Cultura

El festival rinde homenaje a José Luis Borau con la proyección de nueve de sus películas

  • El director acudió ayer a la gala inaugural y recibe hoy el Giraldillo como homenaje a toda su carrera

A punto de cumplir los ochenta años y con una dilatada carrera cinematográfica en la que ha tocado todos los palos (director, productor, guionista, actor y también crítico), a José Luis Borau (Zaragoza, 1929) le dan "miedo" los homenajes. No teme que a su edad se sucedan los honores hagiográficos, teme "no estar a la altura de las expectativas". Escuela de humildad para un hombre sin el que no se entiende el cine español desde los años sesenta.

Para Borau que el Sevilla Festival de Cine Europeo rinda homenaje a su carrera en su quinta edición con la entrega de un Giraldillo es "una responsabilidad grande" que afronta "contento" pese a que reconoce no sentirse muy cómodo actuando en público.

Lo que ha hecho detrás de la cámara para este mismo público, con títulos como La Sabina (1979), Furtivos (1975) y Leo (2002), su último largometraje hasta la fecha, se podrá ver hasta el próximo sábado en una retrospectiva fílmica con nueve títulos que el festival programa fuera de concurso.

Recién llegado a la ciudad para asistir a la gala inaugural que se celebró anoche en el Lope de Vega, Borau trajo a su memoria el rodaje de Malaventura (1988) a las órdenes de Gutiérrez Aragón. "Es una ciudad a la que me siento muy unido porque he venido en infinidad de ocasiones para varios documentales. Me encantaría rodar aquí de nuevo pero me falta tiempo".

El ex presidente de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas y "abuelo de todos", como se define, dedica sus esfuerzos a la Fundación José Luis Borau, un centro con el que quiere "apadrinar" a futuros directores y guionistas para que amplíen su formación más allá de la cultura cinematográfica.

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