Convertido en un hotel de lujo, así es la transformación que ha sufrido el famoso recinto protagonista del escándalo político de mayor repercusión de la historia reciente. La habitación ha sido renombrada como la Habitación del Escándalo, ‘Scandal Room’ y pasar una noche en el escenario donde se recrea la operación de espionaje ronda los 1.500 dólares.

La operación Watergate se denomina así por este complejo de edificios. El lugar fue escogido por las vistas de su balcón, a apenas diez metros de las oficinas donde por entonces el Partido Demócrata tenía sus dependencias. La trama consistía en que Virgilio González, Bernard Barker, James McCord, Eugenio Martínez y Frank Sturgis debían colocar micrófonos en este cuartel general, mientras Alfred Baldwin oteaba el entorno desde la famosa habitación. Fue en la habitación 214 donde Baldwin tenía la misión de vigilar la llegada de las fuerzas policiales. Sin embargo, este no pudo avisar a sus compañeros, dado que se entretuvo en la noche del 17 de julio de 1972 viendo la televisión. “Dos oficiales de policía acudieron llamados por alguien que vio una actividad sospechosa a altas horas de la noche. Esas personas fueron detenidas allí y otra aquí, en el hotel”, relata el director general del hotel, el español Manuel Martínez. El error le costaría al presidente republicano Richard Nixon la dimisión dos años más tarde, en 1974.

“Ofrece una experiencia única para aquellos que quieran ver con sus propios ojos dónde se orquestó el golpe del Watergate. Los clientes se sienten atraídos por el escándalo que se originó aquí. Desde el balcón de esta habitación se puede ver, justo enfrente, donde estaba la sede del Partido Demócrata”, prosigue Martínez. La famosa ‘Scandal Room’ también ha sido escenarios de producciones como ‘Forrest Gump’, ‘Gaslit’ o ‘All the President’s Men”.

La decoración de la habitación del fallido espionaje ha sido elegida con mimo hasta el último detalle por la diseñadora Lyn Paolo, destacando objetos como una caja fuerte o un sofá de cuero rojo que llevan a su visitante a un auténtico viaje a la noche del 17 de julio de 1972.