Jorge Blass. Mago e ilusionista

"Los políticos son unos magos a los que se les ve el truco, no soy fan de ellos"

  • Este madrileño es del barrio de San Blas, donde creció el astronauta Pedro Duque, quien colaboró con la Fundación Abracadabra de Magos Solidarios, que lleva números de magia a niños hospitalizados.

-¿Es mago por el dni?

-Dice que soy ilusionista.

-¿De familia?

-En parte sí. Yo me llamo Jorge Sánchez Blas, pero cuando empecé a viajar con la magia, el Sánchez era muy difícil de pronunciar por ahí. Cogí el apellido de mi madre, Blas, y le añadí una ese. En un viaje a la India descubrí que la doble ese es símbolo de buena suerte, nada que ver con los nazis.

-¿Es un mago de Occidente?

-Por supuesto. Los de Oriente son imbatibles. No hay quien pueda con los Reyes Magos.

-Usted nace el 2 de mayo de 1980, nueve meses antes del 23-F. ¿Tuvimos un rey mago ese día?

-El rey Juan Carlos tuvo una dura tarea.

-¿Cómo le llegó la magia?

-Por un programa de televisión que Juan Tamariz, que es de Écija, hacía en Canal Sur en el 92. Se llamaba Luna de verano. Yo tenía 12 años y empecé con la magia.

-¿Haciendo novillos?

-Llegué a un pacto con mis padres. Si sacaba buenas notas, podía dedicarme a la magia. Lo cumplí e incluso empecé Psicología. Dejé la carrera. Perdimos un psicólogo y ganamos un mago, que hoy por hoy es más necesario.

-¿Le aburre el abuso de la palabra mágico en cualquier contexto?

-Por un lado es positivo, pero está claro que no todo es mágico. Es una palabra muy recurrente en la publicidad, en los anuncios, en las campañas políticas.

-¿Es un mago Zapatero cuando hace desaparecer el cheque bebé o la ayuda a los parados?

-Los políticos son unos magos a los que se les ve el truco. No soy fan de ellos.

-En el Mundial de España sobresalió un futbolista salvadoreño conocido como Mágico González...

-El nombre lo dice todo. En el 82 yo tenía dos años. Como algunos de los que han ganado el Mundial de Sudáfrica. Casi todos los partidos los vi en Shanghai. En el pabellón de España hacíamos un show de magia y flamenco, con el bailaor granadino Agustín Barajas. Volví a España vía Amsterdam y a las seis de la mañana, en el aeropuerto, un policía holandés del control de pasaportes me dijo: nos vemos el domingo. Allí me enteré de que jugábamos la final.

-¿Los escritores del realismo mágico son serios competidores?

-Al revés. Trabajamos con elementos parecidos. Estaba en México cuando le dieron el Nobel a Vargas Llosa. El nuevo año me ha cogido leyendo El sueño del celta. Los magos también trabajamos en el límite de la realidad y la ficción en el escenario. La magia tiene el realismo del teatro, donde los actores son de carne y hueso, y los sueños del cine, donde las cosas vuelan o desaparecen.

-¿Lo menos mágico del 2010?

-Una lesión del tendón de Aquiles. Un accidente laboral. Estaba haciendo un ejercicio de levitación. Lo curioso es que nadie del público se dio cuenta.

-El maná, Moisés y el Mar Rojo. La Historia Sagrada es un filón...

-A esos tiempos pertenece el primer mago de que se tiene noticia. Se llamaba Dedi y era de la corte del faraón Keops. Hacía un número en el que le cortaba la cabeza a un ganso y se la volvía a colocar. El faraón le pidió que lo hiciera con un esclavo y se negó. En la Edad Media queman a miles de magos acusados de brujería.

-¿Hay magia para la crisis?

-Siempre la hubo. El número de los conejos en la chistera surge porque la gente tenía hambre.

-¿Dónde se doctoró?

-En 1999, no tenía aún veinte años, el príncipe Rainiero me entregó en Montecarlo la Varita de Oro Mágica por ganar el concurso de magos. Me dijo Enhorabuena, muchacho. Era un rey mago que hablaba en todos los idiomas. Y en Las Vegas, un año después, obtuve el premio Sarmoti al talento más prometedor.

-¿Con qué los sorprendió?

-Me asesoró y dirigió Tamariz. Saqué varias palomas, una de ellas apareció muerta. El público se asustó, yo abandoné el escenario y se cerraba el telón. Después volví a salir, y entre retratos de los maestros Frakson, Cardini y Dai Vernon, la paloma resucitó.

-¿Se aprovecha de ser mago?

-La magia es un arma muy poderosa. Usa técnicas que se emplean en marketing y en política. Los magos somos escépticos, incrédulos, nada supersticiosos.

-¿Qué le sorprendió de Las Vegas?

-Allí está David Copperfield, que hace 500 actuaciones al año. Es un adicto al trabajo.

-Desde que dejó de ser adicto a Claudia Schiffer....

-Por lo visto.

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