Rafael Robles Rafatal (Málaga, 1977) ya ha celebrado más de dos décadas en el mundo del cine. Doctor por la Universidad de Málaga y miembro del equipo de investigación Comunicación y Poder, hace unos años inició su camino por el territorio del documental. Además de Navajeros, censores y nuevos realizadores, que se está viendo en un buen número de países, prepara ya Una isla en el desierto. “Trata sobre la Costa del Sol en los años 60 en todos sus ámbitos y cómo se convirtió en un oasis dentro del desierto de la dictadura”, comenta. Estará listo para finales de año.

-¿Es difícil hacer cine en España?

-Bueno, tengo dos visiones. Es cierto que ahora existe una democratización del cine, está al alcance de más gente, la tecnología permite muchas más cosas. Se han hecho películas con móviles, la digitalización ha abaratado costes y ha permitido el acceso de muchos creadores, incluso muy jóvenes. Se puede hacer más cine pero el problema es la distribución y la exhibición. No es fácil hacer cine que llegue a la gran pantalla pero sí existen otros circuitos de distribución maravillosos. Eso sí, sigue habiendo una producción mediana que tiene poco hueco, que muchas veces es invisible.

-¿Qué circuitos existen para ese cine que se ha multiplicado?

-Gracias a la digitalización tenemos también otras ventanas, no solo la gran pantalla o la televisión. Hay películas que se han estrenado solamente en Youtube y han sido un éxito, aunque no haya beneficiado ni a grandes productoras, ni a televisiones, ni a grupos multimedia. Se puede hacer cine independiente, que se exhibe en canales independientes, pero es difícil llegar al gran público. Todos estos trabajos de autor no tienen acceso al circuito comercial.

-¿Quién gana en la lucha creatividad versus rentabilidad?

-La rentabilidad del negocio del cine es, en realidad, para los distribuidores y los exhibidores y, en última instancia, para los productores. Hay algunas películas que en el cálculo del presupuesto ya va incluido el beneficio del productor, así que se hacen y ni siquiera llegan a verse. Es tremendo aunque forma parte de esta industria, que sigue teniendo sus debilidades, pero esto no quita que se sigan haciendo muchas cosas.

-En el juego ahora han entrado las plataformas...

-Las plataformas están trayendo muchísimo trabajo, mucho oficio y mucho empleo para mucha gente del sector, para los equipos técnicos, para los cineastas que incluso hacen su primera o segunda película para una plataforma. Es un lugar de oportunidades maravilloso para muchos realizadores y realizadoras jóvenes. Lo que ocurre es que todavía estas películas, algunas puestas en manos de grandes cineastas y guionistas, tienen cerrada su participación en los festivales internacionales por la presión que ejerce el lobby de las distribuidoras.

"Andalucía vive un momento maravilloso, el talento es indiscutible y toda la gente que se tuvo que ir para trabajar ya no tiene que hacerlo"

-¿Las plataformas son una manera de luchar contra la piratería?

-Sí, esta es la verdadera lucha contra la piratería. Se ha conseguido llegar a los nuevos espectadores de una manera que, a su vez, permite que se hagan muchos más productos. Lo que más me alegra de todo es que veo cantidad de oportunidades y de ventanas en las que poder colgar tus contenidos.

-¿Qué momento vive el cine en Andalucía?

-Un momento maravilloso. Estamos haciendo más películas que nunca, con los mejores profesionales, gente que está formada, ya no te tienes que ir a Madrid ni a Barcelona. Yo tengo a profesionales en Andalucía que pueden trabajar en mi película y convertirla en realidad. Para mí es síntoma de que gozamos de buena salud. Creativamente el talento es indiscutible y toda la gente que se tuvo que ir de Andalucía ya no tiene que hacerlo. El talento con respecto a las interpretaciones ha estado claro siempre, ahora ha salido a flote todo ese talento en los equipos técnicos que solía trabajar fuera.

-¿Qué haría falta para que la industria fuese aún más competitiva?

-El hecho de que no solamente vengan de fuera, sino que se contrate a gente de aquí para producciones internacionales en todos los campos, desde vestuario a escenografía, sonido o fotografía, supone recoger los frutos de lo que hemos sembrado, del esfuerzo que ha habido por parte de los productores independientes, que han creado mucho oficio, oportunidades de empleo para que la gente aprenda a hacer cine aquí. Eso sí, como cualquier sector económico tiene que estar fomentado, sobre todo si son sectores débiles que no tienen demasiada estructura.

"Aunque siga siendo necesario estar apoyados ahora se puede volar más libre"

-¿Es necesario continuar con los apoyos?

-Aunque siga siendo necesario estar apoyados ahora se puede volar más libre. Se internacionalizan grandes productos, tenemos un mercado latinoamericano con el que intercambiamos películas increíbles, producir películas con otros países sin depender de otros territorios españoles, ya no hace falta que todo esté centrificado. Esto es síntoma de que seguimos creciendo y de que esto es exponencial.

-¿Qué es lo próximo que prepara?

-En marzo vamos a estrenar La Llave, una película corta de ficción. Recordando el Ocho y medio de Fellini quisimos reunir a todos esos personajes que nos acompañarán el resto de la vida y empecé a escribir un guión a partir de eso. En mayo estábamos rodando y hemos introducido a un nuevo elemento en nuestra tropa circense, a Antonio Cortés.