Entrevistas

"Tengo casi 82 años y trabajo, no voy a acogerme a un ERE"

-Su bufete es un observatorio privilegiado. ¿Cómo está la crisis?

-El bufete es como una clínica para las enfermedades patrimoniales de la crisis. Se puede decir que la situación es de epidemia, o de pandemia. El momento es de preocupación.

-¿Qué es lo peor?

-En el despacho trabajamos el doble, porque hay muchas patologías en la crisis, con un efecto grave sobre el patrimonio de las personas físicas o jurídicas, que es la insolvencia. Cuando media España está en suspensión de pagos, la otra media está en suspensión de cobros

-¿El Gobierno es responsable de este mal?

-La situación está agravada por el origen de la crisis, que se ocultó. No se habló de ella en la campaña de las elecciones de 2008, cuando ya estaba ahí. Se necesitaban disposiciones urgentes, pero llegaron tarde e incompletas.

-Es un experto en concursos de acreedores. Se han multiplicado…

-En 2008, antes de que se hablara de crisis, el volumen de solicitudes de concursos de acreedores duplicó al del año anterior. Pero hasta el final del primer trimestre de 2009 no se reacciona. En los concursos, no se adoptaron medidas extraordinarias, sólo retoques de la Ley Concursal, sobre todo en la refinanciación, para evitar más insolvencias. Eso provocó un alud, que colapsó los Juzgados de lo Mercantil.

-¿Qué se debió hacer?

-Una media necesaria era reforzar los juzgados de lo Mercantil.

-Hasta los clubes de fútbol se acogen a la Ley Concursal. Usted ha intervenido en el caso del Betis.

-Sí, es verdad. Ahí existía un caso de insolvencia. Yo dije, con cierto sentido del humor negro, que para ascender había que estar en concurso de acreedores, porque el Betis y el Rayo Vallecano, que lo están, han subido.

-¿Qué le parece la crisis del pepino andaluz?

-Gravísima. Hay en juego miles de millones en la exportación, sobre todo en Andalucía. No se puede perder la confianza en los productos. El consumidor alemán desconfía de lo que viene de fuera. Pero parece que el problema estaba allí.

-¿Qué opina sobre la reacción del Gobierno?

-También ha sido tardía. Gobernar bien es gestionar las crisis a tiempo.

-¿Hay que pedir compensaciones?

-Sí, porque cuando se causa un daño hay que responder. Las autoridades deben reclamar una indemnización, pero será difícil determinar la cuantía, que es ingente. Harán faltas campañas para restaurar la confianza. Lo ocurrido seguirá perjudicando a las exportaciones.

-¿Usted se hubiera comido un pepino sin pelar?

-Me lo hubiera comido, pero no como la consejera. No se come así, sino cortado en rodajas. Aunque también debo decir que el pepino no es uno de mis manjares preferidos, incluso intento evitarlo en el gazpacho.

-Le quería preguntar por las Cámaras de Comercio…

-Las Cámaras tienen una tradición extraordinaria en el tiempo y el espacio. No son de época reciente. Defienden los intereses generales de la economía y complementan a las asociaciones patronales. Siempre he defendido su supervivencia. Cumplen un papel importante, que ha sido limitado por una medida sorpresiva, al anular el pago de cuotas.

-¿Es una medida equivocada?

-Las medidas para situaciones críticas deben ser excepcionales y transitorias. Se ha alterado el modelo español de Cámaras de Comercio. Yo estoy convencido de la bondad de ese modelo.

-Trabaja en Madrid cuatro días a la semana. Usted no se jubiló a los 67 años...

-Voy a cumplir 82 años, y seguiré trabajando mientras tenga capacidad. No voy a acogerme a un ERE…

-Hablando de ERE, ¿qué pensó cuando lo acusaron de haber cobrado en el caso de los ERE de la Junta?

-Pensé que era una villanía. Por utilizar armas falsas en la lucha política, en la que no intervengo, y buscarme un parentesco, para decir que "el suegro de Arenas" cobró del fondo de los ERE. Además de decir que cobró 120.000 euros, para suscitar envidia.

-¿Qué ocurrió realmente?

-Aquel fue un concurso público, al que acudieron firmas de primera categoría de la Península Ibérica. El IFA nos lo adjudicó, no sé si porque la cuantía era menor o por la calidad del servicio, que era de comercio exterior. Prestamos unos servicios y cobramos, pero no sabes cual es la partida de la que te pagan.

-¿A qué atribuye que se publicara eso?

-Lo filtraron desde el PSOE a la delegación de El País en Andalucía. Me consta que, en Madrid, algunos se alarmaron cuando lo vieron.

-¿Y cómo lleva ser "el suegro de Javier Arenas"?

-Con mucho orgullo. Yo no soy un hombre de partido. Pertenecí al PSLA de Manuel Clavero, que lo fundamos en la Universidad. Desde entonces nada, ni siquiera me uní después a UCD, aunque admiraba mucho a Adolfo Suárez.

-¿Cree que su yerno Arenas ganará las próximas elecciones en Andalucía?

-No lo sé. Los políticos hablan de tendencias. Todo apunta al fin del ciclo socialista, que ha sido muy largo. En las últimas elecciones se ha dado la confianza a otra fuerza política, el PP, que ha trabajado con honestidad y eficacia. Yo admiro a políticos como Zoido, que fue alumno mío, y me alegro de que sea alcalde de Sevilla.

-Además de "el suegro de Arenas", le pueden decir "el profesor de Zoido"…

-Su triunfo ha sido importante, como en las demás capitales andaluzas. Eso es síntoma de que los andaluces quieren un cambio.

-Una última pregunta. ¿Se arrepintió de ser comisario de la Expo 92?

-No. Fui nombrado como hombre de Estado, por Felipe González, que me lo pidió, y después fui víctima de las luchas partidistas. Pusimos en marcha el gran proyecto de la Expo 92, y cuando fue una realidad, se convirtió en un tema de partido. No me arrepiento, aunque me llevé muchos disgustos y desengaños.

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