Cumple años el guapo por antonomasia, los ojos más penetrantes de Hollywood, el galán de las cafeteras y el soltero de oro más codiciado del mundo. George Clooney apaga hoy cincuenta velas en su tarta. Medio siglo muy bien llevado y mejor administrado, en el que ha amasado una enorme fortuna y ha sabido conquistar a millones de corazones a lo largo y ancho del planeta.

Comenzó en la tele, pero pronto consolidó una extensa carrera en el mundo del cine. Una trayectoria lenta en la que Clooney tuvo que ser paciente hasta llegar a la cima en un sector con tanta competencia como el del séptimo arte. El mítico galán de la serie ER es el sex symbol por excelencia, una fama que, lejos de pesarle, le ha servido para que su trabajo sea uno de los más envidiados de la meca del cine.

Discreto y celoso de su vida privada, el intérprete ha reconocido ser alérgico al matrimonio (se casó una vez), aunque nunca le ha faltado la compañía femenina. Mujeres esculturales, casi siempre más jóvenes que él y con las que se ha paseado -como un auténtico gentleman- por la alfombra roja. Una fusión de pasión y misterio, que lo hacen irresistible.

Un metro ochenta de dandi, que ha sido nombrado el hombre más sexy del mundo por People en más de una ocasión y que suma un ciento de premios y galardones por su trabajo como actor, director y guionista. Además, y por si ya no es lo suficientemente perfecto, Clooney es un tipo con buen humor, bromista con la prensa, comprometido con sus ideas políticas, entregado con las causas humanitarias y poseedor de una carrera que, lejos de estancarse, está en plena proyección. George, como el vino, cuanto más viejo mejor.