GREAT FREEDOM | FESTIVAL DE CINE DE SEVILLA

Los caminos del amor son inescrutables

Un fotograma de 'Great freedom', segundo largo del austriaco Sebastian Meise.

Un fotograma de 'Great freedom', segundo largo del austriaco Sebastian Meise.

El frágil parpadeo de unas imágenes en Super 8 grabadas en un aseo público son la prueba de cargo que manda a la cárcel por homosexualidad al protagonista de Great freedom, un Franz Rogowski en busca de premio. A su director, Sebastian Meise, se le abren entonces dos caminos, el del filme carcelario al uso y el del melodrama fassbinderiano. El realizador elige el primero sin titubear, haciendo pasar a su protagonista por el habitual vía crucis de rigor. La cinta visita casi todos los lugares comunes del subgénero (modelo anglosajón), enredada para la ocasión en unos torpes saltos temporales que cubren décadas en la vida de este jailbird alemán.

Pero Meise debió de sentir en algún momento que su película no avanzaba y en la segunda mitad deja que maduren los elementos melodramáticos consiguiendo así algunas de sus mejores escenas, casi todas ellas protagonizadas por George Friedrich. A partir de ahí, y contra todo pronóstico (sexual y sentimental), la resiliencia y la herida común sostenida en el tiempo convierten a dos seres, inicialmente antagónicos, en una pareja irrompible.