El cineasta catalán Carlos Marques-Marcet presentó ayer en la Sección Oficial del Festival de Málaga. Cine Español la que puede considerarse su ópera prima, 10.000 km, una obra modesta de bajo presupuesto y con un reparto de sólo do actores, pero que promete. Será con la historia de amor y desamor de Álex y Sergi (Natalia Tena y David Verdaguer) con la que Marques-Marcet se estrene, y además lo hará a lo grande, porque la cinta ya tiene fecha para su estreno en las salas de cine españolas el 16 de mayo. La distancia en el amor, las nuevas formas de comunicarse en ella y la dificultad en las relaciones de pareja se retratan a través de las conversaciones entre ambos protagonistas, él en Barcelona y el otro en Los Ángeles, por lo que son vía ordenador. Aunque la distancia viene después, ya que comienza con una escena de sexo.

-¿No les daba un poco de miedo incluir escenas de sexo e incluso un desnudo frontal, masculino en este caso?

-Me daba mucho miedo porque nunca había rodado una escena de sexo y no sabía como hacerlo, pero para mí era muy importante que fuera un escena de sexo real. El problema que tengo con el cine es que ves una escena de sexo y parece que te intentan poner cachondo. Entonces, queríamos incluirlo como parte de la vida como un diálogo más, igual que hablan con las miradas y las caras. Me interesaba plantear la riqueza humana cotidiana que hay en el sexo.

-Aparte del sexo, los actores prácticamente no se ven, su relación se desarrolla detrás de la pantalla.

-Por eso éramos conscientes de que era muy importante empezar rodando la primera escena, en la que están juntos, para que esos días marcasen. Luego hacíamos muchas cosas juntos, para crear esa relación porque luego no iban a actuar juntos.

-Fue su experiencia personal la que le llevó a este largo, por cómo se desarrollan hoy en día las relaciones entre personas, en las que la distancia parece acortarse por cada una de las herramientas tecnológicas a nuestro alcance.

-La película no es autobiográfica, pero sí que parte de un conocimiento de la situación o ciertos momentos que he vivido o que mucha gente de mi alrededor estaba viviendo.

-Y como moraleja, ¿que las relacionas a distancia no funcionan ni echando mano de videochats, e-mail ni redes sociales?

-No, no (risas). Lo que pasa es que una relación virtual no puede sustituir a una real. Lo que hace falta es un plan de futuro, un compromiso, una cierta manera de ver y entender el mundo conjuntamente para que funcionen y esa es un poco la lucha de los personajes.

-Es su primer largo, pero de ficción, porque también ha dirigido un documental. ¿Qué prefiere, grabar ficción o realidad?

-La verdad es que me interesa mucho el documental y las sinergias. Siempre digo que uno de los referentes para esta película es un documental canadiense de los años 60 sobre una pareja. Y sí hay algo que me interesaba retratar, de captura de la realidad y de los momentos. También Natalia y David funcionan porque es un reflejo de la relación que se estaba creando.

-10.000 km tiene su versión anterior en cortometraje, ¿no?

-De hecho, todo empezó hace cinco años, que hice un pequeño corto de dos minutos en un ejercicio en la escuela en la que estaba estudiando, que era un conversación muy simple y ahí surgió una de las primeras ideas. Luego, cuando estaba acabando la universidad y tenía un proyecto final, yo quería rodar la película entera. El guión del largo ya estaba hecho, entonces yo cogí un montón de escenas para probar, para experimentar; cosa de la que me alegro mucho. Porque hice un corto que me daba igual cómo fuera en festivales, que duraba 30 minutos y que me permitió experimentar sobre el lenguaje y sobre lo que estaba pasando. Como un laboratorio de experimentación, de alguna manera.

-Una película modesta y de bajo presupuesto, pero eso no les ha impedido llegar a las salas.

-Nunca sabes, cuando estás haciendo una película, si le va a gustar a nadie. Evidentemente como montador pues piensas mucho. De hecho hemos contando con una montadora malagueña, Juliana Montañés, y pensábamos mucho en cómo podía funcionar ante el espectador, en qué momento se volvía aburrido un silencio. Siempre piensas en cosas concretas, así a nivel grande sólo puedes hacerlo lo mejor que puedas y esperar que le guste a alguien. Si estás demasiado pendiente de qué es lo que le gusta a la gente, es muy difícil hacer algo auténtico y que le llegue realmente. Tengo la sensación de que estamos teniendo mucha suerte.

-Además de la fecha prevista para su estreno en España, 16 de mayo, ¿hay alguna otra fijada internacionalmente?

-Se está negociando ahora, pero hay interés en Estados Unidos por la película. Las críticas de importantes revistas fueron muy buenas durante el Festival South by Southwest. Todo el mundo estaba hablando de la cinta en aquel certamen y creo que eso nos ha ayudado mucho.

-Contar con Natalia Tena, que forma parte del reparto de Juego de Tronos también ha sido una suerte, ¿no?.

-Sí, fue pura casualidad. No fue algo planeado, fue una solución de emergencia que ha salido muy bien. Y que se llevaran bien los dos actores, fue pura suerte también, porque podía haber fallado.