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Guantánamo respeta la Convención de Ginebra, según el Pentágono

  • Un informe elaborado por el Departamento de Defensa de EEUU a petición de Obama asegura que la prisión cumple las normas establecidas en el tratado

Un informe del Pentágono sobre la prisión de Guantánamo encargado por el presidente estadounidense Barack Obama concluye que las condiciones de los detenidos están en consonancia con la Convención de Ginebra, dijo un funcionario la noche del viernes.

El informe debía ser entregado ayer a la Casa Blanca como parte de una orden ejecutiva emitida el 22 de enero por Obama con el fin de cerrar el campo antes de un año.

El funcionario, que habló bajo condición de anonimato, dijo que la revisión llevada a cabo por el almirante Patrick Walsh halló que los detenidos eran tratados en forma humanitaria, de acuerdo a la Convención de Ginebra para el trato de prisioneros de guerra y otras leyes reconocidas por Estados Unidos.

El informe sólo constata un déficit de actividades religiosas y sociales para los presos. The New York Times informó el viernes en su edición electrónica que el informe recomendaría menos aislamiento para los reos, el permiso para que hablen entre ellos más seguido y que puedan tener más actividades de recreación y en grupo.

Sin embargo, grupos de derechos humanos recordaron que Obama ya había dicho que Guantánamo violaba leyes nacionales e internacionales cuando era candidato presidencial.

Tanto American Civil Liberties Union (ACLU) como Amnistía Internacional (AI) expresaron sus inquietudes debido a que la revisión del campo no fue hecha por una institución independiente.

ACLU expresó su temor de que todo se trate de un "blanqueo" del Gobierno de George W. Bush (2001-2009).

AI aseguró, a través de su director Tom Parker, que se conocen suficientes detalles sobre Guantánamo para permitir "que existan dudas sobre la fiabilidad del informe del Pentágono".

El departamento de Defensa se limitó, por su parte, a anunciar que el informe estaba terminado y sería entregado a la Casa Blanca.

Previamente, el Gobierno de Obama había acelerado los esfuerzos para cerrar la prisión de Guantánamo al nombrar a un ex fiscal federal para que resuelva el destino de sus prisioneros.

La Guantanamo Detainee Review Task Force, encabezada por el antiguo oficial del Departamento de Justicia Matthew Olson, fue anunciada el viernes por el fiscal general Eric Holder, que visitará mañana el controvertido centro de detención.

El equipo de Olson fusionará toda la información desperdigada por las distintas ramas del Gobierno estadounidense sobre los 240 detenidos que quedan en Guantánamo para determinar quiénes serán liberados y quiénes acusados.

En una categoría más difícil, esta nueva formación también deberá resolver qué hacer con los detenidos que no pueden ser transferidos, liberados o acusados.

Las normas de la Convención de Ginebra se basan en la premisa de que un prisionero de guerra no es un criminal, sino un adversario, y requiere que un detenido sea tratado humanamente y liberado una vez que el conflicto haya terminado.

Por otro lado, el Gobierno de Obama apoyó la decisión de su predecesor, Bush, respecto a los derechos de los detenidos en la prisión de la base aérea de Bagram, Afganistán, asegurando que no pueden apelar su detención en tribunales de Estados Unidos.

En dos sentencias emitidas el viernes, el Departamento de Justicia aseguró que "el Gobierno se adhiere a su posición previamente estipulada" de negar derechos de habeas corpus a los detenidos de Bagram, respaldando una decisión similar adoptada por la Administración Bush.

Cuatro detenidos en la prisión de Bagram, donde Estados Unidos mantiene a unos 600 internos, obtuvieron una audiencia en una Corte Distrital de Washington el mes pasado, en la que intentaron conseguir los mismos derechos otorgados a los prisioneros de Guantánamo.

Dos yemeníes, un afgano y un tunecino basaron su demanda en el fallo de la Corte Suprema de junio en el que se otorgó a los detenidos de la prisión cubana el derecho a conocer los cargos en su contra y las evidencias recabadas.

El fallo desató una ola de apelaciones en las cortes de Washington de presos de Guantánamo que cuestionaban su detención.

Los abogados del Gobierno de Bush argumentaron que la prisión de Bagram no puede compararse con Guantánamo porque la primera está localizada "en el campo de batalla", mientras que la última está en Cuba, y que los detenidos de Bagram serían una amenaza de ser liberados.

En una de sus primeras acciones como presidente, Obama ordenó el cierre de Guantánamo y la revisión de la política de detenciones. Pero el mandatario no indicó sus planes sobre los detenidos de Bagram o si continuaría con el proyecto de 60 millones de dólares para expandir la prisión.

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