Eugenia ya está en casa. La hija de la duquesa de Alba recibió ayer el alta médica en la clínica Ruber de Madrid, donde ha estado ingresada varios días tras enfermar de varicela en la víspera de la boda de su madre, la duquesa de Alba, y su ya marido Alfonso Díez. Con una gorra de corte militar y tapándose el rostro con un pañuelo, abandonaba ayer el hospital queriendo pasar lo más desapercibida posible, lo cual resultó difícil.

Eran las doce y veinte de la mañana cuando el coche de la duquesa de Montoro la recogía a las puertas de la clínica para llevarla después hasta su domicilio en Madrid.

Pese a hacer todo lo posible para que no la vieran, el hecho de haber salido por la puerta principal y a hora punta, en vez de por ejemplo utilizar el garaje o salir a horas intempestivas, se puede considerar un detalle de amabilidad con la prensa por parte de Eugenia, quien el día anterior (lunes) recibió la visita de su madre, la duquesa de Alba.

La pequeña de la Casa de Alba ingresó en el hospital el mismo día en el que su progenitora contraía matrimonio con Alfonso Díez. Esto le impidió acudir al enlace, convirtiéndola en una de las grandes ausentes de la ceremonia junto a su hermano, Jacobo. Han sido, por tanto, seis días los que ha permanecido ingresada en el hospital, aislada y con fiebre, ya que la varicela afecta gravemente a los adultos e incluso puede conducir a una neumonía. Este no ha sido, afortunadamente, el caso de la duquesa de Montoro, que ahora se recupera en casa, una vez pasado el periodo de contagio.

Pese a que no se la ha visto hasta el lunes, la duquesa de Alba ha estado pendiente en todo momento del estado de salud de su hija. Se dijo en su momento que el día de su boda llegó a llamar para preguntar cómo estaba hasta doce veces. Cayetana y Alfonso han retrasado, además, su luna de miel en Tailandia hasta saber que Eugenia se encontraba mejor. Quizás ahora que ya tiene el alta se decidan por fin a marcharse.