Los reyes han presidido este miércoles el desfile de la Fiesta Nacional, que don Juan Carlos ha seguido sentado y en el que se ha visto a los dos principales candidatos a la presidencia del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba y Mariano Rajoy, juntos y charlando durante casi 15 minutos en la tribuna de invitados.

En esta ocasión no se han escuchado tantos abucheos y silbidos como en otras ediciones anteriores, salvo algunos tímidos gritos al inicio, ya que entre otros motivos desde megafonía se ha pedido silencio y respeto en los momentos más solemnes, y el público más cercano se encontraba a más de 500 metros de las tribunas principales.

Los actos comenzaron pasadas las 10:35 horas con la llegada de los reyes a la plaza de Neptuno de Madrid, donde don Juan Carlos ha pasado revista a las tropas a bordo de un vehículo militar, al que acompañaban a pie miembros de la familia real y el presidente del Gobierno, Jose Luis Rodríguez Zapatero.

Tras la llegada de la bandera, portada por paracaidistas que aterrizaron de forma certera delante de la tribuna de autoridades, se ha desarrollado con normalidad el homenaje a los caídos.

El rey ha seguido el desfile, que ha durado casi una hora y media, sentado, pero levantándose y saludando a la bandera al paso de algunas unidades, entre ellas las academias militares, la Legión o los Regulares.

A la parada militar han asistido los principales representantes del Estado y de comunidades autónomas, del Congreso y del Senado, así como la cúpula militar el completo y los candidatos a la presidencia del Gobierno Mariano Rajoy y Alfredo Pérez Rubalcaba, entre otros responsables políticos.

Antes del inicio de la parada militar, Rajoy y Rubalcaba departieron durante más de quince minutos en la tribuna de autoridades donde estaban situados junto a la esposa del líder de la oposición, Elvira Fernández.

Han faltado a la cita ocho presidentes de comunidades autónomas -Cataluña, País Vasco, Andalucía, Baleares, Murcia, La Rioja, Cantabria y Canarias-, así como cinco ministros -José Blanco, Ramón Jáuregui, Leire Pajín, Rosa Aguilar y Valeriano Gómez-.

Más de 3.000 militares, 147 vehículos y 55 aviones y helicópteros han desfilado desde Atocha hasta Colón en una jornada calurosa en la que numerosos museos e instituciones han abiertos sus puertas al público de forma gratuita.

Antes del desfile, que este año se mantenía en los niveles de austeridad de las dos últimas ediciones donde se recortaron en un 20 por ciento los medios y el presupuesto, la ministra de Defensa, Carme Chacón, ha anunciado que España va a retirar los cuatro F-18 que están desplegados actualmente en la misión internacional en Libia.

También reconoció que siente "con pena" que vaya a acabar la legislatura sin que pueda recibir a los primeros soldados que regresarán en enero de Afganistán por el adelanto de las elecciones generales.

Por tierra han marchado los guiones más representativos de las unidades de los tres ejércitos y de la Guardia Civil, así como efectivos de la Unidad Militar de Emergencias, de la Legión y los Regulares.

Precisamente los miembros de la Legión, acompañados por su carnero mascota y con su peculiar paso rápido, y los Regulares, a paso lento y pausado, han sido los más aplaudidos por las autoridades.

Por el paseo del Prado se han exhibido blindados de la Brigada Acorazada Guadarrama XII, del Regimiento de Infantería Mecanizada Asturias 31, del Regimiento de Infantería Acorazada Alcázar de Toledo y misiles pertenecientes a distintas unidades de artillería.

Simultáneamente se ha desarrollado el desfile aéreo, en el que han sobrevolado los cielos madrileños aviones de combate F-18 y F-5, Mirage F-1, y Eurofigther; y helicópteros Cougar, Chinook y Tigre, entre otros.

Al finalizar el desfile, junto a los demás miembros de la familia real, el rey, apoyado en una muleta, se ha despedido de forma individualizada de las principales autoridades. Una vez finalizado el desfile, los Reyes han ofrecido una recepción en el Palacio Real a representantes de diversos ámbitos sociales.