Ciudadanos

Arrimadas no apacigua el malestar en Cs pero tampoco se prevé una desbandada al PP

  • Hay es una gran decepción entre las bases y entre muchos dirigentes por la falta de autocrítica tras las catalanas

Inés Arrimadas.

Inés Arrimadas. / Jesús Hellín, Europa Press

Inés Arrimadas no ha conseguido apaciguar el malestar interno que ha generado el desplome del partido en Cataluña y que sobre todo no acepte cambios de estrategia ni organizativos, aunque esa desbandada al PP que preveían algunos no está por ahora en el horizonte.

Desde algunos sectores descontentos en Cs se pronosticaba una fuga masiva hacia el PP por el desastre de las catalanas, pero al partido de Pablo Casado también le ha ido muy mal en los comicios y ha sido incluso superado por Vox, y son precisamente estos pésimos resultados los que han desanimado a muchos del partido naranja, según algunas fuentes, a cambiar de bando.

Varias fuentes consultadas por Efe aseguran que por ahora no se está produciendo ningún movimiento hacia el partido de Pablo Casado, aunque sí reconocen que han tanteado a algún dirigente territorial.

Lo que sí hay es una gran decepción entre las bases y entre muchos dirigentes por la falta de autocrítica tras las catalanas y porque nadie haya asumido responsabilidades, aseguran algunos miembros del comité ejecutivo, que creen que el partido está "herido de muerte" y no sobrevivirá a menos que se hagan cambios.

Insisten en que el discurso naranja "ha perdido firmeza" y que les ha perjudicado, por ejemplo, apoyar gratuitamente esta última prórroga del estado de alarma o la negociación de los Presupuestos: "Era obvio que no contaban con nosotros, que nos estaban tomando el pelo", dicen.

Además dicen que el partido "se ha bunquerizado aún más" en torno a las seis personas de la ejecutiva permanente, insistiendo en que Arrimadas tiene en su mano desactivar esa insatisfacción que está cuajando simplemente con que hiciera algunos retoques en la estrategia y aumentara el núcleo duro de decisión contando, por ejemplo, con los vicepresidentes autonómicos.

Desde la dirección, defienden que esas críticas son muy reducidas y que el proyecto de la líder de Cs fue avalado por una amplísima mayoría. En todo caso apuntan que el nuevo proyecto naranja está todavía implantándose porque Arrimadas apenas lleva un año y además ha sido un año muy complicado, con la pandemia de por medio y tres elecciones autonómicas.

Corriente Renovadores

Otro de los frentes en desacuerdo con la gestión de la ejecutiva lo ha abierto la corriente Renovadores, promovida por Francisco Igea, para impulsar su candidatura en las primarias frente a Arrimadas, pero en esta ocasión el vicepresidente de Castilla y León se ha mantenido al margen.

Para los responsables de esta plataforma, la situación en la que está el partido, con cuatro fracasos electorales encadenados (el 10-N con Albert Rivera y las autonómicas de Galicia, País Vasco y Cataluña con Arrimadas) exige de "medidas quirúrgicas", cuentan a Efe, pero ni siquiera se han tomado la molestia de hacerlas "cosméticas".

Como mínimo, deberían haber cesado al responsable de la campaña catalana y vicesecretario primero, Carlos Cuadrado, dimisión que también pidió el coordinador de la Comunidad Valenciana, Toni Cantó, bastante crítico con la dirección durante la reunión del comité ejecutivo tras el batacazo de las catalanas, como también lo fueron el vicepresidente andaluz, Juan Marín, y su consejero de Educación, Javier Imbroda, entre otros.

Y como no han tenido respuesta a sus demandas, van a forzar la celebración de una Asamblea. Primero intentarán que sea ordinaria porque aseguran que el comité ejecutivo está obligado a convocarla en 2021, ya que se cumplen cuatro años desde que se celebró el cónclave de 2017, y esto es al margen de que el pasado abril tuviera lugar una extraordinaria que dio el relevo a Arrimadas.

Sin embargo, la dirección cuenta como asamblea ordinaria la del año pasado porque, explican a Efe, se sometió a debate los documentos de estrategia, de estatutos y se eligió una nueva ejecutiva y un nuevo consejo general.

"Eso solo se hace en las asambleas ordinarias y se activan, según los estatutos, con la dimisión del presidente del partido" de manera automática, como sucedió al dejar su cargo Rivera tras el hundimiento de Cs en las elecciones de noviembre de 2019.

Los estatutos no especifican estos detalles y se limitan a reflejar que las reuniones ordinarias de la Asamblea General se celebrarán una vez cada cuatro años y serán convocadas por el comité ejecutivo, mientras que las extraordinarias se celebrarán bien por acuerdo del comité ejecutivo o del Consejo general, adoptado en ambos casos por mayoría cualificada de dos tercios.

También lo podrá solicitar al menos un tercio de los afiliados, que es lo que pretende hacer Renovadores en último extremo, que asegura contar con cerca de un millar de afiliados favorable a esta iniciativa.

No saben exactamente cuántos militantes necesitan para pedir la convocatoria del congreso porque denuncian que no les facilitan el censo, pero lo conseguirán si hace falta reclamándolo notarialmente.

El último censo facilitado por Cs, de febrero de 2020, lo fijaba en 27.402 afiliados, aunque señalan que "están viendo una sangría" desde hace tiempo.

Hay otro sector crítico que se suma a estas voces y que está canalizando el senador Fran Hervías, en la órbita de Rivera -fue su secretario de Organización-, que no ha hecho otra cosa que censurar la gestión de Arrimadas y no ha perdido la ocasión para recordar que Rivera asumió sus responsabilidades por el fracaso del 10-N y dimitió.

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