Antonio Lobo Daza | Productor y director audiovisual

"Hace poco era difícil tomarse una copa de jerez bien servida"

"Hace poco era difícil tomarse una copa de jerez bien servida"

"Hace poco era difícil tomarse una copa de jerez bien servida"

Nació y se crió en Jerez. Es licenciado en Económicas y ha trabajado en bodegas de su tierra. Está en el mundo audiovisual desde hace mucho tiempo y acaba de recibir el premio Proyección Internacional del Most Fest por El vino, el mundo y nosotros. Ha trabajado con Jane Balfour Films y en el Programa Media en Londres. Fue fundador de la antigua productora Jaleo Films, con largometrajes y documentales exitosos. Produce y dirige documentales razonablemente distribuidos y premiados. Sigue viviendo cerca de Jerez, en Sevilla. Sin el peaje, algo más cerca todavía.

-¿Por qué un documental sobre el vino de Jerez?

-Empecé a trabajar en este documental en 2009, cuando la situación anímica en torno al vino era muy distinta, estaba en su punto más bajo. La gente no se acordará, pero era incluso difícil tomarse una copa de jerez bien servida en el centro. El jerez sonaba a una cosa como del pasado. Eso es lo que me encontraba cuando iba contando que quería hacer un proyecto en torno a la historia reciente del jerez. Me pareció interesante porque tenía curiosidad y porque también pensaba que podía ser relevante para generaciones más jóvenes. Quería investigar y saber cómo había sido aquella industria de los años 50, 60 y 70, legendaria digamos, y también saber las razones por las que había caído todo el sector; me refiero a la pérdida de empleo, de las ventas, de empresas, a las bodegas abandonadas que veías en aquel entonces -hoy todavía hay- o edificios reconvertidos. Fue un vino muy importante económicamente en distintos periodos de la historia que se había venido abajo.

"Para tener una industria como la de los 50 a 70 tendrían que ponerse de moda los cream y medium"

-¿Cómo ha sido la elaboración?

-El proceso ha sido largo. Comencé haciendo entrevistas a personas que habían dedicado su vida profesional al sector desde muy distintas posiciones. Hombres y mujeres, me reunía con ellos y grabamos entrevistas bastante largas en torno a lo que habían vivido. Empecé a publicarlas en internet -extractos-, en un documental web que fue uno de los primeros que se hicieron en España que se llamaba Biografía moderna del vino de Jerez. Las entrevistas me abrieron otros campos, otras ideas, a otras personas. Me abrieron la mirada a otras cosas como, por ejemplo, al mundo de la viña, que había estado en segundo plano en lo que a elaboración del jerez se refiere. Cuando ya encontré la forma de financiar razonablemente el proyecto -CanalSur ha participado en la elaboración de una versión corta del documental-, empezamos a montar las entrevistas y las grabaciones que habíamos hecho en la viña y en bodega, y lo fuimos complementando con un trabajo de recuperación y búsqueda de archivos gráficos.

-¿Qué es mejor o peor: el pasado del sector del jerez o el futuro?

-No me gusta mucho opinar del sector y cuando lo hago es con muchas reservas porque el trabajo mío ha sido entrevistar, escuchar las valoraciones que hacían las personas y ordenarlas. Si por mejor entendemos la capacidad del vino de echarse a la espalda una ciudad entera, no diría yo que está en el horizonte. Si por mejor entendemos tener una marca muy buena, un producto muy bueno, muy bien valorado, con unas ventas decentes, pues entonces la situación es óptima. Para que pudiera haber una industria con una capacidad de generación de riqueza como la que podía haber en los años 50 a 70, tendrían que ponerse otra vez de moda los cream y los medium que son los que pueden tener mucho mercado. Son unos buenos productos, fáciles para el consumidor no experto. La tercera cosa sería tener la capacidad de generar empleo y así repartir esa riqueza en una sociedad, pues también esa capacidad es dudosa a estas alturas del siglo XXI, cuando para producir a precios competitivos hay que mecanizar y automatizar.

-¿Qué ha opinado el público sobre el vino a raíz de este documental?

-Yo destacaría primero la valoración del jurado, que es parte del público, formado por gentes del mundo del cine y del vino, y que le otorgó el premio Proyección Internacional, que es como un segundo premio del certamen, y el primero entre los hechos en España. También tuvimos comentarios de gente que se había llevado una alegría al ver un documental sobre el jerez con un enfoque distinto. Documentales del jerez se han hecho muchísimos, pero enfocados a la producción y elaboración del vino en la bodega y a la nobleza, y singularidad del vino y del trabajo del bodeguero. Esa mirada se podía complementar tratándolo como lo que era, como una industria muy particular, con contenido económico y en un mercado global. Y había otras cosas que también echaba de menos: la mirada social, el papel de la mujer, el empleo... y la mirada a la viña.

-¿Qué proyectos tiene a la vista?

-Adelgazar, acostarme temprano siempre que pueda y seguir trabajando lo que nos dejen. Este proyecto del jerez aún no está terminado, hay que distribuirlo. Puede que a finales de enero organicemos alguna proyección en Jerez. Y estamos viendo cómo conseguir que se distribuya en España bien y, también, cómo llegar a algunos puntos claves internacionales. Tenemos una página web donde iremos informando de las novedades de proyección.

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