Entrevistas

"Nunca seremos dioses, sólo somos instrumentos"

-Las células madre nos regenerarán, veremos cosas maravillosas...

-Seamos cautos. Aún estamos diseñando la hoja de ruta. Es un momento tan revolucionario como cuando en 1839 Schwann y Schleiden demostraron que todos los seres vivos están formados por unidades fundamentales llamadas células. Nosotros asistimos a un hecho tan decisivo como aquél, pero estamos al principio del camino.

-¿Camino largo o corto?

-Tenemos que valorar los éxitos en su justa medida. Es necesario prevenir que un supuesto beneficio no se convierta en lo contrario. Hay que ver su repercusión y evitar que proliferaciones celulares provoquen tumores. Algunos de los logros conseguidos en medicina regenerativa serán realidad en diez o quince años.

-¿Cómo se adentró usted en este campo?

-En la Facultad de Medicina de Cádiz, en el curso 1974-75, cuando comencé a estudiar la carrera, el departamento de Histología y Anatomía Patológica estaba dirigido por José Gómez Sánchez, un excelente profesor universitario que había venido de Madrid con la intención de quedarse en Cádiz y formar escuela. Con él estaban muchos de los que son hoy catedráticos: Antonio Campos, mi maestro, José Vilches, Antonio López.. Era estimulante aprender de ellos.

-España tiene buenos antecedentes en el estudio de los tejidos.

-Naturalmente. La Escuela Española de Histología fue un hito mundial. Y dentro de esa Escuela, Cajal es la figura que nos atrae a todos, y es nuestro referente.

-Desde 1974 hasta ahora, qué cosas hemos visto.

-En aquel año no se podía pensar en el punto en el que estamos. Se hablaría de ello, pero hasta el descubrimiento de la célula embrionaria humana, en 1998, eran sólo eso, palabras. Ahora mismo lo importante de la Histología es que ya no es descriptiva, como lo era entonces, sino constructiva. No sólo describimos tejidos, los podemos crear. Y aun así, ya le digo, estamos en el inicio. Estamos en una ciencia en la que intervienen histólogos, biólogos, genetistas, médicos, bioingenieros... tenemos que unirnos para diseñar un trabajo común.

-¿Qué tal se coordinan?

-Congresos como el que celebramos en Granada ayudan a ello y lo hemos hecho coincidir con el congreso europeo de Termis. En estos foros, el objetivo es que los jóvenes se inicien, se intercambien técnicas, se descubran nuevos protocolos, diseños experimentales. En definitiva, que se promueva un mejor conocimiento de la ciencia histológica, que va más allá de la construcción de tejidos.

-¿Se ven arropados por la política de investigación del Gobierno?

-Bueno... a veces sí, a veces no. Hasta ahora, han apostado por los proyectos que hemos propuesto, pero en tiempos de crisis hay que apretarse el cinturón. Lo que no conseguimos con dinero, lo conseguimos estrujando la imaginación.

-Pues es una investigación golosa para dejarla en manos privadas. Puede ser un gran negocio.

-Indudablemente. En Estados Unidos hay casas comerciales trabajando en ello. Estas terapias son consideradas medicamentos. Por suerte, en España es la universidad la que lidera la investigación.

-¿Estamos cerca del corazón artificial?

-Se trabaja en moldes y estructuras muy útiles en el tratamiento de los infartos. De ahí a hablar de un corazón artificial... Ojalá.

-Entonces, del cerebro ni le hablo.

-Cuidado con las falsas expectativas. Esto es muy complejo. Cuesta muchísimo conseguir que la célula se diferencie en un cultivo de laboratorio, pues figúrese en un paciente. Estamos modelando una esperanza que, como toda esperanza, es una lucha y una ilusión.

-¿Si le digo la palabra clonación, da un paso atrás?

-No me da miedo la palabra clonación. Existe una clonación terapéutica, que consiste en fabricar células madre del propio paciente. La clonación no asusta, lo que asusta es que este trabajo caiga en manos de personas con una bioética poco desarrollada.

-¿Cómo asiste al debate iglesia-ciencia sobre la clonación?

-Hasta ahora se han hecho debates prematuros. Partimos de células embrionarias y ahora tenemos células adultas con las que podemos hacer lo mismo si las reprogramamos. El gran avance ha sido las IPS, que consiste en crear células madre pluripotenciales inducidas, no hay que introducir virus para reprogramarlas. Es un gran paso. Esto da para un debate científico. Para nada más.

-¿Cómo son los futuros investigadores?

-A Medicina sólo llegan buenos estudiantes, pero cada vez los veo peor preparados.

-Pues son los más preparados.

-Sí, lo son, pero, a mi juicio, tienen el conocimiento fragmentado de Google y de la información a la que acceden en la red. No comprenden la lectura. No se han detenido en un buen texto, en ese conocimiento que viene de la pausa.

-¿Tiene arreglo?

-Lógicamente se arregla, maduran académicamente. A veces empiezo mis clases con una poesía y lo agradecen. Medicina es una carrera humanista, estudias al hombre en su totalidad y cuando explicas Histología lo haces desde la perspectiva de la enfermedad, pero al tiempo explicas que no existe la enfermedad, sino los enfermos, hombres y mujeres con una biografía. Para alcanzar ese conocimiento necesitamos el arte, la filosofía, la literatura, la historia...

-¿Leyó Frankestein?

-Naturalmente.

-Trata del hombre jugando a ser Dios.

-Tenemos nuestras limitaciones. Nunca seremos dioses, sólo somos instrumentos de Dios. No somos felices todo el tiempo. ¿Por qué? Porque no somos dioses y, por muchos avances que consigamos, jamás lo seremos.

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