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Grandes fastos para despedir al rey de Tailandia

Un policía monta guardia frente al crematorio real construido para incinerar al rey Bhumibol.

Un policía monta guardia frente al crematorio real construido para incinerar al rey Bhumibol. / efe.

Más de 200.000 ciudadanos tailandeses se echaron ayer a las calles de Bangkok para despedir al rey Bhumibol Adulyadej, fallecido el año pasado a los 88 años de edad tras estar siete décadas en el trono. El monarca, encumbrado a la categoría casi de semidivinidad, destacó por su papel conciliador, su carácter filantrópico y su habilidad a la hora de evitar conflictos en tiempos ciertamente tumultuosos para el sureste asiático. La Reina Doña Sofía ha estado presente en su incineración, un multitudinario acto que se celebró ayer y al que también asistieron Máxima de Holanda y Matilde de Bélgica, entre otros soberanos de todo el mundo.

El rey Bhumibol falleció el 13 de octubre de 2016 y desde entonces era conservado en el palacio, donde era venerado según un ritual budista. La ceremonia se cremación, que se extendió durante todo el día de ayer, comenzó al amanecer con la llegada en un Rolls Royce, con veinte minutos de retraso, en el que viajaba su hijo y heredero, el rey Maha Vajiralongkorn, vestido con el uniforme militar de gala. Para su incineración se ha construído expresamente un crematorio real fabricado por artesanos del país, que representa al monte Merú, el centro del universo según la tradición budista, una espectacular estructura dorada que tiene una altura de 50 metros y ha costado 90 millones de dólares.

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