Entre los (numerosos) momentos vergonzosos que revelan la delicada relación que han mantenido tradicionalmente en España la cultura y el poder político destaca el exilio al que se vio forzado Miguel de Unamuno en 1924, cuando salió de la Península y se instaló en Fuerteventura por orden del dictador Primo de Rivera. Semejante episodio representó el colofón de una serie de sanciones emitidas contra las denuncias vertidas por el escritor a cuenta de los abusos de poder de su tiempo: en 1914 fue destituido del Rectorado de la Universidad de Salamanca y en 1921 fue condenado a 16 años de cárcel por injurias al rey, aunque la pena no llegó a cumplirse. En julio del mismo 1924, Unamuno fue indultado pero se marchó de manera voluntaria en Francia, donde permaneció hasta la caída de la dictadura en 1930. Aquel breve tránsito en territorio canario, donde Unamuno, confinado en Puerto Cabras y encerrado en sí mismo, constituye la materia prima recreada por el realizador malagueño Manuel Menchón en el que supone su debut en el largometraje de ficción, La isla del viento, que ayer inauguró la sección Málaga Premiere del Festival de Cine Español. Para encarnar a Unamuno, Menchón ha contado nada menos que con el actor, director teatral y miembro de la RAE José Luis Gómez, cuya carrera cinematográfica cuenta con reconocimientos como el Premio a la Mejor Interpretación Masculina del Festival de Cannes en 1976 por La familia de Pascual Duarte.

José Luis Gómez no estuvo ayer presente en la puesta de largo del filme en Málaga Premiere, aunque llegará al festival en los próximos días. Menchón compareció ante la prensa y el público acompañado de otros actores del reparto (Enekoiz Noda, Ciro Miró, Mr. Dumay, Pancho López, Fabián Álvarez, Juan Carlos Tacoronte y Ruth Armas) y descifró las líneas maestras de un proyecto que resultó idóneo en el Día del Libro.