes la tradujo al español Mauro Armiño, uno de los traductores de la obra de Marcel Proust. Jean Canavaggio (París, 1936) abrió ayer el ciclo La Nobleza en la Literatura del Siglo de Oro organizado por la Real Maestranza de Caballería de Sevilla y la Fundación Cultural de la Nobleza Española que coordina el profesor Serrera. Un ciclo en el que hoy y mañana intervienen Pedro Piñero (la Nobleza en el Romancero) y Rogelio Reyes (en el Teatro). Canavaggio dirigió la Casa de Velázquez en Madrid y es miembro de la Real Academia de la Historia.

-Vino a hablar de la nobleza en el Quijote, un libro lleno de pueblo llano.

-Evidentemente, porque la mayoría de los que aparecen son pecheros.

-¿Estaba Cervantes muy por debajo de su obra, como decía Unamuno?

-La paradoja unamuniana tiene algo de verdad profunda porque llega un momento en que la novela deja de pertenece a su autor y pasa a ser de los lectores.

-Cervantes y Shakespeare mueren el mismo día.

-Hay una diferencia de diez días, porque se rigen por calendarios distintos.

-¿Los franceses con cuál se quedan?

-Cervantes en Francia es sobre todo el Quijote. Las Novelas Ejemplares y los Entremeses se conocen mucho menos. Shakespeare creó un mundo extraordinario en dramas y comedias que siempre se están representando.

-¿Al final Sancho se quijotiza y don Quijote se vuelve cuerdo y realista?

-La visión de Madariaga. Sancho tiene esa ilusión de la Ínsula Barataria, gobierno aunque sea de escarnio.

-Como francés, su país es destino de exiliados y emigrantes españoles. ¿Los primeros son Quijotes y Sanchos los segundos?

"Me casé bastante tarde, cuando acabé la tesis. La biografía de Cervantes fue una idea de mi mujer"

-Conocí a algunos de los que llegaron a Francia en 1939, al final de la guerra. También defendían unos ideales, pero su vivencia fue mucho más dura que las aventuras de don Quijote. La segunda y tercera generación de esos idealistas ya se equiparan con los emigrantes que se fueron por razones económicas a Francia o Alemania.

-¿Su obra En busca del perfil perdido de Cervantes es un guiño a Proust?

-Lo puso el editor y yo lo quité. El perfil de Cervantes se pierde, no sabemos si habla por don Quijote o alguno de sus portavoces, como Cide Hamete Benengeli, historiador escrupuloso, moro mentiroso.

-Le han dado dos Goya a la película inglesa El hombre que mató a don Quijote, de Terry Gilliam...

-Creo que estuvieron diez años de rodaje. Dicen que es interesante, pero demasiado suya. Hay películas sobre don Quijote que han dejado más huella. La rusa de Kozintsev, la de Orson Welles, que no acabó, y las dos de Gutiérrez Aragón. Estoy preparando un diccionario de Cervantes y una de las entradas será para el cine, porque hay películas desde los comienzos de la historia del cine, desde el cine mudo.

-Cervantes nace en 1547. Entre 1561 y 1580 nacen Góngora, Lope, Tirso de Molina y Quevedo. ¿Sus hermanos pequeños?

-Lo que es fascinante es que en un periodo tan corto, entre 1590 y 1615, coinciden la invención de la novela moderna con Cervantes, la nueva poesía de Góngora, el teatro de Lope.

-La generación del 27 rindió tributo a Góngora. Todos los que vivían tienen el premio Cervantes: Guillén, Dámaso Alonso, Gerardo, Alberti. ¿Cuál es el más cervantino?

-Guillén no sólo lo leyó, sino que lo comentó como profesor universitario. A Dámaso Alonso le interesa como académico y Gerardo Diego, poeta fino, estudia la poesía de Cervantes.

-¿Y Alberti?

-Alberti rescata la Numancia de Cervantes en dos ocasiones, una en el 37 durante el sitio de Madrid, con los romanos convertidos en italianos fascistas, otra en el 43 en Montevideo donde tuvo que cambiar el final por la derrota.

-Cervantes se quedó sin cruzar el Atlántico...

-Afortunadamente. Nos habríamos quedado sin el Quijote. No consiguió los apoyos necesarios. Estuvo diez años por Andalucía hasta que acaba en la cárcel de Sevilla.

-Nace 25 años después de que Elcano vuelva sin Magallanes y muere dos años antes de que nazca Murillo. ¿Su mundo?

-Su mundo es más el primero. No fue a las Indias, pero recorrió el Mediterráneo. Fue cautivo en Argel, soldado en Lepanto. Dice Estrada Marín que es uno de los personajes que aparece en El entierro del conde de Orgaz, de El Greco.

-¿Cómo lo descubre?

-Con seis o siete años, a través de un cómic. Yo no sabía quiénes eran Cervantes ni don Quijote.

-Después le ha dedicado media vida...

-Lo que pasa es que me casé bastante tarde, cuando terminé la tesis. La biografía de Cervantes fue una idea de mi mujer. Estábamos en Virginia y llevó el contrato firmado.

-¿El mundo de Proust es un Quijote de adentros?

-Está bien visto.

-Sus Dulcineas son las muchachas en flor.

-Estas muchachas son más bien muchachos.

-Aquí fue Troya. Don Quijote en la playa de Barcelona. ¿Lo diría de nuevo?

-En El viaje de don Quijote, Julio Llamazares dice que al llegar a Barcelona le dicen que son más de Tirant lo Blanc que del Quijote.

-Don Quijote no existiría; Dulcinea, con tantos amores imposibles, seguro...

-Gutiérrez Aragón dice que hay dos tipos de películas del Quijote: las que incluyen a Dulcinea y las que prefieren no sacarla.

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