España

El espionaje irrumpe en el juicio del 'procés'

  • Un mando revela las labores de vigilancia de los Mossos a los coches de la Policía Nacional

El juez Marchena (segundo por la derecha) toma la palabra en el juicio del 'procés'.

El juez Marchena (segundo por la derecha) toma la palabra en el juicio del 'procés'. / EP

Seguimientos, nombres en clave, vigilancias, comunicaciones por canales no abiertos... El relato que se escuchó en la primera parte de la sesión del juicio del procés se pareció más a una película de espionaje o contraespionaje, según se mire, que a otra cosa.

El jefe de Información de la Policía Nacional en Cataluña se sumó a las críticas a la actuación de "pasividad" y a veces obstrucción de los Mossos el 1-O y los acusó de desplegar labores de vigilancia a los otros cuerpos por "instrucción" de sus superiores, que alcanzaron, según dijo, las 271 sólo en la ciudad de Barcelona. El comisario Juan Manuel Quintela, investigado por el cerco policial a la sede de la CUP el 20-S, aportó un relato pormenorizado de los incidentes contra la Policía el 1-O en el que resaltó la labor ineficaz de los Mossos, que dio lugar a que creciera un "clima de desconfianza" entre los cuerpos.

Y es que había "serias sospechas" de que la del referéndum sería una jornada "muy complicada" a tenor de los "comportamientos" de las últimas semanas, en las que se dio "una situación de generalizada desobediencia", de un ambiente "casi prerrevolucionario".

Pero los incidentes no se circunscriben al 1-O, como da cuenta el más de centenar de altercados de los días previos y posteriores al referéndum contra quienes se opusieron a la votación, entre ellos 37 ataques a sedes del PSC o a ayuntamientos gobernados por ese partido por no ceder locales para las votaciones.

Ante estos hechos, los Mossos en general actuaron con "pasividad" con "instrucciones" para no colaborar, pero a veces también los obstaculizaron, como cuando un mando de la Policía catalana bloqueó la entrada de los agentes al grito de "dejadles votar".

Si en algo incidió el mando fue en la labor de vigilancia desplegada por los Mossos aquellos días, según evidencian las comunicaciones del Centro de Coordinación Operativo de la Policía catalana, desde donde se dio la "instrucción" de avisar de los movimientos de los otros cuerpos. El estudio de las comunicaciones dejó un balance de 271 labores de vigilancia en Barcelona, 214 consultas a los vehículos camuflados de la Policía y el 52% de coches "chequeados". "Eso no es normal", confesó.

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