Luis Prieto: "Es terrorífico oír el Metro entre las vías sin verlo llegar"
Luis Prieto | Director de cine
Este director de cine español ha tenido una larga trayectoria en Hollywood antes de llegar a trabajar en nuestro país con 'Estación Rocafort', que se estrena este viernes
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El cineasta Luis Prieto (Madrid, 1970) se marchó a Los Ángeles a formarse y tuvo la oportunidad de abrirse un camino en la dirección. En Hollywood estuvo al frente de Kidnap, con Halley Berry, o El engaño con John Malkovich. Estuvo nominado al Goya al mejor corto de ficción con Bamboleho y en Italia fabricó un éxtio de taquilla como Ho voglia di te (Tengo ganas de ti). En el ámbito de la series ha dirigido episodios de StarUp, Vampire Academy, White Lines o Snatch. Vive entre Londres, Los Ángeles y Madrid. Este 6 de septiembre se estrena su próxima película, toalmente española, el thriller de Estación Rocafort, protagonizada por Natalia Azahara y Javier Gutiérrez.
-Estación Rocafort es una popular estación de metro de Barcelona ¿Cómo es rodar una historia 'subterránea'?
-La verdad es que ha sido una experiencia muy interesante, diferente. Y un poco claustrofóbica, al estar tantas horas encerrados en los túneles del metro. Cuando bajamos por primera vez a las vías, lo hicimos de día en una zona donde no transitaban trenes. Aunque nos aseguraron mil veces que no iba a pasar ningún convoy, la interconexión de las vías y los túneles paralelos hace que se escuchen trenes acercándose. Y es aterrador cuando los sonidos del metro comienzan a resonar a tu alrededor. La vibración de las vías, el chirrido metálico de las ruedas y el pitido agudo de un tren que parece dirigirse directamente hacia ti crean una atmósfera inquietante. Pero el tren nunca aparece, pues no está en tu túnel, sino en algún otro cercano. Vivir esto a las 3 de la madrugada, en un túnel poco iluminado, oírlo sin verlo llegar, es simplemente terrorífico y bastante claustrofóbico, pues te sientes atrapado sin poder huir a ningún sitio.
-De la experiencia real habrán sacado recursos así para la ficción...
-Sí, así es. Y me apetecía mucho rodar una película de terror. Después de todo, mis comienzos en el cine fueron filmando películas de horror mudas en Super 8 cunando tenía 12 años. Pero al final el thriller me ha ganado y he incorporado elementos de intriga psicológica a la historia de terror. Esta película me permitió experimentar con ideas que no había tenido la oportunidad de usar anteriormente en un thriller más tradicional. Lo que me gusta del cine de terror es que nos conecta con nuestros miedos más primitivos y profundos, donde el horror es un mecanismo de supervivencia básico que, por fortuna, rara vez enfrentamos hoy en día en la vida real. Pero el thriller psicológico puede ser aún más aterrador ya que nos revela que a veces nosotros mismos podemos ser la verdadera fuente de terror y maldad. Y eso asusta más que un fantasma
-¿Cómo se define como director de cine? ¿Podremos identificarle y en qué en esta nueva película?
Me gusta contar historias colocando al espectador en los zapatos del protagonista, permitiéndole experimentar la historia de primera mano, en primera persona. Esta idea transforma el acto de ver la película de una experiencia pasiva a un viaje inmersivo donde el espectador se convierte en un participante activo de la película. En Estación Rocafort esto cobra especial importancia, ya que intensifica la experiencia del thriller psicológico y el cine de horror.
-Su carrera profesional se ha jalonado sobre todo en Hollywood ¿es muy grande el contraste de trabajar en España?
-Trabajar aquí ha sido una experiencia muy gratificante. Aunque mi carrera se ha desarrollado principalmente en Hollywood, me encanta trabajar en mi tierra con actores españoles. Hay un gran talento en España y los actores son igualmente maravillosos, tanto en el aspecto técnico como en el humano, como los de Estados Unidos. En cuanto a la logística del rodaje, una de las diferencias más evidentes es, obviamente, el idioma. Sin embargo, la distinción más significativa es cultural ya que aunque el trabajo en sí es el mismo, existen maneras diferentes de trabajar debido a nuestras diferencias culturales.
-¿Y le avivan los recuerdos?
-Trabajar en España, con un equipo completamente español ha sido para mí una gran experiencia y también me ha permitido conectar con mis raíces y disfrutar aún más la experiencia de rodaje.
-¿Qué nos diría de los actores protagonistas de Estación Rocafort, Javier Gutiérrez y Natalia Azahara?
-Javier es un actor excepcional. Cuando John Malkovich supo que iba a filmar una película con él me llamó para que le enviara saludos. Malkovich había descubierto el trabajo de Javier unos años antes en el Festival de San Sebastián y quedó tan impresionado que regresó a España para verlo en una obra de teatro. Eso dice mucho sobre el gran talento de nuestro paisano. Además, es una persona encantadora y muy generosa con todos en el set: con los otros actores, el equipo y, por supuesto, conmigo. Por otro lado, Natalia Azahara es una actriz muy joven con un talento inmenso y una sensibilidad única que aporta autenticidad. Cuando la ves actuar, te encuentras con un personaje tridimensional, no con una actriz interpretando un papel. Ella tiene un talento increíble para sumergirse en su personaje y ofrecer una actuación que deja a todos boquiabiertos. La interpretación de Natalia en Estación Rocafort es realmente especial y poderosa. Han formado un dúo fantástico y han aportado mucho más de lo que estaba en el guion.
-¿Cuáles han sido sus referentes para este historia?
-Creo que probablemente todas las películas que he visto a lo largo de mi vida me han influido de alguna manera, aunque sea de forma inconsciente. Cuando me enfrento a un nuevo proyecto, visualizo la película en mi cabeza e intento incorporar elementos de diferentes géneros para aportar ideas frescas. No se trata solo de contar una historia, sino también de cómo se cuenta. Encontrar el lenguaje más interesante para Rocafort fue una de las facetas más divertidas de la preparación de esta película. Hay una extensa lista de referencias en el ámbito del horror urbano y el thriller psicológico, pero también de películas de otros géneros que no tienen nada que ver con el thriller o el horror. Si tuviera que enumerarlas todas, posiblemente me olvidaría de muchas y…, en cualquier caso, necesitaríamos mucho más espacio aquí.
¿Qué destacaría de esta película para animar al público a verla?
-Estación Rocafort es una película que ofrece una mezcla perfecta de entretenimiento y suspense, diseñada para aquellos que buscan pasar un buen rato pero también disfrutar de la emoción de un thriller psicológico. Definitivamente, no es apta para los que se asustan fácilmente. La película te deja una sensación de inquietud difícil de sacudir; en ese sentido, es un filme inquietante, desgarrador y extraordinariamente incómodo, que nos mantiene en alerta y nos roba el aliento. Es una película que recordaremos mucho después de que termine, especialmente cuando nos encontremos solos en una estación de metro desierta.
-Tendrá aquí decenas de anécdotas del rodaje.
-Una noche, algunos miembros del equipo creyeron ver una figura caminando a lo lejos, en la oscuridad de un túnel. Hubo una mezcla de reacciones: algunos, como Javier, sonreían escépticos, mientras que otros, como Natalia, daban saltitos de nerviosismo. La sorpresa fue cuando el responsable de Transportes de Barcelona que nos acompañaba aseguró que era muy probable que realmente hubiera alguien, “algún explorador urbano o un grafitero”. Dijo que no era la primera vez que ocurría, e incluso comentó que en alguna ocasión se habían encontrado con el cadáver de alguien que se coló por la noche y se perdió. Parece imposible perderse en los túneles del metro, pero el metro de Barcelona cubre una distancia de 150 km, equivalente a la distancia entre Barcelona y Andorra. A oscuras, eso es escalofriante.
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