En un rapto de confianza, Pablo Iglesias dio este miércoles un nuevo pellizco de monja a Pedro Sánchez. Entusiasmado en la potencialidad electoral de su futura coalición con Izquierda Unida, el líder de Podemos ofreció al secretario general del PSOE la posibilidad de tenerlo a su vera en calidad de vicepresidente. Eso significaría que se habría producido el temido sorpasso, por lo que no es de extrañar que los ataques socialistas se dirijan con fruición hacia la formación morada, a la que  Ferraz sitúa en el mascarón de proa de la "vetusta izquierda comunista".

Iglesias señaló, en una entrevista en Telecinco, que aunque los detalles del alimón electoral con Izquierda Unida se están negociando, su formación es "pieza clave", aunque debe ser "generosa y reconocer la identidad y las características de los otros, y respetarlas".  "Yo deseo el acuerdo y me estoy esforzando mucho para que sea posible", enfatizó.

Garzón también insufló optimismo sobre la presunta alianza asegurando que los dos partidos juntos aspiran a superar los 90 escaños socialistas y a ser la primera o la segunda fuerza en el Congreso.

Ante la presumible necesidad de tejer alianzas para formar Gobierno tras las elecciones del 26 de junio, Iglesias está deslizando el mensaje de que el PSOE no es un enemigo, sino un "aliado" para configurar un "Gobierno del cambio". Así, para limpiar los restos de cal viva que emponzoñan las relaciones, el líder de Podemos trata de hilar, como siempre, por la izquierda. Por eso,admitió que le sobró esa referencia a la guerra sucia contra ETA durante la fallida  investidura de Sánchez. "Sobró, si lo volviera a repetir intentaría tener más control", admitió Iglesias. Y por eso, por templar gaitas, le hizo un (malvado) guiño a   Sánchez, ofreciéndole una vicepresidencia. Algo que no podría pasar ya que de consumarse el sorpasso, el líder socialista no tendría muchas más opciones que dimitir. "Tendría toda legitimidad para reclamar la vicepresidencia", dijo Iglesias, que ya se la reclamó a Sánchez aunque luego dijo que no era imprescidible.

Ante los caramelos envenenados de Iglesias, Ferraz reacciona con acritud. El portavoz del Comité Electoral del PSOE, Antonio Hernando, aseguró que quiere "convertirse en la vieja izquierda, la vetusta izquierda, comunista, obsesionada con superar al PSOE a costa de que la derecha siga gobernando España".

Hernando garantizó que seguirán ofreciendo el "proyecto transversal  plural", de la misma manera que hizo después del 20 de diciembre, cuando pudo el cambio pudo ser realidad pero acabó siendo "imposible por la confluencia objetiva de intereses entre la derecha e Iglesias".

A las invectivas contra Podemos se ha sumado el ex presidente del Gobierno Felipe González, que señaló que ve "exactamente igual" el discurso "populista" de la líder del partido de extrema derecha Frente Nacional, Marine Le Pen, y el de Iglesias.

Así lo ha manifestado en una entrevista en la revista Cambio16,  en la que denuncia que todos los "populismos tienen exactamente el mismo discurso", independientemente de si son de izquierdas o de derechas. González agrega que ahora se hace "una política de emociones". Al respecto, alerta a los líderes políticos de que "quien no se hace cargo del estado de ánimo de la gente pierde el liderazgo".

Desde Ciudadanos, su diputado Miguel Ángel Gutiérrez expresó por su parte su sorpresa por el suelo electoral que mantiene el PP pese a los casos de corrupción. "Me sorprende que en esas encuestas el PP tenga todavía ese suelo de votantes pese a todas las cosas que estamos viendo", indicó.