Resultado de las elecciones generales en Cádiz

El PSOE cicatriza las heridas del 2-D con un triunfo incontestable

  • Los socialistas ganan en 44 de los 45 municipios gaditanos en una noche terrible para el PP

  • Ciudadanos repite sus dos escaños y Unidas Podemos amarra el de Juan Antonio Delgado no sin sobresaltos

  • Vox hace historia con el escaño de Rosety y los alcaldes de Algeciras y Vejer se quedan fuera

Araceli Maese, Irene García y Juan Carlos Campo cambiaron ayer sus caras largas del 2 de diciembre por sonrisas en la sede provincial del PSOE de Cádiz.

Araceli Maese, Irene García y Juan Carlos Campo cambiaron ayer sus caras largas del 2 de diciembre por sonrisas en la sede provincial del PSOE de Cádiz. / Jesús Marín

La provincia de Cádiz no es de derechas. Las dudas que pudieron surgir tras las elecciones andaluzas del pasado 2 de diciembre quedaron ayer despejadas. Si entonces, hace cinco meses, la suma de los escaños de Ciudadanos, PP y Vox superaban a los de PSOE y la confluencia de Podemos e IU –ocho frente a siete– ayer la provincia gaditana le dio la vuelta a la tortilla. En esta ocasión la izquierda superó a la derecha (cinco escaños en el Congreso de los Diputados frente a cuatro) gracias al triunfo del PSOE –que ahora sí ha sido incontestable– y gracias también a que Unidas Podemos salvó de sobra los muebles al conseguir amarrar su segundo escaño, aunque no sin sobresaltos a lo largo del escrutinio.

En el otro lado, en el del bloque de la derecha, la debacle histórica del PP terminó eclipsando a Ciudadanos, que repite una vez más como segunda fuerza política de la provincia y que además logra el primer senador de su historia por Cádiz, y a Vox, que ya irrumpió con fuerza en el mapa político provincial en las elecciones andaluzas del pasado diciembre y que ayer logró un hito más al hacerse con su primer diputado nacional.

Hay un dato clave que simboliza la victoria indudable del Partido Socialista en suelo gaditano, y es que este partido ganó en 44 de los 45 municipios de la provincia, ya que por primera vez San Martín del Tesorillo se estrenó en unas elecciones como término municipal independiente. Únicamente Trebujena, indiscutible e histórico refugio del comunismo gaditano, le dio la espalda al PSOE, que no pudo superar en votos allí a la confluencia Unidas Podemos.

Los socialistas, que ya habían ganado las elecciones generales de junio de 2016 en 24 municipios de la provincia, pusieron ayer su bandera en otras muchas localidades que o bien fueron del PP hace tres años (Cádiz capital o Vejer), o de Podemos (Puerto Real o Alcalá del Valle) o incluso que pasaron a ser de Ciudadanos en los comicios autonómicos del pasado diciembre, esto es, Algeciras, Chiclana, El Puerto, Jerez, Rota, San Fernando o Sanlúcar. De esta manera el socialismo gaditano usaba una victoria inapelable para cicatrizar las heridas que le dejaron las elecciones andaluzas del 2-D, cuando su victoria no le permitió mantener la Junta de Andalucía.

Después de muchos años, en concreto desde las elecciones generales de 2011, el PSOE volvió a superar la barrera de los 200.000 votos en suelo gaditano, abriendo una brecha de 12 puntos porcentuales con respecto a la segunda fuerza, que fue Ciudadanos. En las andaluzas del 2 de diciembre esa diferencia entre estos dos mismos partidos fue bastante menor, ya que no llegó a los tres puntos.

La consecuencia de este claro triunfo socialista es que este partido no sólo mantuvo los mismos tres escaños en el Congreso de los Diputados que ya tenía en la última legislatura sino, lo más importante quizás, recuperó tres escaños en el Senado, algo que no lograba desde la legislatura que se inició en el año 2008.

De esta manera la representación gaditana del PSOE en la Cámara Baja queda en poder de Fernando Grande-Marlaska, ministro del Interior, la jerezana Eva Bravo y el magistrado Juan Carlos Campo, que ya es diputado desde finales de 2015. Y en el Senado regresa una histórica como la isleña María Jesús Castro (de 70 años de edad y que lleva ocho años fuera de las Cortes Generales), Alfonso Moscoso, alcalde de Villaluenga desde hace 20 años, y la chiclanera Cándida Verdier, mano derecha de José María Román, alcalde de esta localidad de la Bahía de Cádiz.

Incluso, el PSOE llegó a saborear durante unas horas la guinda que hubiera supuesto recuperar muchos años después su cuarto diputado por Cádiz. La ex alcaldesa de La Línea y ex delegada provincial de la Junta, Gemma Araujo, llegó a tener amarrado este escaño de manera provisional, pero cuando el escrutinio ya había enfilado su tramo final esa plaza terminó cayendo del lado de Unidas Podemos.

De esta manera, la nueva confluencia de Podemos y de Izquierda Unida conseguía su principal objetivo en estos comicios que no era otro que atar el escaño del guardia civil isleño Juan Antonio Delgado, que seguirá acompañando en Madrid a Noelia Vera. Este reto, que antes de la campaña parecía tremendamente complicado, fue posible porque la alianza de izquierdas superó los 108.000 votos.

En una noche que terminó siendo halagüeña para Unidas Podemos hubo dos lunares para esta confluencia: el primero fue que perdieron unos 20.000 votos con respecto a su resultado en las generales de 2016 y el segundo es que la confluencia no logró ser la fuerza más votada en las dos ciudades donde ahora hay alcaldes de Podemos, es decir, Cádiz y Puerto Real. La confluencia, de este modo, se quedó lejos de ser la primera o incluso la segunda fuerza política de la provincia.

Esta medalla de plata recayó ayer en Ciudadanos, como ya ocurriera en las elecciones andaluzas de diciembre. El partido de Albert Rivera superó sus listones anteriores y rozaba los 130.000 votos en la provincia cuando el escrutinio no estaba aún totalmente cerrado. Al contrario de lo que sucedió en el conjunto del país, la formación naranja sí superó aquí al PP, convirtiéndose en el principal referente de la derecha gaditana. Y aunque no logró ser la fuerza más votada en ninguna localidad gaditana, al contrario de lo que sucedió en diciembre, Ciudadanos pasa ahora de tener un solo diputado a contar con dos representantes en la Cámara Baja y, lo que era más inesperado quizás, un senador. Este hito, que sólo habían logrado en esta provincia el PSOE, el PP y la UCD, tendrá ahora como protagonista a Carlos Pérez, que compaginará su escaño en el Senado con su candidatura a la Alcaldía de Jerez. Y en el Congreso se mantiene el isleño Javier Cano y debutará la también jerezana María del Carmen Martínez, que tendrá que renunciar ahora a su escaño en el Parlamento de Andalucía que estrenó en diciembre.

Pero ayer fue la noche de la debacle histórica de un PP que quedó en Cádiz, al igual que en toda España, muy noqueado. Porque si ya en las elecciones andaluzas este partido pasó a ser la cuarta fuerza política en el territorio gaditano, aquello quedó camuflado por la opción, que finalmente cristalizó, de que Juanma Moreno llegara a la Presidencia de la Junta. Pero ayer no hubo asidero al que se pudieran agarrar las esperanzas de los populares.ç

Con el peor resultado de su historia –ni siquiera llegó a los 100.000 votos– el PP de Cádiz no ganó en ninguna localidad. En las elecciones andaluzas este partido al menos logró el triunfo en Vejer, pero ayer ni siquiera pudo conformarse con eso.

Sin embargo, lo peor para el PP es que solamente tendrá sitio en Madrid la ex alcaldesa de Jerez, María José García-Pelayo. Se quedan sin escaño dos pesos pesados como José Ignacio Landaluce y José Ortiz, regidores respectivos de Algeciras y Vejer, pero también María José de Alba e Ignacio Romaní.

Una parte importante de culpa de la caída del PP hay que atribuírsela forzosamente a Vox. El partido de Santiago Abascal ya irrumpió con fuerza en las elecciones andaluzas, logrando dos parlamentarios andaluces por Cádiz, y ayer cumplió su principal objetivo de esta contienda electoral como era amarrar un escaño para Agustín Rosety, de 71 años de edad y general de brigada de Infantería de Marina ya retirado.

Es verdad que Vox llegó a ilusionarse, sobre todo en el tramo final de la campaña, con acercarse al segundo diputado o, incluso, a algún senador. Pero esas esperanzas terminaron esfumándose nada más iniciarse el escrutinio. Se calculaba que este partido necesitaría en torno a los 60.000 votos para lograr un diputado y al final superó los 87.000.

Lo más positivo para Vox fue que en localidades de renombre como Algeciras, San Fernando o La Línea este partido llegó a superar en votos al PP, algo impensable hace muy pocos meses.

Del resto de formaciones políticas que concurrieron a estos comicios en Cádiz, el Partido Animalista Contra el Maltrato Animal (PACMA) se quedó en 11.000 votos (menos de lo que logró en las andaluzas), mientras que los andalucistas de AxSí perdieron la mitad de los votos que obtuvieron en su estreno de hace cinco meses, quedándose ahora con apenas 4.200 papeletas.

Los resultados de las tres candidaturas restantes fueron aún más bajos: el Partido Comunista Obrero Español (PCOE) se quedó con 2.200 votos, y Recortes Cero y el Partido Comunista del Pueblo Andaluz (PCPA) tuvieron que conformarse con 1.600 y 800 sufragios cada una.

En una jornada electoral con escasas incidencias de importancia la otra noticia estuvo en la participación, que en el conjunto de los 45 municipios gaditanos se elevó ayer hasta el 69,35%. Y aunque este porcentaje siguió siendo uno de los más bajos de todo el país –en Andalucía solamente en Huelva hubo una participación más baja– hay que remontarse hasta las elecciones generales y andaluzas de 2004, cuando la asistencia a las urnas sí superó entonces el 70%.

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