Los portavoces del PSE-EE y PP en el Ayuntamiento de Andoain (Guipúzcoa), Estanis Amutxastegi y Asun Guerra, anunciaron ayer que la alcaldesa, Ane Karrere, de Bildu, ha aceptado sus propuestas de permitir a sus escoltas que verifiquen la seguridad de las dependencias municipales.

Ambos partidos mostraron su satisfacción por el acuerdo logrado y dieron por zanjada la polémica, surgida a raíz de que la regidora de Bildu ordenara prohibir a los escoltas de los ediles amenazados entrar en los edificios municipales.

Amutxastegi consideró, en un comunicado difundido por su partido, que el acuerdo alcanzado "va por el buen camino" y pone de manifiesto que "las claves para evitar decisiones polémicas son el diálogo y el entendimiento".

El edil del PSE explicó que la alcaldesa de Bildu ha aceptado su planteamiento de que un escolta accediera al Ayuntamiento para revisar las dependencias a las que se dirigen los concejales amenazados, tras lo cual podría bajar y quedarse fuera, una medida que "se venía realizando en legislaturas anteriores". Recordó que esta propuesta se la tuvo que hacer a Karrere el pasado lunes en una reunión celebrada "en la calle, de pie, bajo los soportales" de la Casa Consistorial, debido a que la Policía local no permitió la entrada a sus escoltas.

Mientras tanto, Lasarte-Oria (Guipúzcoa) vivió ayer su primera polémica tras el acceso de Bildu a la Alcaldía con motivo de la inauguración de una escultura que el anterior equipo, del PSE/EE, iba a dedicar a las víctimas del terrorismo y que los nuevos gobernantes han ampliado a "todas las partes que han sufrido" en el conflicto vasco.

El ex regidor socialista, Jesús Zaballos, denunció ayer que esa obra era "un compromiso" de Lasarte con los familiares de las ocho víctimas asesinadas por ETA vinculadas al municipio, entre las que figura el teniente de alcalde Froilán Elespe, al que la banda terrorista mató en 2001. Zaballos lamentó "profundamente" que el alcalde inaugurara la escultura sin contar con los familiares de los asesinados.