Festival Cine Málaga

Una cinta de espías puso el colofón a la Sección Oficial

  • David Carreras presentó 'Flores negras', una película que cuenta la vida de un antiguo espía al servicio de la RFA

La sección oficial del duodécimo Festival de Cine Español de Málaga se completó con la presentación del último de sus catorce largometrajes, Flores negras, de David Carreras, una historia de espías que arranca en el momento en el que cae el muro de Berlín, en 1989.

Michael Roddick (Tobías Moretti), un espía al servicio de la RFA, consciente de que la más que probable caída del régimen soviético relegará a toda una generación de agentes secretos al ostracismo, abandona el servicio tras el fracaso de su última misión, y desaparece llevándose con él a Elena (Marta Etura), la hija de una espía rusa muerta en extrañas circunstancias.

Michael y Elena se instalan en Barcelona, donde abren un pequeño restaurante que les permitirá olvidar su pasado turbulento, pero sus antiguos compañeros reaparecen reclamando asuntos pendientes y Roddick se ve inmerso de nuevo en una vertiginosa pesadilla.

Esta coproducción con participación española, alemana y austríaca, que también tiene en su reparto a Eduard Fernández, Maximilian Schell, Maria Grazia Cucinotta, Héctor Colomé y Gottfried John, está basada en el libro de Daniel Vázquez Sallés Flores negras para Michael Roddick.

Además del libro de Vázquez Sallés, la historia surgió de un encuentro de David Carreras en Leipzig con un ex agente de la Stasi -policía secreta de la RDA-, que le contó "que el día después de caer el muro, un millón de agentes de ambos lados del telón se quedaron en paro", ante lo que se preguntó "qué había pasado con ellos".

Para rodar la película hizo una apuesta determinada por la fotografía para mostrar "que la realidad de los espías es sucia y fea". "Todos tenemos la impresión de que una foto en blanco y negro nos la creemos más, y nuestros recuerdos son casi siempre en blanco y negro", dijo Carreras, que añadió que "una película de espías, te la crees o estás perdido". Sobre el trabajo con una figura como Maximilian Schell, apuntó que "puede ser terrorífico rodar con él si no le caes bien", pero él tuvo la suerte de "caerle bien" y fue "fácil".

El productor, Antoni Camín, explicó que, cuando se enfrentaron al libro de Vázquez Sallés, comprendieron "que no se podía plantear una producción netamente española, sino que la historia necesitaba una coproducción internacional".

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