Sus ojos azules han conquistado a los espectadores de las más de 40 películas que lleva a sus espaldas escocesas como actor y a Assumpta Serna, su esposa desde hace 15 años, con la que preside la Fundación First Team.

-No es la primera vez que está en Huelva, pero sí se ha estrenado en el Iberoamericano.

-Es cierto. Nunca he estado en este Festival, aunque sí vine al de Cine Inédito de Islantilla y había estado antes en la capital onubense, donde espero comer buen jamón (risas).

-¿Qué diferencia encuentra entre este certamen y otros, además de su carácter hispano?

-Que normalmente los festivales grandes, entre comillas, son como un caos condensado en dos semanas en el que se dan cita desde lo más grande hasta lo peor. En San Sebastián y Cannes es casi imposible entenderse y ver una película, aquí sí es posible, se disfruta más.

-Con la Fundación First Time han realizado un interesante viaje por América Latina. ¿Cómo surgió la idea de trasladar su método a Argentina, Colombia y Bolivia?

-Empezamos el año pasado impartiendo un seminario en la Escuela Nacional de Cine (Enec) de Argentina, que está en Buenos Aires, y tuvimos tanto éxito con el curso que supuso un golpe de energía fundamental para los estudiantes de dirección. Para ellos fue muy útil, emocionante. Entonces, el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (Incaa) nos propuso seguir con la actividad, algo muy sabio. Así nos fuimos a Argentina para impartir nuestro método de formación a actores, directores y para el resto del equipo y ya no paramos.

-Asegura que le ha sorprendido mucho el panorama cinematográfico que halló en Bolivia.

-Mucho. Hemos encontrado a gente muy profesional, con un alto grado de compromiso y mucha dedicación en su trabajo. Fue una sorpresa bastante grande.

-Mencione un caso concreto, para hacernos una idea.

-Tuvimos a un actor indígena que ha trabajado en bastante películas. Y trabajó haciendo un personaje, el del jefe de un almacén, que nunca va a poder hacer en su país. Nosotros sólo vemos a un hombre inteligente, noble, que es muy buen actor, con un gran sentido del humor. Hemos tenido la oportunidad de cambiar cosas porque estás ciego a los problemas diarios, lejos de estereotipos. En Argentina, en general, desde la Patagonia hasta Córdoba, hemos recibido un trato y un cariño exquisitos.

-Hay más respeto en Argentina por el gremio de actores.

-Allí ser actor es más digno. El actor puede trabajar en teatro y ganarse la vida, en España es más complicado. Cuando estás en el Broadway de Buenos Aires, parece realmente que estás en Broadway. En una calle hay como cuarenta teatros, todos llenos.

-Dice que no les fardar de alumnos célebres en su escuela.

-Es que una cosa que pasa mucho es que las escuelas quieren tomar responsabilidad en el éxito del actor, como pasa con aquella a la que acudieron James Deam y Marlon Brando. Es el actor el que pone los efectos especiales, el que da vida a una película. La vida de un actor es dura y no hay nada peor que el hecho de que no entiendeasu propia técnica, su talento. El actor es, sin duda, el efecto especial más barato de una película.

-¿Le queda tiempo para disfrutar a usted de su trabajo como actor?

-Hice una película en Inglaterra el año pasado, participé en la serie de televisión 'El comisario' y participé en una película de terror, que fue complicada.

-¿En qué sentido?

-A ver, siempre trabajamos en la fundación sobre el trabajo en equipo, el liderazgo, enseñamos a la gente cómo trabajar con directores, con un equipo técnico, etcétera. El problema es que te encuentras en un rodaje y quieres hacer esto porque piensas que son las reglas más justas, las que funcionan, y te topas con gente que lucha contra las cosas que funcionan de forma objetiva y no te gusta cuando esto ocurre.

-Es un buen sistema.

-Bueno o malo no existe. O funciona o no. Lo demás es cosa de gustos. Esto no sólo funciona este método, el de First Team, con los actores, sino con el resto del equipo. Si tuviera que dar un consejo a un director, le diría que tiene que tener empatía, imaginación y saber comunicar.

-Cambiando de tema, ¿cómo es Assumpta Serna?

-Es como una flecha. Ve una cosa, y quiere arreglarlo. Tiene un nivel de concentración y de trabajo que yo no le he visto a nadie. Es capaz de trabajar 17 horas al día sin beber y sin comer. Yo soy el timón, pero ella es las velas.

-Con tanto viaje, tanta fundación y tanto lío, será complicado tener tiempo libre para vosotros. ¿Cómo lo empleáis?

-A mí me encanta cocinar, estoy obsesionado. También jugamos mucho al videojuegos. Podemos jugar con nuestros amigos, que están lejos, en red, y es como volver a ser pequeños otra vez, es maravilloso.