Premio RTVA

Dos profetas en su tierra

  • Canal Sur premia a Inma Cuesta y al productor Gervasio Iglesias.

RTVA sigue apostando a caballo ganador. Después de Alberto Rodríguez, le toca el turno a otro de los artífices de este boom del cine autonómico al que las instituciones se han sumado raudas y veloces con halagos, orgullo, celebraciones y promesas. Gervasio Iglesias representa al profesional curtido desde abajo y desde dentro, primero en TVE, luego con la productora LZ, impulsor de proyectos documentales (Underground, Dame Veneno, Triana pura y pura) y de ficción (Astronautas, Cabeza de perro, Siete vírgenes, After, Grupo 7, La isla mínima) que conforman hoy el núcleo duro del cine andaluz de la calidad, los premios y los titulares. Andalucista vocacional, Iglesias ha sabido moverse también en las coproducciones internacionales (Juan de los muertos). 

 

A su lado, la andaluza de adopción Inma Cuesta pone la cuota de glamour (sin Photoshop) y ese punto racial que la han convertido en la última reina de la comedia española. Y todo ello a pesar de darse a conocer en el drama La voz dormida, por cuyo papel fue candidata al Goya. Títulos como Blancanieves, La gran familia española, Tres bodas de más, Las ovejas no pierden el tren o Los miércoles no existen, junto con sus apariciones en series como Amar es para siempre o Águila Roja, avalan una carrera que brilla en todo su esplendor promocional a la hora de recoger este premio.

Premio Ocaña

 

Por segundo año consecutivo, tal vez para despejar viejas polémicas, el colectivo Cine con Orgullo concederá el Premio Ocaña a la mejor película del SEFF que refleje la temática LGTBI (Lesbianas, Gays, Transexuales, Bisexuales, Intergéneros). Dentro de la extensa programación de esta edición, y a lo largo de varias secciones, encontramos varios títulos que tratan temas relativos al colectivo: Eisenstein in Guanajuato, de Peter Greenaway, The summer of sangaile, Le roi de l'évasion, de A. Guiraudie, el documental Boliviana, de Mariano Agudo, o el imprescindible Encore, de Paul Vecchiali.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios