Una princesa pelirroja, de la nostálgica Escocia, que en tiempos medievales asume un rol distinto para una joven. Es indomable, es Brave, la última producción de Pixar con el sello Disney que de cara a las navidades sale en esta semana en formatos domésticos, en dvd y Blu-ray. En la producción de Katherine Sarafian, la directora Brenda Chapman partió con el proyecto que ha desarrollado Mark Andrews, autor de aquel inolvidable corto El hombre orquesta y que ha trabajado en películas como Cars o en la saga Spiderman. Andrews, guionista también de la reciente John Carter, aporta su espíritu vital en sus películas y está dispuesto a afrontar alguna historia que se ambiente en España. Y si puede ser, en Andalucía.

-Merida, una chica de armas tomar, está dispuesta a asumir su propio destino entre clanes de hombres ¿Brave termina de revolucionar el estilo de las princesas Disney? ¿Se diferencia mucho de la primera, Blancanieves?

-Para nada es una revolución, pero sí es muy diferente. Adoro a todas las princesas Disney, por supuesto también a la primera, Blancanieves, pero para esta ocasión quería hacer algo diferente a lo habitual. Esta princesa de Escocia no se enfrenta al mal encarnado en una madrastra, es una princesa desde el principio, no se entera al final de la historia de que es una chica especial. Quiere descubrir quién es por sí misma, pero no necesita ser complementada por un hombre, es decir, por ese Príncipe Azul salvador. Merida no necesita un hada madrina y sabe tomar sus propias decisiones.

-¿Qué le parece a usted personalmente la protagonista, Merida?

-Me gusta muchísimo. Cuando la ves quieres volver a ser joven de nuevo y acompañarla. Cuando construyeron el personaje hicieron a una persona que se hace a sí misma y que descubre quién es. Es una mujer valiente porque hace lo que cree que tiene que hacer, y no lo que todos esperan que haga. Es un mensaje más que conveniente para todas las edades en estos momentos ¿no?

-Con una adolescente de modelo...

-Sí, una edad para descubrir y para reclamar quién es, o qué quiere ser, cada uno. Mérida puede ser a su manera un modelo para muchas chicas. Y su madre, otra mujer luchadora, también.

-¿Cómo surgió la idea de los trillizos?

-Había que crear un complemento infantil que realmente aportara mucho humor. Harris, Hamish y Herbert son encantadores.

-¿Por qué escogieron en concreto Escocia para esta historia?

-La historia transcurre en la Edad Media y Escocia está llena de leyendas que transcurren en esa época. Además Escocia es mística, llena de magia. La historia es sobre una transformación, sobre transformaciones de todos, y Escocia era el lugar más apropiado por sus leyendas y su misticismo.

-¿Se anima a hacer alguna historia ambientada en España?

-Claro, ¿por qué no? De hecho me gustaría mucho hacer una película ambientada en España, y en Andalucía, donde existen esos paisajes tan maravilloso. Me podría inspirar en cualquier momento de la historia de España, tal vez en su época musulmana. O en el Siglo de Oro. La historia española es apasionante y hay muchas cosas para descubrir de ella. Todo se andará. ¿Cuándo podría ir a Sevilla o a Granada?

-Al ver la perfección virtual de las películas de Pixar ¿puede ser que algún día no hagan falta actores y que todo el cine comercial sea de animación?

-No, nunca. El ordenador nunca va a sustituir por completo al actor. La intensidad y la personalidad que un actor le imprime a un personaje no se puede sustituir en cualquier momento por una marioneta, ni por un dibujo. Los actores sí que saben dibujar la realidad. Desde aquí transmito que pueden estar tranquilos los actores reales porque nunca serán sustituidos por un personaje de animación. No podría ser así.

-Pero cada vez más los efectos virtuales son fundamentales para desarrollar una película.

-Siempre en beneficio del espectáculo, de hacer más impresionante una historia, pero nunca para sustituir por completo a los actores y al mundo real. Hollywood tiene que seguir siendo lo que fue. Lo que es.

-¿Para lo virtual hay que trabajar mucho en lo real?

-Por eso lo virtual no podrá sustituir a lo real. Para Brave estuvimos en Escocia, nos inspiramos allí y para todo aquello que "parece real" hemos tenido que trabajar al pie de la realidad.