l Los malagueños no están acostumbrados a ver el río Guadalmedina llevar agua y mucho menos fango. Pero ayer los operarios del pantano de El Limonero, que regula este río para evitar inundaciones en la ciudad, decidieron abrir las compuertas de la presa para limpiar los filtros y evitar los atoros por culpa de los lodos que se asientan en el fondo tras las últimas lluvias. Estas tareas rutinarias de mantenimiento se volverán a repetir la semana que viene.
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