las claves

PP: un gran interrogante

  • Carrera sucesoria. Los siete candidatos llamaron a Rajoy antes de anunciar que participarían en la contienda y él se limitó a desearles suerte pero se mantiene neutral como había prometido

PP: un gran interrogante

PP: un gran interrogante / Chema Moya / efe

Hasta el último minuto, Alberto Núñez Feijóo mantuvo sus dudas. La misma mañana del día en que anunció que no participaría en las primarias, incluso invitó a un destacado personaje del PP a sumarse a su proyecto. La mayoría de los dirigentes gallegos que lo acompañaban cuando desveló su decisión estaban convencidos de que daría el paso que temían, y cuando Feijóo dijo que no podía fallar a los gallegos porque sería fallarse a sí mismo, rompieron a aplaudir aunque Feijóo no ocultaba sus lágrimas. El tablero del PP se desbarató en segundos: todo el mundo, excepto un casi desconocido diputado de Ávila y Pablo Casado, se había mantenido quieto a la espera de que el gallego anunciara su decisión.

Hay muchas cábalas. Los suyos aseguran que no tuvo presiones familiares, su mujer lo respaldaba. Otros manejan la teoría de que Feijóo temía ser objeto de una campaña desaforada de desprestigio como otros miembros de su partido, a los que la palabra corrupción ha destrozado su biografía. Hay quien cree que Feijóo se preocupó seriamente por la lucha por el poder que advirtió en su entorno cuando se dio por seguro que optaría a la Presidencia del PP nacional y se abría en Galicia un proceso sucesorio que, por precipitado, podría no salir bien.

Los militantes tienen un papel fundamental, pero los compromisarios tienen la última palabra

Las razones sólo Feijóo las conoce. En cualquier caso, su retirada de la carrera al trono de Rajoy provocó una inicial sensación generalizada de desánimo, porque era el único candidato al que consideraban seguro vencedor. Pero al desánimo siguió una reacción que ha causado sorpresa: el paso adelante de pesos pesados que pretenden demostrar que hay vida en el PP. En horas aparecieron siete candidatos, entre los que destacaban Soraya Sáenz de Santamaría, María Dolores de Cospedal, José Manuel García-Margallo y Pablo Casado. Todos las miradas están centradas en las dos mujeres, con años de rivalidad a sus espaldas y que, junto a Ana Pastor, tienen inmenso poder en el PP.

Esa rivalidad, preocupante por romper la unidad, llevó a personalidades del partido a pedir a Pastor que se presentara, lo que rechazó la presidenta del Congreso por responsabilidad: ocupa un importantísimo cargo institucional que perdería el PP si renunciara.

ex ministros de 'ganchos'

El sistema electoral del nuevo presidente o presidenta del PP está plagado de aristas. Los nuevos estatutos dan un papel fundamental a los militantes, pero la palabra última es de los compromisarios. Elegidos por los militantes, es cierto, pero iniciado el congreso las negociaciones de despachos y pasillos otorga una relevancia indudable a los responsables regionales y a los dirigentes nacionales, que saben muy bien qué teclas tocar para promover el voto. Es la razón de que los candidatos hayan emprendido una campaña electoral en la que han adelantado los nombres de los ex ministros que les apoyan. Pueden ser un gancho para captar votos de indecisos.

Los responsables regionales han sido más cautos, como si quisieran presentarse con una supuesta neutralidad. Que no siempre es tal. No se ha tardado en elaborar el mapa territorial, difuso en algunos casos pero en otros mucho más claro. Nadie duda, por ejemplo, de que Cospedal es imbatible en La Mancha, que en Castilla y León tiene más posibilidades Soraya, que Andalucía está dividida pero con Cospedal en minoría, y que el madrileño Garrido se ha apresurado a anunciar su apoyo a la secretaria general porque cree que se hará con la presidencia nacional y quiere ver si con ese apoyo consigue ser el candidato en las autonómicas; que cada provincia valenciana va por libre y que en el País Vasco Alfonso Alonso se volcará por Soraya aunque Maroto se ha sumado al equipo de Casado. Que Nuevas Generaciones votará por este último... y que los ojos están clavados en Galicia, en Feijóo, qué hace Feijóo, para quién pedirá el voto Feijóo.

Todos los candidatos han llamado a Rajoy y él se limitó a desearles suerte pero se mantiene neutral. En cuanto a Feijóo, contó que había recibido las llamadas de tres confesando que dos de ellos eran mujeres. Verde y con asas: Cospedal y Soraya le han pedido ayuda. Pero el gallego no se ha inclinado por nadie, neutral también. A no ser que cambie de criterio al final. Y declaró en Onda Cero algo sorprendente: no se ha presentado ahora porque debe cumplir su calendario, el compromiso con los gallegos que le han votado, a los que prometió gobernar hasta el final de la legislatura: 2020. Después... no descarta nada. A buen entendedor significa que si el PP no gana las generales, podría presentar su candidatura a presidir el partido en un nuevo congreso. Pero en política es difícil que un tren pase dos veces por el mismo sitio.

pronósticos y romanones

"El congreso del partido no va a elegir al presidente del PP, sino al presidente del Gobierno dentro de dos años", afirma convincente un ex ministro que apoyará a una de las dos mujeres. Explica que esa certeza, basada en el poco crédito que les merece Pedro Sánchez como gestor, es lo que ha provocado que sean tantos los aspirantes, así como la movilización de la militancia, todavía conmocionada por cómo en dos días el PP se ha convertido en un partido de oposición con el ex presidente trabajando en un despacho en Santa Pola. Militancia que sigue confiando en sus siglas, que ha reaccionado con rapidez y que, como ocurrió tras perder las elecciones marcadas por el 11-M, ha generado un alta de nuevas afiliaciones. Con un ingrediente añadido: afiliados que hacía tiempo que no pisaban las sedes y a los que se veía próximos a C's, han aparecido para preguntar cómo se vota y si se puede echar una mano.

"El partido está vivo", afirma un candidato. Todos los contendientes se van a dejar la piel, han formado ya su equipo, se han echado a la carretera para visitar las regiones y tratar de sumar votos. Las dos mujeres van en cabeza según las estimaciones, pero nadie descarta sorpresas. Adonde no se llega en persona se llega a través del teléfono. Las redes sociales están muy activas, en los medios nunca han encontrado tantas facilidades para entrevistar a personalidades del PP y hay candidatos que acuden en un día a seis o siete televisiones y cadenas de radio.

Un militante, un voto. Es lo que importa. Se serenan los que saben que su fuerza es la militancia: si cuentan con apoyo de afiliados, los compromisarios no se atreverán a corregirlo en el congreso, sería un escándalo y dinamitaría el partido.

Imposible hacer pronósticos, porque cuando el voto es secreto las promesas no sirven. Todos recuerdan la peripecia académica de Romanones y aquel "joder, qué tropa". No tuvo un solo voto de los muchos que se lo prometieron.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios