España

El proceso más incómodo

  • La elaboración de las listas electorales es toda una agonía pero de los dos partidos con opciones reales de gobierno tras las elecciones generales del 20-N es evidente que es más grave en las filas socialistas

LA elaboración de las listas es una "agonía", admite un dirigente socialista, pero de los dos partidos con opciones reales de gobierno es evidente que la agonía es más grave en las filas socialistas. Como decía un conocido diputado del PP al que no llega la camisa al cuerpo porque todavía no tiene confirmada su continuidad: "Comprendo que los socialistas estén nerviosos, porque muchos de ellos se van a quedar sin escaño pero en el PP, si vamos a tener treinta escaños más como dicen las encuestas, no sé por qué no encuentran un sitio para mí".

A lo mejor no se trata de falta de sitio, sino de que Rajoy no tiene excesivo interés en mantenerlo. Lo que todavía no ha comprendido el diputado, que llama constantemente a Miguel Arias Cañete, responsable de las listas, para saber "qué hay de lo suyo". Un Arias que, como el resto del PP, asume con toda naturalidad que el presidente de su partido tiene la decisión última en su mano, aunque tenga en consideración las propuestas que presenten los órganos regionales.

En el PSOE en cambio presumen de que son los órganos regionales los que tienen la última palabra, y suelen poner como ejemplo lo que ocurrió en el 77 cuando la Federación Socialista Madrileña bloqueó durante dos días que Felipe González encabezara su lista. Es un hecho real, cierto, pero la historia del PSOE está plagada de ejemplos contrarios, de federaciones que han visto sus listas desmoronadas por decisión del candidato nacional. En estas elecciones sin ir más lejos, Tomás Gómez se ha enterado por los medios de comunicación de las pretensiones de Rubalcaba para la lista madrileña. Una vez sabido que había decidido que Elena Valenciano fuera su número dos, y que en esa lista estuvieran algunos de sus colaboradores más cercanos, Gómez, como se dice coloquialmente, no toca bola en la lista madrileña. Si era un secreto a voces que sus relaciones con Rubalcaba eran inexistentes tirando a malas, la pelea por la lista ha visualizado ya el grado -gélido- de esas relaciones.

En el PP sólo se habla de Alberto Ruiz-Gallardón. Nadie duda, ni siquiera Esperanza Aguirre, que formará parte de la lista madrileña, pero Rajoy todavía no ha comunicado al alcalde qué proyectos tiene para él, lo que en el círculo de Gallardón se considera una prueba evidente de que será diputado.

Pero asumido que será diputado, la pregunta se centra en si formará parte del Gobierno. Todo indica que será así, pero personas que conocen muy bien a Rajoy afirman que existe un inconveniente para que deje el Ayuntamiento: "A Mariano no le interesa que Ana Botella sea alcaldesa. No porque no lo vaya a hacer bien, ha demostrado su capacidad de trabajo en estos años, lo está haciendo muy bien en el Ayuntamiento. Pero no deja de ser la mujer de Aznar, y eso le da un protagonismo añadido que no conviene a un presidente de Gobierno".

Las listas tienen, casi todas, una segunda lectura. Que Rubalcaba se haya empeñado en que Antonio Camacho tenga acta de diputado podría interpretarse como su deseo de que sea persona aforada, por lo que pudiera pasar con el caso Faisán. Y que Arenas haya propuesto que Cristóbal Montoro sea cabeza de lista de Sevilla, el puesto de más relumbrón en Andalucía, podría interpretarse como su respaldo a Montoro para que sea el responsable económico del Gobierno de Rajoy frente a otros posibles candidatos.

Habrá que ver qué ocurre con Gabriel Elorriaga. En su momento, Rajoy dijo que cuando se cuestionó su continuidad tras el fracaso del 2008, el peor disgusto se lo dio la lectura del artículo en el que Elorriaga, uno de sus principales colaboradores, proclamaba su alejamiento de Rajoy sin habérselo advertido previamente. También está en el alero la continuidad de Arístegui, eficaz portavoz de política exterior pero que no ha hecho buenos amigos en su partido.

En el PSOE las especulaciones son más retorcidas: quiénes de los que creen que lograrán escaño seguro se quedarán en puertas. Por ejemplo, los socialistas de Castilla y León no tienen la seguridad de que Camacho logre escaño en Zamora, donde le incrustó Rubalcaba contra viento y marea, aunque vista la polémica pensó después en presentarle por Palencia. Y en Andalucía, el número de históricos que no obtendrían escaño por falta de los votos necesarios provoca más angustia todavía que las incógnitas sobre las listas, porque si efectivamente quedan fuera del Congreso sería porque la debacle del PSOE sería aún mayor de lo que pronostican las encuestas. En ese sentido, en conversaciones privadas se escuchan voces que expresan su incomodidad por las presiones de las mujeres más cercanas a Rubalcaba -Narbona, Valenciano, su propia mujer Pilar Goya- para que incremente el número de mujeres en cabeza de lista, guante que el candidato ha recogido. En privado y sólo en privado, gente de mucho peso en el partido se queja de que por hacer hueco a mujeres que no han acumulado hasta ahora excesivos méritos, se deje fuera a hombres destacados que llevan años dejándose la piel en y por el partido.

Este fin se semana se despejaron casi todas las incógnitas.

Hoy es el día en que los descartados empezarán a lamerse las heridas …y a dedicarse a buscar un nuevo trabajo.

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