Dioses y perros. Sección Oficial. Drama. España, 2014. Dirección: David Marqués. Guión: David Marqués, Kiko Martínes. Intérpretes: Hugo Silva, Megan Montaner, Juan Codina, Enrique Arce, Elio González, Miriam Benoit, Ricard Sales, Albert Forner, Lucía Álvarez, Víctor Palmero.

Si hay una constante en el cine de David Marqués es la distensión con que decide filmar largas conversaciones entre sus personajes. Sin necesidad de que todos sus diálogos aporten algo a la historia. Dejándoles hablar. Así lo hizo en Aislados (2005), continuamente en Desechos (2010) y, en menor medida, en En fuera de juego (2011); todas ellas presentadas en el Festival de Málaga. Y es este rasgo cinematográfico habitual del realizador valenciano el que ofrece la mayor virtud de Dioses y perros, su última película, codirigida con Rafael Montesinos.

Pasca (Hugo Silva) vive cuidando de su hermano minusválido (Elio González) y trabajando de sparring en un gimnasio en el barrio de Vallecas. Su vida, y la de los que le rodean, es gris, desesperanzada, lastrada por la crisis y los remordimientos, cuando aparece Adela (Megan Montaner), una locuaz maestra de escuela recién mudada al barrio para darle un nuevo aire a su vida.

El guión contornea entre la historia de amor, las relaciones familiares, las heridas del boxeo, y la amistad. Siempre desde el punto de vista de Silva, protagonista absoluto de la cinta con buena nota, de cuya perspectiva jamás se separa la cámara. Y es gracias a su buen reparto que el engranaje, algo forzado, no chirría del todo. Dioses y perros es académica, técnicamente correcta y, hasta cierto punto, la simplicidad de la historia mantiene el pulso suficiente hasta su desenlace, algo confuso en su planteamiento.

Sin embargo, el esquema de la cinta no aporta nada nuevo. Los personajes, por desgracia, tampoco. Y con cierta frecuencia los interludios musicales le restan fuelle a una trama previsible, donde todo confluye fácilmente. Pero cuando Pasca se reúne en secuencias de diálogo con Fonsi (Juan Codina), Colomo (Enrique Arce) o Adela, surge la chispa habitual de Marqués para hacer la cinta más llevadera.