Costa Brava, Líbano | Festival de cine de Sevilla

Una familia en el vertedero libanés

Una imagen del filme de Mounia Akl.

Una imagen del filme de Mounia Akl.

Película intimista y familiar de la sección oficial, el debut de Mounia Akl, avalado por decenas de instituciones europeas y con participación española en guion (Roquet) y montaje (Marqués-Garcet), no susurra precisamente su alegoría sobre la descomposición política y social de su país, Líbano, con un Beirut previo a la pandemia y al estallido en el puerto literalmente acosado por la basura, en paralelo a la de esa familia que resiste a la tentación del exilio en una casa en la colina que pronto se verá también sitiada por la construcción de un vertedero (ilegal) en la finca contigua.

Se trata aquí, pueden imaginarlo, de acompasar esos días en el paraíso con la paulatina degradación del entorno, de retratar los gestos, miradas, reproches y silencios de un grupo al borde la crisis como pantalla donde retener la memoria generacional de tiempos mejores y cierta melancolía combativa ante la inminente derrota. Akl apuesta por el impresionismo y también, oh, no, por toques de realismo mágico que subrayan el tono lírico de su propuesta, en la que cada personaje respira también por su lado fuera del grupo. Nada está realmente mal, aunque tampoco daríamos la vida por su causa.   

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