Carmen Rivero. Especialista en Gastroenterología y Nutrición

"Nuestro caballo de batalla sigue siendo la prevención de la obesidad infantil"

La especialista en Gastroenterología y Nutrición Pediátrica posa con el primer manual de nutrición editado por la Asociación Española de Pediatría.

La especialista en Gastroenterología y Nutrición Pediátrica posa con el primer manual de nutrición editado por la Asociación Española de Pediatría. / José Ángel García

María del Carmen Rivero (Sevilla, 1981) es una apasionada de la buena alimentación con más de 11 años de experiencia como gastroenteróloga pediátrica en el Hospital Virgen Macarena de Sevilla. Su implicación por mejorar los hábitos alimenticios desde la infancia es el resultado de más de 20 publicaciones en libros y revistas científicas de ámbito nacional e internacional, así como su participación en una decena de estudios y proyectos de investigación relacionados con la nutrición. En este objetivo, destaca su reciente participación en la elaboración del primer Manual de Nutrición editado por la Asociación Española de Pediatría.

- Ha participado en la elaboración del primer Manual de Nutrición editado por la Asociación Española de Pediatría. ¿Cuál es su aportación?

- Somos muchos los profesionales en toda España los que hemos participado, la mayoría especialistas en nutrición, y en mi caso he colaborado en el capitulo que tiene que ver con la nutrición enteral y parenteral.

- ¿Para qué sirve y en qué consiste este tipo de nutrición en la que ha profundizado en la guía?

- Son dos formas de aportar los nutrientes y la energía necesaria para un paciente cuando éste no es capaz de alimentarse de manera natural por boca. En el caso de la nutrición enteral, estos nutrientes van hacia el aparato digestivo, porque este si es funcionante, y lo podemos hacer a través de fórmulas especiales elaboradas especialmente para administrase por boca o bien a través de dispositivos externos como pueden ser las sondas nasogastricas o por gastrostomia o bien mediante tubos de alimentación especiales. En el caso de la nutrición parenteral, la alimentación se realiza por vía intravenosa porque el aparato digestivo de estos niños no les funciona.

- ¿Cuándo se recurre a ellas?

- Hay muchas patologías que son susceptibles de este tipo de nutrición. Pueden ir desde digestivas, como es la enfermedad inflamatoria, hasta patologías de otras especialidades como la patología congénita, enfermedades hepáticas, neurológicas, patología respiratoria crónica, en niños prematuros, etc. Cualquier especialidad que tenga una patología crónica importante que necesite alimentación y el paciente no sea capaz de cumplir los requerimientos por boca es susceptible de administración de nutrición enteral o parenteral.

- ¿Cuáles son los objetivos generales con los que nace esta guía nutricional para niños en edad pediátrica?

- Creemos que es un documento bastante necesario, sobre todo, en los tiempos que corren actualmente. Tanto los profesionales como los padres tienen a su disposición muchísima información a través de redes sociales e internet y ésta no siempre es fiable o no está bien contrastada. Era muy importante la elaboración de un documento que fuera capaz de aunar todos los conocimientos científicos de los que disponemos plasmando en el papel la experiencia profesional de todos nosotros a través de un documento muy practico donde indicar cómo actuar en distintas situaciones de enfermedad teniendo en cuenta que estamos hablando de un periodo muy crítico, porque la edad pediátrica es un proceso de crecimiento y desarrollo muy importante, por lo cual cualquier afectación patológica en ese sentido puede tener graves repercusiones, y, por supuesto, poder ofrecer también recomendaciones acerca de cómo alimentar al niño sano, apuntando algunas directrices para mejorar la salud en la infancia para promocionar una edad adulta sana.

- Dentro de la alimentación infantil y la urgente necesidad de una educación nutricional desde las primeras etapas de la vida, y dada su experiencia en el sector, ¿cuáles considera que son puntos negros en la alimentación infantil en los que habría que profundizar?

- Creo que nuestro caballo de batalla sigue siendo la prevención primaria de la obesidad, teniendo en cuenta  que consiste en actuar antes de que aparezca. Es constante ver en nuestras consultas niños con sobrepeso y que llegan ya con comorbilidades y enfermedades asociadas a la obesidad y eso es algo que no debería de suceder. Deberíamos de actuar antes. Nuestra asignatura pendiente es inculcar a la población y al resto de los especialistas que hay que incidir sobre la dieta mediterránea, las buenas costumbres en la mesa y, por supuesto, estimular la actividad física.

- ¿Cree que falta educación nutricional tanto por parte de sanitarios como de otros agentes distintos a los padres implicados en la educación de los niños como educadores, otros familiares o amigos?

- Sí. Yo creo que se puede hacer mucho más siempre. Hay que tener en cuenta que los médicos somos el ultimo eslabón de la cadena y, afortunadamente, la mayoría de los niños son sanos y no vienen habitualmente a la consulta de un médico, entonces no tienen tampoco la oportunidad de que nosotros les demos recomendaciones habitualmente. Esas recomendaciones, que son esenciales para la vida, tienen que venir de los sitios en los que los niños pasan muchas horas y esos sitios son la escuela y sus propias casas. Unos padres con unos buenos hábitos serán capaces de transmitirlo a los niños que en esas edades aprenden por imitación. Si incidimos adecuadamente en esos ámbitos conseguiremos mejores resultados que si pensamos que tiene que ser el pediatra el que tiene que hacer educación de ese tipo. Lo interesante es empezar por la educación y hábitos saludables ya en la embarazada e incluso antes de pensar en tener hijos porque al fin y al cabo si inculcamos buenos hábitos en la población adulta, esa población adulta será luego capaz de inculcar buenos hábitos de alimentación a sus hijos porque es lo que van a ver en casa y van a aprender de ello. 

- ¿Por qué tenemos cada vez más niños con obesidad?

- Hay un acceso a la comida poco saludable muy fácil, con una publicidad, además, muy agresiva hacia estos niños y esos productos. Son también productos muy baratos por lo que hay que tener en cuenta que, en situaciones de crisis sanitaria, es muy fácil dar de comer mal a los niños, muy asequible. Además está el estilo de vida actual, muy sedentario, un acceso a la información y a todo sin movernos del sofá, cosa que antes no se hacía, y eso implica menos movimiento, menos actividad física, que unido a una pérdida de hábitos saludables a la hora de comer han hecho que durante estos años el índice de niños con sobrepeso y obesidad vaya en aumento en un país en el que no debería porque somos la clave de la dieta mediterránea.

- ¿Qué consecuencias o qué problemas genera la obesidad durante la infancia?

- La obesidad hay que verla como una enfermedad multisistémica, es decir, que afecta a cualquier nivel del organismo más allá de lo que todo el mundo asocia como es diabetes, enfermedades cardiovasculares o colesterol. Es un estado inflamatorio de bajo grado persistente en el organismo que altera el equilibrio natural del mismo y va más allá incluso porque el hecho de ser un paciente obeso tiene también consecuencias emocionales y psicológicas. Hay un aumento del rechazo por parte de otros niños, más posibilidades de que estos niños sufran bullying, baja autoestima, hay más depresión, es decir, tiene unas consecuencias muy serias en la población pediátrica.

- ¿Qué pueden hacer los padres para mejorar la alimentación de sus hijos y evitar la obesidad infantil?

- Básicamente apostar por una dieta mediterránea, fomentar el consumo de fruta, verduras, legumbres, productos frescos y de temporada y evitar, sobre todo, procesados, alimentos azucarado o el exceso de sal, entre otros. Hay que tener en cuenta que esto hay que hacerlo desde muy pronto porque estamos predispuestos a que nos guste lo dulce desde pequeños, es algo innato al ser humano, y por ello hay que evitar exponer al niño desde pequeño a esos productos porque se acostumbran muy fácilmente. Ello, unido a los hábitos de alimentación en la mesa. Hay que comer en familia, con tranquilidad, hablando, sin pantallas y, desde muy pequeños, hacer deporte en familia, aumentar las actividades físicas de la vida diaria, es decir, ir andando al colegio, subir escaleras si vive en un piso... todo lo que sea moverse un poquito más.

- ¿Qué otros problemas para la salud pueden acarrear una mala alimentación en la infancia?

Aparte de la obesidad, las consecuencias de una mala alimentación tanto por exceso como por defecto pueden ser el déficit de distintos micronutrientes como el hierro, por ejemplo. Las consecuencias del déficit de hierro es la presencia de anemia, alteración de la inmunidad... Un paciente mal alimentado es un paciente más predispuesto a sufrir infecciones y es un paciente con mayor susceptibilidad. Además, una alimentación por defecto hace que no se llegue a desarrollar bien todo el potencial cognitivo de los niños, toda su capacidad neurológica, y al final van a ser adultos con una serie de carencias y riesgos a la hora de sufrir enfermedad. Hay que asociar que estar mal alimentado es llamar a las enfermedad y perder, por supuesto, calidad de vida y esperanza de vida, incluso.

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