En los festivales de cine no todo lo que reluce es oro. Igual se presenta en competición la película más cara de su país, como la mexicana Cinco de mayo: la batalla, de 6,5 millones de dólares, que una de sólo 10.000 euros de presupuesto, como la portuguesa Pecado fatal, que ha sido toda una aventura para su director, Luis Diogo. Es la democratización del cine.

La historia de Diogo bien vale un guión. Es profesor de Dibujo en una pequeña localidad de Portugal, Castelo Branco, y con sus propios medios ha sacado adelante su primer proyecto en el largometraje, después de una trayectoria sólida, "pero insuficiente para vivir de ello", como guionista en su país.

Su primer trabajo en la escritura, A bomba, se convirtió en la segunda película más vista de Portugal en 2002. Pero ni por esas. Ayer, en la presentación de Pecado fatal, contó que, con 13 guiones en cartera, un día optó por lanzarse a la dirección de cortometrajes, hasta que reunió la fuerza necesaria (y el dinero) para rodar un largo.

"Es como si fuera un corto, pero más largo. Pero una película de 90 minutos no es lo mismo que tres cortos de 30 minutos. Es hasta diez o veinte veces más difícil", aseguró Diogo. "Tuve que reescribir el guión para hacer posible su rodaje con sólo 10.000 euros, filmando en 17 días, durante 8 fines de semana y otro día más laborable. Elegí una localización cercana a mi ciudad, y parte de la película está rodada en mi casa, y aparecen mi coche y el de mi hermano", explicó el director, que agudizó el ingenio al extremo para producirla.

Luis Diogo reconoció que la mayor parte del equipo técnico era desconocido para él y que tuvo también una curiosa elección del reparto: "Desde primer momento pensé que Miguel Meira sería el protagonista pero con la actriz fue más difícil. Elegí una que no me contentaba mucho pero de casualidad me enteré que la sobrina del profesor de Física era actriz profesional y le pedí que me pusiera en contacto con ella. Cuando la conocí supe que debía ser la protagonista", explicó hablando de Sara Barros: "Hay cosas buenas en la película y otras no tanto, pero lo mejor es la actriz, que es capaz de sostener todo el peso de la historia".

El protagonista masculino, Miguel Meira, reconoció que el rodaje fue "una experiencia muy rica". "Fue muy intenso a todos los niveles. Luis [Diogo] me ayudó mucho a construir mi personaje, que es muy complejo, con momentos en la historia donde se nota la incertidumbre sobre el rumbo que va a tomar", afirmó el actor.

Diogo reconoció que en la película se encuentran "muchas coincidencias", dijo, no premeditadas y fruto de "la realidad". "Una vez montada descubrí que, de fondo, en la televisión, se escucha cómo alguien propone pecar, justo antes de que llegue el momento que da origen al título. Pero es pura casualidad", aseguró.

Diogo dice que no espera premio en Huelva pero está muy satisfecho de su participación. "Hace unos días se buscaba en internet y no había nada sobre Pecado fatal. Ahora salen muchas referencias y en todo el mundo", dijo.

La aventura onubense acaba hoy por el momento: "Mañana tengo clase". La pura realidad.