Cisma en la derecha

Vox mantiene por ahora su oferta de no agresión a un PP firme en su ruptura

  • Abascal asegura que actuará con responsabilidad en los territorios donde respalda gobiernos de los populares

  • Génova saca pecho tras el rapapolvo en la moción de censura

Santiago Abascal, Iván Espinosa de los Monteros y Macarena Olona durante la segunda sesión del debate de moción de censura este jueves en el Congreso.

Santiago Abascal, Iván Espinosa de los Monteros y Macarena Olona durante la segunda sesión del debate de moción de censura este jueves en el Congreso. / Mariscal (EFE)

Vox, que se ha confesado descolocado y agredido por la ruptura con el PP, mantiene tras el no de los ‘populares a su moción de censura la oferta de no agresión en Murcia, Madrid y Andalucía, donde su voto, ha recordado, condiciona leyes y presupuestos.

Enfrente, el PP sigue levitando de gozo tras el duro ataque de su líder, Pablo Casado, a Santiago Abascal, quien se siente traicionado personalmente por su ex compañero de partido y defiende que Vox se ha quedado solo contra el Gobierno de Pedro Sánchez.

Los populares siguen convencidos de la decisión tomada, pues ante el planteamiento hecho por Abascal el PP no podía estar "indiferente”. "La propuesta que Vox llevó el miércoles hizo parecer a Sánchez Winston Churchill", ha afirmado este viernes el secretario general del partido, Teodoro García Egea.

En público y en privado niegan temer un bloqueo por parte de Vox. Sus pactos son solo de investidura, recuerdan, y retan a los de Abascal a retratarse ante la ciudadanía. Son conscientes sin embargo del dolor causado, pero desde Génova apelan a la madurez y a la responsabilidad que hay que tener en política.

Abascal por su parte no ha buscado disimular el golpe recibido, que considera una traición en lo personal y una agresión y un ataque "brutal” a su partido y a sus votantes.

Punto de inflexión

Génova calificaba el jueves de "punto de inflexión” el viraje de Casado al centroderecha y Abascal también cree que el panorama ha cambiado de manera "radical" porque el PP "ha pateado de manera inmisericorde e injusta a su único socio leal, con el que ha podido mantenerse en tres gobierno hasta ahora".

Sin embargo, y tras ver muy cuestionado su discurso por estar fuera de la realidad, Vox no hace por ahora movimientos y será "responsable" en Murcia, Andalucía y Madrid, donde seguirá "negociando ley a ley y presupuesto a presupuesto” desde la oposición.

Una máxima que sin embargo casa mal con las críticas en Andalucía, donde cancelaron una reunión de presupuestos por la "gravísima quiebra de la confianza" que supuso el portazo de Casado y en Murcia, donde alertan de que el diálogo será "muy diferente".

Sin embargo, en Murcia el Gobierno de PP y Cs negocia la gobernabilidad a dos bandas tras la expulsión de tres diputados de Vox, puesto que solo necesita un voto para sumar mayoría y entre quienes han sido expulsados se han desvinculado ya los pactos regionales del juego de Madrid.

En Madrid, la líder de Vox Rocío Monasterio critica el viraje pero mantendrá su apoyo a Isabel Díaz Ayuso porque a la Comunidad de Madrid "no le conviene un gobierno de izquierdas".

Con Abascal debilitado, Vox busca dar carpetazo a una moción donde son los perdedores. El dirigente Jorge Buxadé ha afirmado este viernes que "la moción de censura ya pasó, la estética política ya pasó” y que Vox vuelve "a la calle" donde debe estar "con los problemas reales".

Euforia en Génova

En el PP, laureado como ganador, sigue la euforia por el discurso del "hasta aquí hemos llegado” con el que Casado se erigió como estadista levantando un muro contra Vox.

Le aplauden en su partido todos los barones, también los responsables de Madrid, Murcia y Andalucía, más los que propugnaban un viaje al centro y la moderación.

Llama la atención la "alegría” del líder gallego Alberto Núñez Feijoó, el único que ha conseguido mantener a Vox sin representación mediante una línea dura a la que ahora se ha apuntado Casado. En Galicia, donde no se juega nada, celebró que el PP no se prestase al "juego entre los extremos”.

Otro barón pone a Casado a la altura de los mejores discursos escuchados en el PP, comparando su intervención con las del "váyase, señor González" del entonces candidato a presidente José María Aznar o con Mariano Rajoy rechazando el Plan Ibarretxe.

Y es que para los suyos Casado logró erigirse el jueves  como líder única alternativa y futuro presidente del Gobierno. Contentó a los afines a Rajoy al tiempo que seguía el voto defendido por Aznar.

Un acierto digno de aplaudir para un miembro de la antigua dirección de Rajoy, que espera que la línea se mantenga en el tiempo para poder recuperar "votos moderados".

A Casado le reconocieron el mérito incluso algunos de los que dejaron la primera línea por disentir de la posición más conservadora, que creen que al final se ha impuesto su visión, pero se ha perdido el tiempo.

Y es que, cuando pase la euforia el PP seguirá necesitando los votos de Vox, que no tiene capacidad de romper gobiernos pero sí de lastrarlos, exigiendo medidas con las que arrastrar a PP y Ciudadanos a su propia agenda, una estrategia en la que han sido capaces de cosechar éxitos.

Conoce bien su influencia el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, que ha enfriado este viernes la ruptura. En la capital seguirá seguirá "cumpliendo el programa de investidura con Vox” y negociará presupuestos.

El alejamiento que pide la izquierda no se materializa por el momento y tampoco se han acercado las posiciones con el Gobierno pues al PP no le sirve que paren el reloj de la reforma del CGPJ y siguen exigiendo que Podemos quede fuera de la negociación.

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