La crisis catalana

Cinco grandes países alertan a sus turistas de la tensión en Cataluña

  • Alemania, Reino Unido, EEUU, Australia y Canadá recomiendan “precaución” ante la crispación entre los independentistas y el resto

Un grupo de turistas  contemplando el templo de la Sagrada  Familia  en Barcelona.

Un grupo de turistas contemplando el templo de la Sagrada Familia en Barcelona. / Quique García / Efe / Archivo (Barcelona)

A poco mas de un mes para el primer aniversario de la declaración unilateral de independencia de Cataluña, la ocupación hotelera sigue resintiéndose y muchos países recomiendan a los turistas que viajan a España que tengan "precaución" ante la "tensión" reinante en sus calles.

Alemania, Reino Unido, Estados Unidos, Australia o Canadá son algunos de los países que están dando la voz de alarma, más con el conflicto del pon y quita de los lazos amarillos.

De hecho, Cataluña cerrará la campaña turística de este verano con un descenso de la ocupación por encima del 5% con respecto a 2017, año en que se alcanzaron cifras récord con más de 24 millones de pernoctaciones, una caída de la que sólo se libra el turismo rural, según las primeras previsiones del sector.

La ciudad de Barcelona, el principal reclamo turístico de Cataluña, ejemplifica este cambio de tendencia al registrar un descenso de la ocupación hotelera de cinco puntos, ya que se espera un lleno de aproximadamente el 80% frente al 85% del año pasado.

El director general del Gremio de Hoteles de Barcelona, Manel Casals, ha explicado en declaraciones a Efe que en julio se registró ya esta caída y que la tendencia de agosto es la misma, descenso que relativiza, ya que "cuando una ciudad como Barcelona ha alcanzado cifras récord es difícil mantenerlas o superarlas".

Pese al descenso de ocupación, Barcelona fue la ciudad de España con más pernoctaciones en julio, con 1,8 millones de noches por parte de turistas extranjeros y 233.749 de viajeros residentes en el país, según datos del Instituto Nacional de Estadística.

Aun así, Casals cree que "la ciudad no está funcionando como debería" y atribuye el descenso a que la imagen de la capital ha empeorado por factores como "las huelgas y retrasos en el aeropuerto, el aumento de vendedores ambulantes, el incremento de robos o el conflicto protagonizado por los taxistas en julio".

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