Jesús de la Corte | Consultor internacional

"En la comodidad también existe la felicidad"

"En la comodidad también existe la felicidad"

"En la comodidad también existe la felicidad" / josé ángel garcía

Abogado y fundador de Management & Research, Jesús de la Corte (Huelva, 1972) ha escrito a cuatro manos con Fernando Lallana Sorbos de emprendimiento (Plataforma Editorial), donde proponen otra sensibilidad en torno al perfil emprendedor. Mezcla su tarea de negocio, meramente capitalista, con un acercamiento al budismo para mirar el mundo con más detenimiento. Ha dado dos vueltas al mundo y vivió en los 90 el apresamiento de unos piratas gambianos de un barco de la empresa familiar. "Buscamos dinero debajo de las piedras para el rescate de la tripulación", recuerda.

-Experto en ecosistemas del emprendimiento. Suena a cóctel de Félix Rodríguez de la Fuente con Bill Gates.

-Por ahí van los tiros. Es un concepto que agrupa la forma en la que todos los actores del emprendimiento se relacionan entre sí. Existe una armonía o desequilibrio entre todos.

"Ponía 'Beautiful Day' de U2 cada vez que iba a dar una conferencia y me decía: 'Vamos a comernos el mundo"

-¿Sabe que la segunda acepción de emprender en el DRAE es prender fuego?

-Sí y así entiendo el emprendimiento. Hay que prender fuego porque después, como el ave fénix, emergen las cosas nuevas.

-¿No asistimos a una burbuja del emprendimiento?

-A una sobresaturación. Se ha manoseado el concepto y al final lo daña porque tiene muchos matices.

-Un columnista escribió: "El uso de la palabra emprendedor es una tragedia porque indica que el pensamiento único progre ha desprestigiado por completo el nobilísimo concepto de empresario". Vaya palo.

-Es un afirmación salvaje y prosaico-literaria. El emprendimiento da para todo, tiene amantes y detractores. Dicen que es un artilugio que nos hemos inventado para ocultar o reducir los porcentajes de desempleo, porque no entran en las estadísticas. Llevo muchos años haciendo algo que lo llaman emprender y me va bien.

-¿Qué le diría a quien le reprochara que son charlatanes de la nueva ola de speakers florecidos en los últimos años?

-Es que hay muchos, ¿eh? Se montan un discurso y tiene su mérito, porque llenan auditorios y cobran mucho por conferencias. Han logrado un producto y eso es un arte en sí mismo. Estamos ávidos de que alguien nos descubra la verdad y eso se proyecta en muchas cuestiones. Casi todos esos speakers hablan de la capacidad de superarse, de la felicidad, no del sufrimiento, de la muerte, de la indignación... Necesitamos dos horas en las que nos inyecten algún tipo de insulina de la felicidad.

-Es promotor en Andalucía de las Fuck Up Nights (Noches Jodidas), donde se ponen en común fracasos empresariales. ¿Cuál es su principal varapalo?

-He fracasado mucho: fui víctima de bullying, me dejaron antes de una boda, sufrí meningitis con 17 años, me he arruinado en alguna ocasión, he tenido situaciones difíciles con empresas familiares... No interiorizo las cosas malas, rápidamente reseteo, me sacudo el polvo y lo convierto en positivo.

-"No he tenido éxito". Eso afirmó Jeff Jarvis, gurú del periodismo, cuando le preguntaron por sus dotes adivinatorias en la última década. Dicho esto: ¿dónde recomienda emprender?

-En aquello que provoque un pellizco en el estómago. Hay tendencias claras: hipersensibilidad medioambiental, cómo interpretar el packaging, el sentido del plástico, las lógicas de la contaminación, las nuevas formas de relacionarnos. Hay otro segmento vinculado al bienestar y a una actuación predictiva de la enfermedad y la salud: envejecimiento activo, nuevos alimentos, cómo gestionar enfermedades del siglo XXI como el estrés o la ansiedad...

-Ve indispensable la música para emprender. ¿Pongo Iron Maiden a toda caña o mejor Vivaldi?

-Lo jodido es escuchar los dos a la vez. La música nos hace mejores. No he visto a nadie que tras escuchar piezas conmovedoras no se tome 30 segundos de silencio. ¡Quién no se ha puesto una música estimulante cuando se enfrenta a un reto! Cada vez que tenía que dar una coferencia ponía Beatiful Day de U2 y me decía: "Vamos a comernos el mundo".

-¿Management es el ejemplo palpable de que sin anglicismos no eres nadie?

-Sí, es una mierda porque somos el segundo idioma por hablantes, aunque mi empresa se llama Management & Research; a veces te ves abocado a ello porque aquí viene una empresa con nombre inglés y todos la respetamos y si llegas a Bruselas y dices que te llamas La Patata Cañonera no te toman en serio.

-Dice que las empresas creadas por mujeres fracasan menos. ¿Estamos tardando en situar a una fémina al frente de la CEOE?

-Sin duda. Las mujeres tienen una capacidad para templar que nos falta a los hombres. A nosotros se nos va la pinza. Afortunadamente cada vez hay más en puestos directivos.

-Competencia y competitividad. ¿Alguien sin ambiciones es un perdedor o puede ser feliz sin competir?

-Puede ser feliz, claro. En la complacencia, en la comodidad, también existe la felicidad. No estamos obligados a competir.

-Tuvo meningitis de chaval y aquí está, vivito y coleando. ¿Resiliencia es la traducción moderna del dicho "lo que no mata, engorda"?

-Sí, pero no todo lo que no te mata directamente engorda. Hay que pararse y ver qué nutriente me va a servir para engordar.

-Es medio budista. ¿Cómo casa esa religión tan espiritual y el emprender?

-El budismo le da más tiempo a la reflexión, a la decisión, no corre tanto. A diferencia del capitalismo, te permite decidir con mesura e integra otros elementos educativos que no toca el capitalismo como la inteligencia emocional, los valores...

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