Crítica 'Babai'

Alegoría paterno-filialy prebélica

Babai. las nuevas olas. Drama. Ale-Kos-Mac-Fr, 2015, 104 min. Dirección: Visar Morina. Intérpretes: Val Maloku, Astrit Kabashi, Adriana Matoshi.

No vuela muy alto Babai, la ópera prima del realizador kosovar Visar Morina, quien llega al festival mimado por los premios en el Este para ofrecer una parábola prebélica que alegoriza la relación entre un padre y un hijo en el crepúsculo familiar y social que precede a la guerra inminente.

Niños obcecados, introvertidos y de ideas fijas hemos visto ya muchos en el cine, de los neorrealistas a los iraníes, y el que aquí lleva las riendas de la película responde al esquema, uno que suele imprimir al filme que sea un importante componente físico acompañado por lógica del correspondiente vaciado lingüístico. En Babai esta teoría, sin embargo, se queda en eso, en un a priori que lo da todo por sentado y que no se traduce en la imagen: es complicado implicarse con (o ser testigo de) este niño rollizo en sus cuitas de vendedor de cigarrillos y temerario inmigrante. La culpa, evidentemente, no es achacable al actor, sino al quehacer de Morina, a quien ciegan las páginas de un guión que palidece al concretarse en escenas dramáticas, especialmente en las que obligan al pequeño a sacar de su interior la rabia acumulada.

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