Juan Jesús Vivas | Presidente de Ceuta

"No creo ni en los extremos ni en el populismo"

  • La entrada en mayo de miles de marroquíes en apenas 24 horas puso a Ceuta en el foco de todas las miradas y supuso una de las crisis migratorias más importantes ocurridas en España

"No creo ni en los extremos ni en el populismo"

"No creo ni en los extremos ni en el populismo" / Mauro Mancebo

Tras más de dos décadas como presidente de la ciudad autónoma de Ceuta, Juan Vivas ha dejado atrás un año, 2021, que se caracterizó por escenificar uno de los episodios migratorios más importantes y graves de los ocurridos en España, y que generó una tensión política que superó las fronteras de esta ciudad de apenas 20 kilómetros cuadrados. Aunque afirma que es su última legislatura, reconoce que está siendo la más difícil de toda su trayectoria política y la afronta, siempre, desde la perspectiva de la lealtad institucional.

–Han pasado meses desde que Ceuta vivió la mayor crisis migratoria de su historia. ¿Cómo se encuentra hoy la ciudad?

–Está mejor de como estaba aquel 17 y 18 de mayo, pero no quiere decir que el asunto esté zanjado. Lo que pasó fue algo muy grave, uno de los episodios más relevantes de la historia reciente de Ceuta. Un día muy difícil en el que la atmósfera de Ceuta y de la sociedad se embargó de tristeza, inquietud, angustia, impotencia, desolación y, sobre todo, incertidumbre. No sabíamos cómo íbamos a amanecer el 19 o el 20. Si nos comparamos con aquella sensación, la situación hoy no es la misma, pero el asunto no puede darse por zanjado, porque aunque la inmensa mayoría de las personas que llegaron retornaron a Marruecos, todavía permanece un 10%.

–Como solución, se desempolvó un tratado bilateral de 2007 para regresar a los menores a su país, unas devoluciones catalogadas "nulas de pleno derecho" por la Fiscalía de la Audiencia Nacional, ¿cree que fue un error haberlo aplicado?

–Evidentemente, si aquellos días hubiéramos sabido que la Justicia entendía que la aplicación del convenio con Marruecos para el retorno asistido de menores exigía el cumplimiento estricto del Reglamento de la Ley de Extranjería, no hubiéramos solicitado al Gobierno de la nación que activara ese convenio, pero no sabiéndolo como no lo sabíamos entonces, nos parecía, y yo sigo pensando, que al margen de esta consideración jurídica, era una solución para atender una situación de emergencia y absolutamente excepcional: de emergencia porque los menores estaban en manifiesta precariedad, y excepcional porque en un día entraron a Ceuta todos los menores no acompañados marroquíes que existen en España, entre 1.300-1400, y se estima que en España hay entre 10.000-12.000 menores no acompañados. Estamos hablando del 10% para una ciudad que tiene el 0,18% de la población total española. No hay capacidad para acoger esta presión tan intensa. Además, seguimos pensando que la solución está en el retorno asistido del menor, porque no hay nada que pueda superar el cariño de los padres, de la familia, de su entorno. Evidentemente, cuando hay una situación de vulnerabilidad hay que contar también con las autoridades del país vecino y con organizaciones no gubernamentales, pero los menores que salieron en esos días, antes de que se interrumpiera el procedimiento por razón de las denuncias que se plantearon, estaban siendo asistidos y con los intereses del menor garantizados como no puede ser de otra manera.

"Si uno analiza la respuesta a la petición de socorro, creo que el Gobierno de la nación hizo lo que debía"

–Ahora parece que las cosas se están haciendo con más cautela. ¿Teme que este proceso jurídico se dilate y Ceuta no pueda soportar la presión asistencial?

–Hasta ahora, el coste del episodio que vivimos está siendo sufragado por la Unión Europea. Es importante destacar que en auxilio de Ceuta salió el Estado y salió Europa y nosotros procuramos y logramos tener un amplio respaldo político por parte de la Asamblea de Ceuta en relación con las medidas que se adoptaban. No sé el tiempo que esto puede durar ni nadie lo sabe. El procedimiento que contempla el Reglamento de la Ley de Extranjería es muy exigente y nadie puede decir que esto dure uno, dos o tres años, no lo sabemos, no lo sabe nadie. Mientras tanto, procuraremos agilizarlo en lo posible, poniendo, como se están poniendo, todos los medios.

–¿Cree que el Gobierno de Pedro Sánchez hizo todo lo que estaba en su mano ante lo ocurrido?

–Si uno analiza la respuesta a la petición de socorro, creo sinceramente que el Gobierno hizo lo que debía. Lo digo con toda sinceridad, porque no se trataba sólo de una crisis migratoria, había un problema, en su vertiente más sensible, que es la de los menores. En Ceuta entró el equivalente al 15% de su población aquel día. El ciudadano de Ceuta se sentía impactado, era salir a la calle y parece que estabas en otro sitio. Desde el punto de vista de la convivencia en Ceuta, era extraordinariamente grave. Ante eso, había que transmitir un mensaje de confianza a la ciudadanía y eso lo hizo el Gobierno. El presidente vino al día siguiente, vino a decir que esto es un desafío, un intento de poner en jaque nuestra integridad territorial y la soberanía de Ceuta. Se desplegó el Ejército, se intensificaron los medios de la Policía y se llevó a cabo la acción diplomática. A mi juicio, hicieron un trabajo ejemplar y se puso de manifiesto que estaban allí para defender a España, pero al mismo tiempo cumplían una función humanitaria.

-Usted siempre apela a la lealtad institucional.

–Desde el primer momento pensamos que era grave y que teníamos que aparcar las diferencias políticas. Yo tengo marcadas diferencias políticas con el Gobierno de Sánchez, pero a la hora de defender la integridad territorial y la soberanía y seguridad de Ceuta, las diferencias quedan al margen. También tengo diferencias con otras formaciones de la Asamblea, pero pusimos en una declaración institucional que Ceuta es parte esencial indisoluble de España. Ahí no hay diferencias políticas y firmamos porque era bueno que eso se supiera. ¿Significa que estamos satisfechos a día de hoy? Creo, sinceramente, que lo hicimos bien, pero nos queda tarea. Hace falta cubrir determinadas necesidades y carencias en los servicios públicos fundamentales y también una reorientación económica de la ciudad que no puede estar basada en sus relaciones comerciales con Marruecos. No significa que no tenga que haber una normalización en el tránsito fronterizo de personas y mercancías. Quiero decir que eso tiene que estar normalizado y que esas buenas relaciones de vecindad con Marruecos, basadas en el respeto y en la sinceridad, y la sinceridad consiste en decirle a Marruecos que, con independencia de lo que en este país se piense, Ceuta y Melilla son España de una manera incuestionable. En esa línea, el Gobierno de la nación, tenga el color político que tenga, va a contar siempre con el apoyo del Gobierno de Ceuta.

–¿Cómo están hoy esas relaciones con Marruecos? 

–No tengo información detallada. Sé que el Gobierno de Pedro Sánchez considera a Marruecos un vecino con el que hay que llevarse bien y que estas relaciones son estratégicas para Ceuta y para el resto de España y Europa, por tanto, todo lo que sea mejorar esas relaciones en el marco del respeto recíproco y la sinceridad, me parece bueno. Tiene que haber buena relación con Europa, pero Ceuta no puede depender de estas relaciones económicas, Ceuta tiene que tener una estructura económica basada en su colectividad con España y con el resto de Europa y servir también de plataforma para tener unas buenas relaciones con el país vecino. Una cosa no contradice la otra.

–La frontera sigue cerrada, aunque no debe existir esa dependencia económica, ¿cómo está afectando este cierre unilateral de más de dos años?

–Ceuta se caracteriza por saber buscar alternativas cuando se encuentra situaciones difíciles y actividades que se agotan. Estamos en ese tránsito y, mientras, ha habido medidas paliativas de apoyos al tejido productivo, fundamentalmente a pequeñas y medianas empresas. Hemos dado del orden de 3.000 ayudas. Es verdad que los tres golpes han sido muy seguidos: el cierre para el paso de mercancías y de turista en octubre de 2019, luego la pandemia en abril de 2020 y en 2021 el episodio de mayo... Pero desde el primer momento la Asamblea ha respondido con unos mecanismos de ayudas al comercio y a toda la actividad económica. Esto no es suficiente, puede ser un paliativo.

–¿Qué falta?

El presidente de Ceuta, Juan Jesús Vivas. El presidente de Ceuta, Juan Jesús Vivas.

El presidente de Ceuta, Juan Jesús Vivas. / Mauro Mancebo

–Necesitamos una estructura económica distinta a la que teníamos antes del cierre de la frontera y de ahí la importancia de aprobar el plan estratégico, que tiene dos grandes pilares. Uno es en el ámbito de los servicios públicos, que termina siendo una mejora de éstos, pero también se traducen en rentas y en expectativas de consumo y empleo. Y por otra parte, el ecosistema económico de Ceuta, que ya es atractivo a través del Régimen Económico Fiscal Especial, hay que mejorarlo, adaptándolo a los nuevos requerimientos de un modelo económico de los sectores con potencial de crecimiento, un modelo alternativo: los servicios profesionales y las empresas, la economía digital, el medio ambiente, el puerto, el turismo... Hay que promover proyectos tractores, adecuar el régimen económico y fiscal especial, establecer contactos empresariales, alianzas entre empresarios de Ceuta y los del resto de España, en particular con los de Andalucía… Un conjunto de medidas, que las estamos haciendo, recogidas en ese plan estratégico en el que tanta esperanza tenemos.

–La crisis migratoria se extrapoló a la política nacional, hubo desencuentros y reproches, incluso disparidad de opiniones dentro de su partido. ¿Afeó esta situación el problema de fondo?

–El que se reconociera que había que actuar sirviendo a la lealtad institucional, al sentido de Estado y a la responsabilidad, y que la unidad de acción con el Gobierno no era una opción, sino una condición, una exigencia; eso todo el mundo lo ha entendido. ¿Cómo se puede administrar una crisis como ésta si no es de la mano del Gobierno? Pablo Casado me llamó muchísimas veces durante la crisis, pero el 17, concretamente, me dijo: "Haz lo que tengas que hacer para defender a Ceuta y a España". Y lo primero que tenía que hacer era ponerme a disposición del Gobierno y pedirle socorro y auxilio y eso fue lo que hice.

–Vox...

–Vox se comportó de una manera contraria a la estrategia de la unidad. Todas las formaciones políticas pretendíamos decir que la defensa de nuestra españolidad no tiene colores políticos, era la manera de transmitir confianza a los ciudadanos y que gobierne quien gobierne en España, del color que sea, la españolidad de Ceuta y Melilla está garantizada y defendida. Sin embargo, ellos eligieron la frase de "sólo existe Vox". Llegaron a decir que Marruecos tenía aliados en la Asamblea de Ceuta, generando más desconfianza. Fue una afirmación absolutamente injusta. Además, su discurso es el de Marruecos, que dice que los ciudadanos de Ceuta están divididos entre españoles y marroquíes, y mete entre los marroquíes a los musulmanes de Ceuta y nosotros eso lo negamos radicalmente. En Ceuta hay españoles que son cristianos, musulmanes, hindúes, judíos y los que no tienen religión, pero todos tenemos el denominador común de sentirnos españoles. El sentimiento de pertenencia a España en Ceuta no tiene credo ni tiene raza. Ahí es donde vinieron las colisiones con Vox.

"El sentimiento de pertenecer a España no tiene credo ni tiene raza. Ahí es donde viene la colisión con Vox"

–Empiezan a ser frecuentes los desencuentros con Vox, ¿es difícil la convivencia política?

–Los extremos no son buenos. No creo ni en los extremos ni en el populismo. Desde mi perspectiva, la Constitución es de centro, es el fruto del diálogo, de la negociación y del encuentro. A estos señores les he oído decir que el consenso es una manifestación de debilidad. Descalifican al otro por no estar de acuerdo con ellos. A mí me han dicho traidor, promarroquí, corrupto y mafioso... Todo por no estar de acuerdo con ellos. Yo creo que no hay ninguna gran nación que se pueda construir sin respetar tres grandes pilares: la democracia, e incluyo la división de poderes, el imperio de la ley, igual para todos, y el compromiso con la defensa de los derechos humanos. Que ellos hagan un repaso a estas tres cuestiones en su política. No es bueno que nadie se atribuya la capacidad para determinar qué es puro, qué es impuro, qué es verdad o qué es falso, quién es o quién no es español... Esta idea excluyente, cerrada, reducida y limitada de Ceuta, de España y de Europa no es conveniente.

–Después de la entrada se armó un buen revuelo con la visita de Santiago Abascal. ¿Se preocupó por la imagen que se estaba dando de Ceuta en esos momentos?

–Lo verdaderamente meritorio es el comportamiento y la actitud del pueblo de Ceuta y muchas veces estos líos oscurecen esa cuestión que es la verdaderamente relevante. Vamos a aprovechar esta crisis para aprender de la misma y también para transmitir la mejor imagen de Ceuta fuera de Ceuta y también para transmitir a la ciudadanía confianza y esperanza de cara al futuro.

Juan Jesús Vivas. Juan Jesús Vivas.

Juan Jesús Vivas. / Mauro Mancebo

–Crisis sanitaria sin precedentes, crisis migratoria sin precedentes... Después de dos décadas como presidente de Ceuta, ¿es ésta su legislatura más difícil?

–Para mí y para todos. La crisis económico-financiera también fue dura, pero esto tan seguido... Hemos tenido cuatro crisis, la del cierre de la frontera, la pandemia, este episodio migratorio y la irrupción de una formación política que cuestiona que todos los ceutíes se sientan en españoles y las claves de la convivencia. No es fácil de gestionar.

–Usted dice que le queda poco ya. ¿Hay sucesor o sucesora?

–Eso seguro. Es un asunto que tendrá que resolver el partido cuando llegue. A mí me parece que después de 21 años es bueno para la institución que haya una renovación. Ganas de seguir tengo, pero no es bueno que alguien esté tanto tiempo en el ejercicio de la responsabilidad.

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