VERDAD f.s. En política, cuando lo que se dice se corresponde con la realidad. Notoriamente la verdad nunca ha sido una prioridad en la política española. Y sin embargo, en esta campaña, la verdad ha irrumpido como un factor inesperado. Lo nunca visto. De hecho, la aparición de la verdad es el fenómeno de esta campaña; y está vinculado a la verificación inmediata de las mentiras. Apenas se necesitan minutos para constatar que la carta de Sánchez, los datos catastróficos de paro según Casado o las 21 medidas pactadas con Torra para Rivera… son mentiras para embarrar la opinión pública. Una vez que lo falso deja de ser una simple posibilidad y se convierte en un hecho flagrante, las cosas cambian.

VERIFICACIÓN f.s. Comprobación de la verdad. El fact-checking o verificación representa una revolución en España. Aquí no ha regido el principio básico del periodismo -los hechos son sagrados, las opiniones son libres- porque los hechos nunca han sido sagrados. Ahora, a diario, e incluso en el transcurso mismo de cada debate, se detectan mentiras. Todos mienten, y todos con el mismo cuajo, aunque no todos con la misma intensidad. Ninguno le puede disputar a Casado el mérito de hacerlo más y mejor que nadie: la subida del diésel al 31%, el 173% de incremento de inmigrantes con Sánchez, el gráfico de la contratación indefinida, los 3,5 millones de parados de Zapatero, los 5 millones de empleos de Aznar y otros 2,5 de Rajoy, el pacto de los indultos... Verificar a Casado debería pagarse con un plus de sobrecarga.

INDIFERENCIA f.s. Sentirse ajeno a lo bueno o lo malo de algo. También a la verdad. Hay evidencias de que al votante no le disuade saber que el candidato al que va a votar miente. Sólo se consideran imperdonables las mentiras de los candidatos a los que no se va a votar.

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