pablo beca. Presidente de Alcer Giralda

"Me acuerdo de mi donante todos los días; me ha cambiado la vida"

"Me acuerdo de mi donante todos  los días; me ha cambiado la vida"

"Me acuerdo de mi donante todos los días; me ha cambiado la vida" / juan carlos vázquez

-Andalucía bate continuamente récords en donaciones y trasplantes.

-Andalucía ha desarrollado un aumento espectacular debido, en gran parte, al trabajo de las asociaciones de trasplantes, que realizan muchas actividades como charlas en colegios, institutos, hermandades y ayuntamientos. En la provincia de Sevilla hay 35 calles, glorietas o parques con el nombre de donantes de órganos, con un doble sentido: por un lado es un homenaje a los héroes anónimos que salvan vidas; y por otro, un valor educativo para romper barreras. El corazón del andaluz es muy generoso, pero estaba bloqueado por supersticiones y prejuicios.

"El corazón del andaluz es muy generoso, pero estaba bloqueado por supersticiones"

-Se ha avanzado mucho.

-El primer trasplante renal en Sevilla se realizó en abril de 1978. La diálisis ha cambiado mucho. Las máquinas son mucho mejores, ahora las clínicas de diálisis están muy bien equipadas y con personal muy cualificado. A la hora de los trasplantes contamos con una gran experiencia de los sanitarios andaluces, que son grandes expertos, con más de 40 años realizando trasplantes renales en Andalucía.

-¿Algunos hitos?

-El andaluz que lleva más tiempo trasplantado cumplirá el 13 de agosto 41 años trasplantado de riñón, y se lo donó su hermana. Muchas mujeres trasplantadas han sido madres. En el año 84 se quedó embarazada la primera mujer andaluza que fue madre después del trasplante renal; y hoy es abuela de dos nietos.

-¿Por qué es tan necesaria una asociación como Alcer Giralda?

-Alcer Giralda, la asociación que presido desde el mes de abril, es la asociación de lucha contra las enfermedades renales, del riñón. Tenemos enfermos en prediálisis, en diálisis y trasplantados. Está declarada de utilidad pública y no tiene ánimo de lucro. Alcer Giralda atiende a todos los enfermos renales, sean o no socios. Además, promovemos la donación y trabajamos para prevenir la enfermedad renal.

-Las asociaciones de pacientes llegan a donde el sistema público de salud no alcanza. ¿Qué servicios ofrece Alcer?

-Contamos con una psicóloga, una nutricionista, ofrecemos servicio de fisioterapeuta, tenemos acuerdos con el Colegio de Podólogos con precios especiales y con empresas de óptica. El pilar es la atención psicológica, el trabajo social y la consulta de nutrición.

-La nutrición es esencial.

-El enfermo renal no puede ingerir más de litro y medio de agua al día. La función renal es nula y no puede orinar. Todo se queda en los riñones. A través de la máquina de diálisis, lo expulsa.

-¿Cómo es el proceso?

-Hay dos tipos de diálisis. La hemodiálisis, mediante una máquina. Normalmente son tres sesiones, a la semana, de cuatro horas. Mediante un catéter y una fístula sale la sangre sucia; la máquina la limpia, y vuelve, nuevo, al cuerpo. La otra diálisis es la peritoneal y se realizan en la propia casa del paciente por la noche.

-¿Cuál es su misión?

-Que todos los enfermos renales estén trasplantados. Hay dos tipos de trasplante renal: de fallecido, como es mi caso; y la donación entre vivos.

-Cada vez son más los casos de donación de vivo.

-Conozco un caso de un joven que donó un riñón a su vecina. Conozco hermanos, esposas, padres e hijos.

-¿Cuáles son los pasos?

-En cada hospital que realiza trasplantes hay un comité ético compuesto por un médico, un sicólogo, un líder religioso y un trabajador social. El comité estudia cada caso. Autoriza el trasplante el juez del Registro Civil, que se reúne con el donante, el receptor, el urólogo, el nefrólogo y el coordinador de trasplantes. Se firma un documento donde el Estado se hace cargo de la salud del donante.

-¿Cómo fue su experiencia?

-Me encontraba mal. Aconsejado por un amigo me hice una analítica. Era un 30 de diciembre y el propio laboratorio, al comprobar los resultados, llamó alarmado al médico que me había prescrito los análisis y me dijo: vete directamente a Urgencias al Hospital Virgen del Rocío. Me hicieron otra analítica y ya dijo la enfermera que la sangre no estaba bien. Llevaba ya un tiempo con los riñones parados por una enfermedad renal crónica. Una doctora, nefróloga, me dijo que llamara a un familiar. Llamé a mi padre. Nos dijo: sufre una enfermedad renal crónica y se encuentra en un estado muy delicado, casi en precoma. Se me cayó el mundo. Pero la médica me habló de una una máquina para seguir adelante. Y me aferré. Me trasplantaron un 15 de junio.

-¿Cómo cambió su vida?

-Mi padre, Carlos Beca, que ya falleció, acudía a misa para pedir por el alma de la persona que donó sus órganos. Ahora yo continúo con esa tradición. Me acuerdo de mi donante todos los días. Cada vez que hay un día importante en mi vida. Por ejemplo, en la graduación de mi hijo que es este viernes, le tengo siempre presente. No tengo palabras. Me ha cambiado la vida.

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