Entrevistas

"Mi padre quiso que fuera monja y luego enfermera"

-¿Por qué las mañanas de la tele son tan de las mujeres?

-Por lo mismo que las mañanas de la radio son tan de los hombres.

-¿Ellos están al volante y ellas en la cocina?

-Es cierto que el consumo en televisión depende del horario de trabajo y también que a nosotros nos ven más mujeres. Pero la cifra de hombres está casi igualada. No creo que se puedan sacar conclusiones al respecto.

-Una conclusión sería que la igualdad sigue lejos.

-Mire, el debate sobre la igualdad es muy extenso y yo prefiero hablar de igualdad de oportunidades. Hay que preguntarse por qué las científicas nunca aparecen en los staff de las investigaciones o por qué las páginas de opinión de los periódicos están firmadas casi sólo por hombres.

-Si reinan las presentadoras será por algo.

-En otras ocasiones han sido los hombres los que triunfaban en las mañanas de televisión: desde su creador, Jesús Hermida, hasta Piqueras o Lucas. Respecto a la radio, son voces muy estables: tanto Luis del Olmo como Carlos Herrera permanecerán en su lugar mientras lo deseen.

-¿Está a favor de las leyes de paridad?

-Estoy a favor de que se legisle bien y de que las leyes sean útiles. Quizá sea un síntoma de que me estoy haciendo mayor, pero veo que hay leyes plagadas de errores y alguna tontería.

-¿Pero apoya la paridad o no?

-Me sentaría mal saber que me ascienden o me dan un cargo sólo por ser mujer. ¿Se imagina la escena? Viene un jefe que te dice: "Te vamos a dar la dirección del programa porque eres mujer". ¿Acaso no cuenta el currículo?

-¿Lo consideraría una humillación?

-Tan grande como la que sentí cuando un jefe me dijo que no me subía el sueldo porque mi marido, Carlos Herrera, tenía dinero.

-¿Le afecta que su marido de caña a ZP?

-No creo que nadie de mi entorno laboral cometa el error de pedirme explicaciones por las opiniones que vierte mi marido en su programa. Estoy casada con él, no con su NIF. Salvando el hecho de que las suyas son críticas políticas estimulantes, nunca vociferantes.

-¿Tenemos el Gobierno que necesitamos en la crisis?

-Se rumorea que el presidente Zapatero va a cambiar el Gobierno, lo que delata que no tiene el equipo idóneo. Es un momento inquietante, de mucha desconfianza y preocupación.

-¿Hay tensión en las tertulias porque la hay en la calle?

-Depende. En Los desayunos de Televisión Española no siento que haya tensión hiriente, como tampoco en 59 segundos. En el debate de mi programa los temas son tratados con sensatez.

-¿Y si los invitados se levantan del programa?

-Cuando me ha ocurrido me lo he tomado con una enorme tranquilidad. He heredado la serenidad de mi madre y lo resuelvo con soltura.

-¿Como en aquél Mejor lo hablamos?

-En aquella ocasión se marcharon tres invitados en medio de una grabación que hubo que resolver según lo que determinó la dirección de Canal Sur. Lo sentí por la audiencia, pero enriqueció mi experiencia.

-¿Algo en su infancia le hizo pensar que sería un rostro famoso?

-Mi preocupación infantil era que mi padre se quedara con una camada de perros para que me diera uno y terminar pronto las clases de piano para ir a matar ratas al río con mis hermanos. Vivíamos en el campo, en un ambiente ideal.

-¿No se imaginaba de presentadora?

-Mi padre, que fue uno de los mejores músicos de música folklórica de España, quiso que fuera monja y luego enfermera. Hasta que me desmayé cuando visitaba a mi hermano ingresado en el hospital.

-¿Cómo fue a parar a Costa Rica?

-Por las ganas de buscar lugares donde sentirme pequeña para poder crecer. Por la necesidad de estudiar y aprender.

-También fue maja de España.

-El concurso de Maja de España era entonces muy familiar. Los colaboradores se preocupaban por ti como si fueras una hija. Lo que más me gustó fue el trabajo literario que hice sobre Goya. Me quedó de premio.

-¿Qué es lo más asombroso que ha vivido en el plató?

-He visto a un individuo transformar su personalidad por estar delante de una cámara, hasta llegar a creerse superior a los demás. He visto a alguna gente perder el norte de su vida y después pedir ayuda para comer.

-¿Estresa mucho la lucha por la audiencia?

-Nosotros nos entregamos al programa todos los días con el mismo ímpetu y entusiasmo. La perseverancia es una virtud. Y el buen rollo. Joaquín Prat decía: "Para que la gente te quiera, tú has de querer a la gente".

-Si dejara esta profesión, ¿a qué se dedicaría?

-Plantearme eso ahora es un sinsentido. Soy lo que soy por lo que fui. Si no hubiera sido lo que fui no sería lo que soy, por lo que pensar en lo que hubiera sido sin haber sido lo que fui no me permite saber lo que habría sido. En cualquier caso hubiera sido, también, feliz. Ja, ja, ja, ja.

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