Crítica 'El mudo'

'Thriller' con pulso firme

El mudo. Perú, Francia y México, 2013. 86 minutos. Dirección y guión: Daniel y Diego Vega. Fotografía: Fergan Chávez-Ferrer. Música: Óscar Camacho y Eduardo Rodríguez Dávila. Montaje: Gianfranco Annichini. Intérpretes: Fernando Bacilio, Lidia Rodríguez, Juan Luis Maldonado, Augusto Varillas, José Luis Gómez, Norka Ramírez, Ernesto Ráez, Lidia Rodríguez.

Los hermanos Daniel y Diego Vega -éste vive en Barcelona, donde enseña en la Escuela Superior de Cine y Audiovisual- vuelven al Festival de Cine Iberoamericano de Huelva, donde ya estuvieron con Octubre (2010), su ópera prima, ganadora del Gran Premio del Público en Cannes. Lo hacen ahora con un nuevo trabajo conjunto que nos revela una vez más una perfecta compenetración, tan difícil siempre en una obra compartida. El motivo esencial de la historia parte de hechos reales, si bien los hermanos Vega, propiciaron la entidad del guión aportando testimonios, reflexiones y datos recabados de juicios, audiencias y procesos instruidos en Lima.

Estamos ante una investigación ejercida por Constantino Zegarra, abogado y funcionario judicial en un tribunal de la capital peruana. Herido por una bala perdida que ha lesionado sus cuerdas vocales, se empeña en dar con el responsable de lo que, para él, fue un atentado, lo cual le conducirá a extremos imprevisibles. En esas pesquisas, Constantino habrá de enfrentarse a las limitaciones y la fragilidad de los mecanismos estatales, la compleja burocracia del sistema jurídico, las carencias policiales y la pesada carga de las influencias políticas, el clientelismo, lo que resultará un insoportable lastre para la imparcialidad con que ha emprendido la investigación y el rigor con la que afronta la causa. Todo ello le produce un gran desasosiego con la sensación de que alguien quiere eliminarle. Familiares o allegados de los que él mandó encarcelar, que serán objeto de su seguimiento obsesivo, concienzudo, paciente e implacable. "Tiempo que pasa, la verdad que huye", puede leerse en un cartel.

No cabe duda de que cuanto ha documentado la concepción y redacción del guión por parte de Daniel y Diego Vega han proporcionado a la trama y a la propia puesta en escena mayor autenticidad y convicción. Es justo reconocer en esta especie de thriller una perspectiva muy original en la visión que nos brinda del funcionamiento judicial y la política en Perú. Originalidad que se traduce en el curso de la investigación del protagonista desde las posiciones éticas y morales impuestas por el protagonismo hacia derroteros más personales que propenden a situaciones ciertamente surrealistas y permiten denuncias flagrantes. Los directores saben mantener el pulso firme del relato sin concesiones y con notable coherencia narrativa. Magnífica interpretación del protagonista Fernando Bacilio.

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